Sigo pensando en lo sucedido ayer con Zetsubô, la verdad estoy muy desconcertada, Ikari nunca menciono a la niña, pero prefiero dejar un rato al tema hasta que termina la clase de Historia Universal para ir a esperar a Sally en su casillero, debo platicarle lo que está pasando ahora mismo.
-Hey, ¿Qué pasa?- Me dice mientras abre su casillero y deja allí sus libros para tomar otros y posteriormente cerrarlo. -¿Más demonios?-.
-Para mi desgracia- Suspiro -Eso es lo que debemos hablar-.
-¿Y ahora qué te hizo?- Toma mi muñeca en la que se encuentra la pulsera de piedras rojas que solía hacer que mi piel ardiera fuego lento, torturándome.
-No, no es él, es... otro demonio, una niña- Me encojo de hombros ante lo surreal de mi historia.
-¿Una qué?, ¿Una niña?- Dice claramente desconcertada y enseñando su ceño fruncido.
-Sí, una niña. Es una lástima que nos hayan cambiado de salón, te platicaría todo pero...- El timbre que anuncia el cambio de hora hace una mueca en mis labios de disgusto.
-Oh... tú tranquila, es mi culpa, hablamos en el descanso ¿te parece?- Toma mis manos y le sonrío asintiendo con mi cabeza.
-Te extrañaré en esa aburrida clase- Suspiro y me dirijo rápidamente hacia mi casillero para tomar mis libros de química y dirigirme al laboratorio. Al entrar me siento a un lado de Marcus.
-Hola, Marcus- Le pico el hombro y ríe.
-Hola, linda- Me mira y besa mi mejilla.
-Perdón por lo de ayer, es que tenía ya planes, los cuales salieron mal y...- Noto que sonríe inconscientemente mirando mis labios y me interrumpe estampando los mismos con los suyos. Me sorprendo al instante y me separo delicadamente mirando sus ojos verdes.
-Ya te había dicho que no importaba, ¿o me equivoco?- Arquea una ceja y acaricia mi mejilla. ~¿Por qué tan cariñoso?~.
-N-no- Digo sumisa de su mirada.
-Bien- Sonríe enseñando sus dientes perfectamente blanqueados y el profesor entra a dar su clase.
Una hora después suena el timbre anunciando la hora del descanso, recojo mis libros y voy a la cafetería para pedir un jugo de manzana y sentarme en el jardín a esperar a Sally. Al poco rato la veo acercarse con una sonrisa un tanto rara.
-¿Con que te besaste con Marcus?- Inmediatamente la miro mal, y siento una ligera molestia en mi cuello.
-No te importa- Digo medio bufando.
-¡TE GUSTA MARCUS! ¡TE GUSTA!- Grita, comenzando a culminar mi paciencia.
-No, no me gusta- Frunzo el ceño y cruzo mis brazos.
-¡Te encanta!- Ríe fuerte y la molestia en mi cuello se vuelve más grande y siento como si algo o incluso alguien me ahorcara.
-Calla, por favor-. Me mira asintiendo y comienzo a hablarle sobre lo que ocurrió anche que me tiene tan abrumada. Necesito a Ikari.
En la noche, ya estoy en mi cama, a punto de dormir a eso de 3:44 am. escucho que una niña se ríe por el pasillo que da directo al cuarto de mi madre, me levanto y tomo la lampara de mi mesita de noche, dirigiendome hacia donde vienen las risas. Cuando de un momento a otro, al llegar a un lado de las escaleras mi cuerpo se paraliza y trato de mirar a mi alrededor, pero mi cuello no responde, entonces decido quedarme quieta sintiendo ese hormigueo en mis manos y pies. ~Es Zetsubô~, me digo mentalmente.
-¿Qué pasa?- Digo ya algo asustada.
-Espero que hayas aprendido algo de la lección de hoy- Escucho su voz detrás de mí.
-Sí, la aprendí-.
-¿Sabes por qué Ikari no te visitaba a las 3:33?- Dice riéndose sarcásticamente.
-¿A caso debía?- Me confundo aún mas por la situación.
-Sí, pero... él no te quería asustar porque... oh... no lo puedo decir- Ríe. -Pero él debía estar aquí todas las noches para darte las reglas, pero veo que tú las aprendiste sola-. Escucho los tronidos de sus huesos.
-Sí, eso es cierto, y no fue divertido...- Digo tratando de evitar mi enorme curiosidad del porqué Ikari no venia a verme, aunque no me haya dado las reglas tal vez hubiese debido...
-Bien, para irme; la siguiente regla es; aprender a ser muy paciente con una persona y no acudir a la agresividad-,
-¡¿QUÉ?!- Yo no soy tolerante, nunca lo fui.
-Suerte, zorrita- Ríe fuerte y su presencia se desvanece.
¿Alguna vez te has sentido ahogado?
Konichiwa!
Bueno aquí les dejo la segunda parte de Zetsubô, nuestra pequeña demonio, tal vez dentro de algún tiempo deje los multimedia de Ikari y ella. Espero que les haya gustado este capítulo y no olviden dejar su estrellita, la cual cuenta como voto para la novela, pero... ¿Qué color les gustaría el siguiente brazalete?.
¿Plateado o vino?, el vino es un poco parecido al rojo... pero me gustaría para el siguiente demonio.
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悪霊 Demons
HorrorLos seres humanos solemos crear personajes con poderes sobrenaturales cuando sabemos que ya no hay nada mas en que confiar que en nuestra propia imaginación. Pero... ¿qué pasa cuando nosotros no creemos en nada?, cuando nuestra existencia se limita...