Capítulo 3: Sabroso

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Como lo había imaginado, Hyukjae era muy caliente en la cama. Ni siquiera pasaron de los besos cuando esté ya lo tenía semi desnudo contra la pared; la camisa abierta, el pantalón en los tobillos y el cuello siendo marcado por los gruesos labios de su compañero.

Estaba muy excitado, las manos de Hyukjae lo habían recorrido entero, y ahora tiraban de su bóxer para bajarlo, lo cual lograron con facilidad.

Donghae no se quiso quedar atrás, así que tomó el cinturón de los pantalones negros y lo desabrochó, metió su mano bajo la tela y sintió la dureza ajena. Hyukjae jadeó contra su piel.

—Bien hecho. —Musitó sobre su oído. En tanto se alejó un poco para abrir un condón, sacar su hombría y cubrirla con el látex.

El pecho de Donghae subía y bajaba, estaba ansioso. Sacó sus pies de los zapatos y la ropa que los aprisionaba, cuando el pelinegro lo abordó de nuevo, está vez le alzó una pierna y llevó su diestra ensalivada hasta el anillo de músculos.

Donghae se estremeció. Cerró los ojos y se concentró en relajarse mientras los delgados dedos se abrían pasó en su entrada. Hace tanto no lo hacía que se volvía un poco doloroso.

Hyukjae notó la incomodidad en su rostro y lo hizo lento. Poco a poco lo penetró hasta que lograron entrar tres de ellos. Los giró y agitó hasta que un jadeo salió de la boca del menor. Estaba listo.

—¿Estas bien?

Donghae asintió con los labios entreabiertos. Se abrazó a su cuello y sin más Hyukjae lo profanó, pero no dio tiempo a que se acostumbrara cuando se movió, logrando que el más joven grite por el dolor y el placer combinados.

Hyukjae era un salvaje, cada golpe dentro de él resonaba en la habitación, lo hacía temblar, casi hasta perder el equilibrio en su único soporte.

Era delirante, el azabache lo besaba y devoraba mientras no detenía su movimiento de cadera. Ni siquiera tuvo que pasar mucho tiempo hasta que la pose les cansó, pero el mayor siguió, se movió más rápido, entonces Donghae se corrió. Había pasado mucho tiempo antes de experimentar algo como aquello.

Tomando un poco de aire, Hyukjae salió de su cuerpo, tomó  del semen en su vientre y lo saboreó.

—Aún no termino contigo. —Donghae lo miró cansado, aún con la ensoñación de su orgasmo, cuando fue elevado del piso por los fuertes brazos.

Llegaron al comedor. Hyukjae tiró lo poco que había sobre la mesa y lo recostó sobre ella. La pena lo invadió, pero su pene volvió a despertar ansioso por más. ¿Que diablos le estaba pasando?

Pudo ver cómo el más alto se sacaba la camisa mientras se relamia los labios; eso lo hacía sentir el platillo principal en un banquete.

Su mirada se perdió en el vientre marcado, el contorno de su cuerpo y el pecho firme, además del sexy camino de vellos que llegaban hasta  el duro miembro. Jadeó y el suyo dio un brinco, se estaba volviendo loco.

Hyukjae sonrió, Donghae se volvía bastante lindo incluso a mitad del sexo.

Terminó de desnudarse, y tomó las piernas del menor para doblarlas hasta que sus rodillas casi le tocaron el pecho, de aquella manera tuvo la clara vista de su entrada contrayéndose ansiosa e involuntariamente.

—Es encantador verte de esta manera.

Donghae jadeó nuevamente mientras se cubría el rostro.

—Follame ya...

Rió en tono bajo como respuesta, poco segundos después lo volvió a penetrar. Gracias al estado en que estaban, se volvió mucho más fácil moverse. Lo embistió con mayor fuerza y, apoyando sus manos a sus costados sobre la mesa, disfrutó del rostro excitado de Donghae, sus ojos llorosos, el sonrojo y los suaves gemidos que cada vez iban subiendo de volumen.

Tasty [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora