Capitulo 18

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Me levanté bastante dolorida y no era capaz de poder hacer mucha cosa. Mi brazo derecho me dolía lo suficiente como para ver las estrellas siempre que quería moverlo un poco más de lo normal.

Tuve que pedirle a Justin que fuese él quien me preparase el café de la mañana.

Y este se había pasado toda la mañana divertido con sus frases como te tengo dicho que cuando salgamos no te pelees, la próxima vez llevaré una correa y más por mi comportamiento de la noche anterior. Y yo sólo rodaba los ojos. Le hubiese pateado el trasero si no estuviese a punto de llorar de dolor.

Después de aquello llamé a Sam para ponerla al día con un ¿Café? Y ella entendió tan pronto que accedió sin problema.

Habíamos quedado en una cafetería bastante conocida. Sam se iba a llevar a Jake y yo al pequeño idiota de Justin. Y mientras los dos jugaban en el parque, yo le contaba todo a Sam.

Y a los tres adultos que éramos nos pareció bien el plan. Lo que Sam no se esperaba nada.

Quien llegó la primera fui yo, me senté con un café en mi mano mirando la puerta para cuando llegase la mujer de mi hermano.

La puerta se abrió y apareció ella toda feliz, cuando me vio su cara había cambiado drásticamente.

-Dime que no te has peleado con John - ella se sentó delante de mi todavía sorprendida.

-No fue con John - sonreí como pude.

Mi cara se veía afectada tan sólo por un corte en el labio inferior. Lo que mis brazos estaban todos arañados y eso era lo que más impactaba.

-¿Te has visto? Estás... - no pudo terminar la frase.

-Tranquila Sam, esto no es nada, ella está mucho peor que yo.

-¿Megan? - asentí - no puedo dejarte una noche sola.

-Pasó Sam, nada más - me encogí de hombros.

-¿Y ahora qué? ¿Qué va a pasar? Has cavado tu propia tumba y sobre todo, ¿qué le vamos a decir a Caden? Por dios - pasó sus manos por su rostro.

-Yo me inventaré algo, ¿vale? Y sobre lo otro, esta noche he quedado con John para hablar. Él se quedó tocado al verme y sobre todo al ver la pelea - le expliqué.

-Hasta que John no hable contigo no podemos dar otro paso - dijo Sam.

-Espero que el cabrón tenga una buena excusa - gruñí mirando para otro lado.

-Hablando de otra cosa, tu segundo contacto, está al llegar - me explicó Sam.

Christie entraba por la puerta con esos aires de superioridad como siempre - y desde que la conocí - lo había hecho. Su mirada se dirigió hasta nuestra mesa.

Primero asombro, sorpresa y terminaba con una sonrisa cálida muy impropio de una Christie de hace más de cinco años.

-Si ha vuelto la más puta de Stratford - me saludó Christie.

-Sigues siendo la misma zorra - sonreí ladeando la cabeza.

Christie y yo habíamos tenido algunos roces en aquel año que no quería salir de casa, sin embargo, ella vino a visitarme dos veces. Algo raro. Pero fue el principio de una extraña amistad - sin olvidarnos las dos del odio que había antes -.

Christie y yo tuvimos una relación a distancia de contactos y cuando Samantha habló con ella, estuvo de acuerdo en participar.

-¿A quién has pegado? - preguntó ella sentándose en nuestra mesa.

Vuela Libre #2 (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora