Encuentro secreto.

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Gabriela se despertó, con la respiración aún agitada y con algo de aprensión por lo que sentía, un deseo que jamás había experimentado la recorría, eran las dos de la mañana y aún parecía sentir aquellas manos de aquél hombre recorriendo su cuerpo, exitada recordó el sueño, parecía tan real que cerró los ojos esperando sentir otra vez sus besos, sus caricias y su desnudez. Pero no, en cambio lentamente comenzó a quitarse el pijama, la parte superior ya le molestaba, la parte inferior fue fácil quitarla, se tocaba suavemente, se sentía, imaginando que las manos eran las del hombre con el que soñaba, se humedecío y comenzó a jugar con su sexo, lentamente se masturbó hasta que sin darse cuenta acabó de tal manera que un suspiro hizo que el silencio a su alrededor pareciera detener el tiempo.

A la mañana siguiente su ducha, aún con el deseo en su piel, se transformo en una de las más placenteras del último tiempo.

Gabriela no quería quedarse solo con eso, con un sueño y se propuso entonces seducir al hombre que había llegado hace dos semanas a visitarlas y era objeto de su deseo, ella ya había notado que él la miraba con ojos hambrientos de su piel joven y dulce, la diferencia de edad de ella con 19 años y el con 24 no sería obstáculo, ella quería que su primera vez fuera especial, se había dispuesto aprender y ser la mejor amante.

~cuándo el destino quiere hacer que las cosas pasen... Pasan~

Aquella tarde de viernes su madre se ausentó de la ciudad, dejándola con su amigo hasta la mañana siguiente, entonces ella supo que era el momento, planeó ir juntos a comprar algo para cenar y de paso ver alguna pelicula antes de dormir, de ahí en adelante vería que ocurriría.

Ella muy decidida no iba a desaprovechar la oportunidad de ver hasta dónde era capaz de seducir a un hombre y por eso esa tarde se puso un vestido muy corto y escogío la ropa interior más sensual que tenía, no se puso sostén para que aquel hombre mayor se fijase en sus pechos, eso le gustaba, ya que sentía su mirada perversa desnudándola aún sin decir una palabra.

Aquella tarde como siempre él llego y la saludo cariñosamente, fueron juntos a comprar y prepararon en conjunto lo que iban a cenar, antes de eso él le dijo que necesitaba una ducha, caminó a su habitacíon para luego entrar al baño.

Una vez en el baño comenzó a desnudarse, ella por su parte inquieta oía desde el pasillo como se quitaba el pantalón y no soportó más, se agachó y miró por la cerradura de la puerta, observó su cuerpo en ropa interior hasta que se quito todo, entonces sin darse cuenta ella ya había metido su mano entre sus piernas y su respiracíon se había tornado algo agitada, el deseo se hizo más fuerte y comenzó a masturbarse mirando aquel cuerpo desnudo, fijando su mirada en aquel miembro algo grande para estar así en estado de "descanso", imaginó entonces mientras seguía mirando cómo sería tenerlo duro en sus manos, dispuesta a que mas tarde todo eso sería suyo. Así siguío mirando y masturbándose hasta que él entro a la ducha, entonces al apoyarse para ponerse de pie se dio cuenta que la puerta estaba sin seguro, y al empujarla un poco se abrío de golpe, el asustado y todo enjabonado abrío la cortina de la ducha quedando desnudo frente a ella, fijandose que sus ojos estaban asentados en su miembro... Y sin decir nada solo sonrío y cerró su cortina. Ella salio del baño y se fue a su habitación.

Los minutos pasaban y parecían eternos mientras pensaba.

-¿que me dirá? ¿me ira a regañar? le irá a decir a mi mamá que lo espiaba?, en eso estaba cuándo se abrió la puerta de su pieza, era él, con su toalla blanca en la cintura y el cabello aún mojado

-¿puedo pasar? le dijo...

-claro respondío ella y entró para sentarse a su lado, ella por su parte lo miraba con cara de inocente.

-disculpa por abrir la cortina, no pense que estabas ahí, pense que la puerta se abrió sola le dijo, imagino que me viste todo... se puso rojo

Ella muy natural le dijo no importa ya antes te habia observado y una risa coqueta le siguío a aquella frase, entonces se propuso seguir y ver hasta dónde podía llegar.

-¿como? ¿ya me habías visto desnudo?

-no desnudo, pero si en toalla o en ropa interior, y la verdad es que desnudo te vez muy bien dijo las niñas sentimos siempre curiosidad del cuerpo de un hombre mayor, y el tuyo es un cuerpo bastante bello siguío.

Él algo nervioso se levantó de la cama y sin querer la toalla se deslizó hasta el piso, quedando una vez más desnudo frente de ella, pero esta vez sin espuma en su cuerpo, entonces ella tomo la iniciativa y le dijo

-quedate así, quiero verte

Se puso adelante de él, le tomo sus manos y las puso sobre sus pechos, hacíedole notar que no llevaba ropa interior, él sintió sus pezones duros y entonces las manos de ella se deslizaron suavemente hacia su miembro que comenzaba a crecer, ambos nerviosos pero con todo el deseo en su piel se dejaron llevar.

Él le levantó el vestido, quitandoselo mientras la besaba con pasión, quedando con sus bragas de encaje transparente que dejaba ver su vello púbico de adolecente, la tendió sobre la cama y comenzó a bajar con sus besos maduros rozando su cuello, deteniendose es sus pechos que mostraban su excitación con hermosos pezones duros, luego prosiguío aquel viaje de placer hasta llegar a su húmeda vagina bajando su calzón dejandolo en el piso, con suavidad entonces abrío sus piernas y deslizó su lengua desde el inicio de su sexo arrancandole un gemido de placer.

-¿te gusta?, pregunto

-Sí, dijo ella mientras observaba cómo aquel hombre le hacía estremecer de placer hasta el punto de hacerla acabar solo con su boca mientras ella le apretaba la cabeza entre sus piernas.

-Enseñame a tocarme dijo ella, tomando el control de la situación.

Lo tumbó sobre la cama, le tomo el miembro duro entre sus manos pequeñas, él puso su mano sobre la de ella, mostrando cómo debía masturbarlo hasta el punto en que casi

acababa, luego fue su turno... Abrió sus piernas nuevamente y sintió como su mano firme rozaba su clítoris.

-¿asi? dijo el.

-Así no te detengas- dijo ella hasta acabar nuevamente sintiendo sus dedos en el interior, llevándola al éxtasis.

Ambos fundidos en aquella cama se miraron, entonces él se puso sobre ella, la besó, abrió sus piernas y rozó con su pene duro y grande su vagina, ella gemía, respiraba agitada y se sentía en un sueño, entonces la penetró, quitandole un grito que dejo ver el placer que abrigaba, sus movimientos le quitaban la respiración, con cada embestida de su miembro duro en el interior de su vagina ella estallaba y disfrutaba, hasta que ya no dio mas y acabo por tercera vez, entonces el cuando ya estaba a punto de acabar retiro su pene y tomo su mano para que lo hicera acabar en su vientre mientras ella lo masturbaba.

Tendidos sobre la cama, con la respiracion entrecortada y sudados se quedaron por largo rato, luego él se levanto y se fue a duchar... Cuando regreso le dio un beso de buenas noches, prometiendose guardar el secreto de aquel encuentro hasta el final de sus días, ella nunca más sintió lo mismo, disfrutó con otros, pero el recuerdo de aquel amante mayor le seguío por toda su vida.

GabrielaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora