Capítulo 2

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-¿Qué?- me quedé estupefacto.

-Si tienes el último libro de Jesse Shualkf.- dijo ella como si fuera una obviedad. Claro, todos los dias luego de cerrar tu negocio llega una chica asustada, comienza a llorar, y como si no pasara nada te pregunta si tienes el último libro de tu escritora favorita.

-Claro, pero... ¿qué acaba de pasar?

-Ya te dije lo que me pa-

-No eso no, qué pasó hace un minuto.- la interrumpí.

-Primero, que no se interrumpe a la gente cuando está hablando. Y segundo, estuve llorando como diez minutos al lado tuyo y tú no hiciste nada.- dijo enfadada.

-¿Perdona? ¡No sabía si abrazarte o no!- contraataqué.

-¡¿Cómo que no sabías si abrazarme o no?!- se estaba empezando a alterar.

-Ni siquiera te conozco, y tal vez si te abrazaba me pegarías o algo así.- dije algo tímido, la verdad es que no estaba muy seguro de por qué no la abracé.

-Nunca podría pegarte.- me dejó cautivo la voz dulce con la que dijo eso.

-¿Por qué?- tenía curiosidad de saber a donde iba todo esto.

-Porque llorarías como una niñita.- se echó a reír muy fuerte y tengo que admitir que yo también me reí, hasta que me dí cuenta de que Brandom vivía detrás de la librería y que se escuchaba todo lo que pasaba aquí.

-¡Oye shh!- y no tuve mejor idea que taparle la boca con mi mano. Sentí varias emociones en un par de milisegundos al tocar su suave piel y sus labios finos y delicados. No lo van a creer, pero nunca pensé que podría decir -o pensar- algo así.

Ella me miró a los ojos y en ese momento mi estómago se contrajo, y como si fuera poco mi corazon comenzó a latir mas rápido de lo normal.

-No te rías tan alto, mi jefe vive atrás.- susurré rompiendo el incómodo silencio.

-Lo siento.- susurró sonriendome. Y nos quedamos en otro silencio que no fue tan incómodo.

-Mejor me voy, volveré mañana por el libro.- dijo levantándose del suelo un poco incómoda.

-Okey, adios. Si necesitas algo, yo vivo arriba.- le sonreí también algo incómodo por lo que acaba de pasar.
-Adios.- me sonrió, y se fué.

Hasta que se dió la vuelta y se marchó, no dejamos de mirarnos a los ojos.

Mi bella Kate Donde viven las historias. Descúbrelo ahora