La noche fría:

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Y antes de cerrar las puertas y resguardarnos, debíamos pensar en que haríamos ahora, éramos más personas, había que sacar más colchones, sin contar a mis abuelos que por más que lo pensáramos ellos solo estaban en su habitación.

Matheus: Ale, ¿podemos hablar un momento? - Matheus y yo subimos solos.

-Sí, dime. - Me preocupe un poco, creo que él y yo pensábamos lo mismo.

Matheus: Ahora hay más personas, ¿si te das cuenta, ¿no? Y no sabemos si esto se pondrá peor, que es definitivamente lo más probable, debemos planear estrategias. – Lo mire algo preocupada, era cierto, desde lo sucedido teníamos un día sin saber que pasaba exactamente afuera, y debíamos pensar en que hacer por si esto muy probablemente no acabase.

Al momento subieron Adrián y Leslie a buscarnos para cenar, Leslie se quedó mirando hacia la ventana y volteo con cara de susto.

Leslie: Chicos, creo que deberían ver esto. - Ella nos llevó hasta la ventana cercana de mi casa subiendo las escaleras.

Pudimos observar como las personas estaban más locas, gritos, destrucción del mini centro comercial que teníamos en frente y como los zombis aumentaban comiendo unos a otros.

Adrián: Mieeerda, mano, nunca pensé en mi vida que esto pasaría.

Leslie: Que Dios nos ampare. - Adrián volteo como exorcizadohacia Leslie.

Adrián: ¿Dios? ¿Dónde está tu Dios ahora? - Todos nos miramos algo serios mientras Leslie lloraba, yo la abracé, pero no dije nada.

Leslie: Yo... creo en él. - Yo también estaba como Leslie, pero también le daba algo de razón a Adrián.

-Todo estará bien, solo debemos calmarnos y ver cómo sobrevivir. - Nos quedamos mirando otro rato, escuchamos algunos ruidos provenientes de la parte de debajo de mi casa y en este momento nos grita mi mama.

Carolina: ¡Ale!, bajen, tienen que ver esto.- Bajamos rápidamente por las otras escaleras, las exteriores y vimos en el porche tirado a Antonio, el novio de Lis, con una bicicleta grande, había sangre en el piso y una de esas cosas estaba en la puerta con las manos por las rejas.

¿Cómo hicieron para abrir la puerta tan rápido sin que eso entrara? Sobre todo teniendo una bicicleta tan grande, no lo sabremos que nosotros estábamos en la parte de arriba y ni nos fijamos que Antonio había llegado.

-¿Qué sucedió?- Antonio me miro sonriendo.

Antonio: Estoy bien, bebe.- Yo sonreí de alivio pero seguía preocupada. - Me preocupaste.- Le sonreí con alivio.

Lisey: Imagínate a mi, chama.- Lis tenia los ojos algo hinchados, supongo que de llorar, dramática, casi como Leslie.

Los chicos ayudaron a Antonio a levantarse, metieron la bicicleta a la sala, limpiamos un poco por miedo a la sangre en exceso y ya de inmediato teníamos un montón de preguntas ya que él venía desde el centro, porque vivía exactamente donde había una gran cantidad de personas.

Antonio: Ah sí, tengan. - Nos dio un morral algo grande y pesado, al abrirlo tenia muchísimas cosas entre ellas algo de ropa (de él), comida, bebida y algunas armas (desde cuchillos hasta una pistola a la que debíamos preguntar como la había hallado), todos lo miramos con sorpresa.

Antonio: Antes de que pregunten todo fue con ayuda de mi hermano y Carlos, mi mejor amigo, esto tampoco lo hice yo solo, sabía que Lis estaba aquí y pues me preocupé mucho y tuve que salir a ver si estaba bien.

Lisey: ¿Mi cuñado? ¿y dónde está el?

Antonio: Volvió a casa. - Nosotros ya nos encontrábamos en la sala y él se acostó en uno de los colchones del piso, todos lo miramos confundidos con lo de que había vuelto a casa.

SomnifobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora