Estoy en el baño, creo que perderé la clase de historia y tal vez la profesora me dé un sermón y llame a mi madre, pero no me importa. Estoy tratando de ocultar la quemadura que me hizo Ikari hace algunos minutos por destruir un vestido que me había dado mi padre... no, ya no es nada mío ese hombre. ¿Cómo puede ser posible? le pidió a mi madre el divorcio y ella lloró toda la maldita madrugada, es un bastardo. ~Tú ya te habías dado cuenta de lo que pasaba~ me digo para controlar la rabia que siento en mi garganta y en mis manos. Sí, mi padre engañaba a mi madre... pero... ella tampoco es tan inocente, hace ya algunos años ~8, para ser exactos~ tenía una pareja, pero lo abandonó porque se dió cuenta de que eso estaba muy mal, de que ella no era así...
-¡Tienes que ayudarme, Ikari!- Le digo cuando lo tengo frente al espejo de los baños escolares.
-¿Ayudarte?- Ríe.
-¡Si mi mamá lo ve, va a pensar que es por ese... ese...!- Miro la pulsera que empieza a resplandecer.
-¿Ese qué?- Sonríe con sus escasos colmillos malvadamente.
-Ese hombre- Bajo la mirada.
-¿Y no es por él esa quemadura?- Toma mi mano y se la arrebato al sentir su frío contacto.
-Estás congelado- Miro mi mano, ya no hay quemadura alguna.
-Es normal porque estoy más que muerto, estúpida- Me golpea en la cabeza.
-No soy una estúpida. ¡Deja mi puto cabello!- Le empujo la mano y con mi codo le pego en el estomago.
-¿Me acabas de golpear?- Sus ojos comienzan a lanzar sangre por sus órbitas y el líquido no cae al piso, se va hacia arriba y rodea su cabeza.
-N-no... no hi-ce- Siento un nudo en mi garganta al ver cómo su mandíbula va bajando hacía la mitad de su torso y su ceño comienza a fruncirse.
-¡Te arrepentirás!- Grita y hace un gutural lanzándome contra la pared. De un momento a otro ya no lo puedo mirar y siento como mis piernas se duermen, mi vista se nubla, y mis ojos se cierran.
Horas después despierto y miro a mi alrededor, estoy sentada en un cubículo, no puede ser... no hay luz. Me levanto y tomo mi celular, enciendo la linterna y alumbro todo lo que se me es posible, al mirar la hora suelto un gritito, 9:35 pm. del martes, me alegra saber que al menos sigo en martes, los baños ya están cerrados, así que salgo del cubículo y camino con lentitud hacía la puerta principal del baño, está abierta. Salgo y alumbro con mi celular. Todas las puertas de las aulas están abiertas ~Pero la señora del aseo no se va sin cerrar una sola puerta con seguro~.
Miro cada salón, ¿dónde estará el mío?, no sé bien dónde estoy. Veo el número y escucho un ruido junto a una banca, entro y alumbro, pero no hay nada.
-Hola...- siento un escalofrío en mi espalda y después este baja hacía mis piernas y me inmoviliza cuando veo algo moviendose junto a mi mochila ~No puede ser enserio..~.
Al ver que no hay respuesta me acerco hacía esa cosa... o persona...
-¿Ho-hola?- Me acerco y toco su hombro...
-Alex.. ¡Alex!- Me mira ~Es el idiota de Marcus.. genial~.
-Tenias que ser tú- Ruedo los ojos.
-¿Qué?- Ríe.
-Ya me debo...- Antes de terminar la frase, se escucha cómo empujan el escritorio y lo estrellan contra la pared. Marcus grita y corre fuera del aula, como el cobarde que se ve que es. Me quedo allí y miro la pared.
-Ikari- Susurro esperando que sea él.
La respuesta a mi llamado son risas y pisadas de un hombre corriendo.
-¡ALEXANDRIA!- Escucho la voz de Marcus al final del pasillo.
Miro mi pulsera y aparece uno de los ojos de Ikari, suspiro un poco aliviada.
-Ai no me deja- Dice y la pulsera comienza a brillar dándome luz, pero al ver el piso me quedo aterrada, tomo mi mochila y corro con Marcus.
-¡MARCUS!- La maldita pulsera sigue brillando, miro el piso, sólo veo rostros de gente con angustia, siento unos audífonos y la melodía que suena son gritos de auxilio, lo peor es que algunos dicen mi nombre. "¡DYLAN!" escucho, es el nombre de mi padre. ~Ai, Ai, Ai~ la voz de Ikari resuena en mis oídos.
-¡AI, AI, POR FAVOR!- Grito desgarradoramente y veo como una luz rosa detrás de mí se enciende, haciendo que todos esos rostros se vayan del piso y sólo quede mi sombra, a los pocos minutos la luz se va.
-¿¡QUÉ MIERDA FUE..!?-.
-No hay tiempo para respuestas, Marcus- lo jalo del brazo y salgo corriendo de la escuela con él casi arrastrando. Me detengo frente al estacionamiento y llamo a Sally. -Espera aquí, llamaré a Sall- Asiente y al cuarto tono responde la chica pelirroja.
-Sally, te necesito en la escuela con tu auto ya... corre-.
-¿Qué? ¿Por..?-.
-Sólo ven, ya luego te contaré... por favor...- Ruego.
-Está bien, mujer- Corta y miro a Marcus.
-Necesito una explicación sobre qué fue esa cosa.... rosa... morada... ¡esa mierda!- Alza sus brazos y los mueve alterado.
-No lo sé, Marcus...- Me encojo. ~¿Esa luz.. fue Ai?, ¿quién es Ai?~.
Algo no está bien aquí... necesito dejar este lugar... fuera de la mente, fuera de la vista
Konichiwa!
Bueno, aquí tenemos ya el tercer capítulo. En el multimedia les deje una imagen para que se den una idea sobre cómo es Sally, la mejor amiga de Alex. Me gustaría mucho que me dieran más opiniones sobre el color del siguiente demonio que se le hará presente a Alexandria. ¿Naranja o negro?.
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悪霊 Demons
KorkuLos seres humanos solemos crear personajes con poderes sobrenaturales cuando sabemos que ya no hay nada mas en que confiar que en nuestra propia imaginación. Pero... ¿qué pasa cuando nosotros no creemos en nada?, cuando nuestra existencia se limita...