Capítulo 3: Él

48 7 0
                                    

La línea se quedó en silencio, ya había cortado ¿Hasta qué hora pensaba esta niña que yo iba a esperar la planificación de la clase?. No puedo creer que Adriana me haga esto, yo pensaba que ella me entendía, ¡Pero no!, me hizo volver a clases para renegar con una pasante irresponsable, irrespetuosa, torpe, etc.
No iba a seguir renegando, fui a preparar la cena ya que no había podido probar nada en la escuela, la bronca, el dolor, la sensación de que me faltaba todo no me dejaba vivir, ni dar clases y mucho menos comer.
Preparé algo rápido y me senté en el juego de comedor para cuatro, automáticamente la soledad se instaló de nuevo en mi pecho. Hice tres bocados y no pude comer más, tomé una ducha y me fui a la cama.

...
La alarma sonó y taladró mi cabeza, pasé la mano por la mesa de luz hasta que encontré el celular, apagué el sonido aturdidor y me levanté.
Estaba saliendo de la ducha cuando mi celular sonó, "Amy pasante" apareció en la pantalla, mi cuerpo se tensó y me sentí molesto, dude un momento y respondí.
-Hola- dije con vos firme y un tanto cortante.
-Hola Francisco, disculpa que te moleste, por las dudas ¿Ya estás yendo a la escuela?. Sucede que Adriana esta enferma y no me quiere dejar conducir.
-Justo estaba saliendo, puedo pasarte a buscar no tendría problema- dije obligado y con un tono más bien sarcástico.
-¿En verdad?-dijo sorprendida- sería genial que puedas llevarme, gracias. Definitivamente esta niña no entendía de sarcasmo.
-Por nada, en 15 minutos paso a buscarte- dije y colgué.
Cepillé mis dientes y me cambié mientras maldecía "no puedo creer que tenga el atrevimiento de pedirme que la lleve, peor aún que no entienda mi sarcasmo" dije en voz alta hablando conmigo mismo.
Levanté mi maletín, mire la foto de mi familia, cerré las habitaciones y salí. Cuando llegué a su casa Amy estaba parada en la vereda con un guardapolvo blanco y un maletín, le quedaba patético el modelo que había elegido de guardapolvo; mire el reloj y había pasado veinte minutos desde que me había llamado por teléfono, se acercó y abrí la puerta.
-¡Hola, buen día!- dijo entusiasmada.
-Hola, disculpa la tardanza- respondí sarcástico, y para mi sorpresa no lo notó, subió y se acercó para besarme la mejilla y al ver que yo no me inmuté volvió hacia atrás y se acomodó en el asiento.
Puse en marcha el auto y se mantuvo en silencio los primeros cinco minutos, hasta que se le ocurrió interrogarme.
-¿Hace mucho qué estás trabajando en la escuela?- preguntó.
Qué preguntas estúpidas que hacía está niña.
-Hace dos años me dieron el nombramiento- respondí seco y distante.
-¡Qué lindo!- dijo entusiasmada- Yo quiero tener un cargo en alguna escuela de alta montaña, por eso pedí hacer mis pasantías aquí.
-Que bueno- dije haciendo notar que no tenía intenciones de hablar con ella. Al parecer lo entendió porque se quedó en silencio todo el camino; llegamos a la escuela bajó del auto y me agradeció, yo solo asentí con la cabeza.
La primera hora de clases transcurrió tranquila, puse los ejercicios y mientras "exasperante" explicaba fuí por un café.
Entré a la sala de profesores y me acerqué a la máquina cuando Eddy me exaltó.
-¿No deberías estar dando clases?
-La verdad que sí- dije sarcástico- pero por el momento dejé a "exasperante" explicando- luego que salió de mi boca pensé en lo que dije y que Eddy iba a darme un sermón.
-Por lo de "Exasperante"- dijo marcando comillas con los dedos- supongo que te refieres a Amy ¿Verdad?.
Solo asentí
-Mira Fran, sé que es muy difícil todo pero... esa chica no tiene la culpa de lo que está pasando, solo viene a hacer sus pasantías y listo- dijo encogiéndose de hombros.
-¿Solo sus pasantías?- exploté - ¿Sabés hace cuantos días perdí todo?- dije gritando- Y ahora tengo que estar aquí porque esa niña consentida quiere hacer sus pasantías en una escuela de alta montaña. ¿Qué piensa? ¿Qué porque la escuela es pobre hace a los niños diferentes? ¡Pues no! Todos los chicos son iguales aquí y en cualquier escuela ¡Pero claro! Ella quiere y necesita sentirse especial diciendo que hace más horas que sus compañeritos del terciario.
-Creo que deberías calmarte y dejar de montar numeritos así- dijo Eddy con calma- ya eres un hombre, no un bebé que hace berrinches, y lo de ahora es un berrinche. Esa chica no tiene la culpa de nada, absolutamente de nada así que ya deja de culparla, tú bronca, tú dolor y tú perdida no tienen nada, absolutamente nada que ver con ella, no la trates mal, no merece tu cara de pocos amigos, ella es una buena chica- dicho esto Eddy se levantó y se fue dejándome con la palabra en la boca. Perfecto, defiende a la pasante y me deja hablando solo, "que buen amigo eres Eddy" dije en voz alta, obviamente a la sala vacía. Seguro habló con ella, le puso ojitos de perrito abandonado y él, tonto enamoradizo, cayó en su trampa.
Preparé mí café y esperé al recreo, en cualquier momento la sala de llenaría con los maestros hablando de sus alumnos, de sus familias y de sus vidas fuera de la escuela, yo solo iba a escuchar sus relatos, sin opinar e intentando no pensar en lo que sucede con mi vida fuera de estas paredes. Mi celular vibró, era un WhatsApp de mamá, desde el día del funeral no habíamos vuelto a hablar, conozco su orgullo y es raro que me hable, realmente me sorprendía que me escribiera.
Mami: ¿Cómo estás hijo? Disculpa por contestarte mal, pero estabas tratando mal a Cuqui y no me parecía, es tu tía no tenías que responder así.
Francisco: Hola ma! Estoy en la escuela, está todo más que bien, solo no quiero ver a Cuqui pisar mi casa de nuevo.
Mami: por qué te comportas así Francisco? Tu tía solo quería ayudar, no aguantas nada.
Francisco: ¿Ayudarme? ¿ Diciendo que forme una familia nueva? Volvíamos del entierro de mi novia y mi hijo! Mi familia terminaba de morir esa mujer está loca.
Mami: tu tía no está loca eres un desubicado, no te crié para esto Francisco.
Francisco: vos no me criaste, me crió Marta, vos solo pensabas en generar más plata igual que mi papá.
Mami: Calambre me das, me vas a matar, como no sos como tu hermana ella si se comporta como una hija.
Lo leí pero no respondí, mi tía no era nadie para decirme que hacer y mi madre menos, no tenía derecho a nada conmigo, ni siquiera con Ari, ella no nos había criado.
Levanté la mirada y noté que ya estaba todo el personal en la sala, con la discusión que tenía con mi madre no había notado que entraron.
Hice una vista panorámica y me encontré a "exasperante" hablando con Eddy. Tal como yo decía, ella lo había engatuzado y ahora el iba a andar como perrito faldero atrás de ella, no era tan niña pasante después de todo. Me quedé mirándola con el seño fruncido, en ese momento ella miró, puso ojos de asombro y sonrió, yo puse los ojos en blanco y cambié la mirada a otro lado.
¡Lo que faltaba con esta mujer! Quería engatuzarme como lo hizo con Eddy, la verdad el apodo le quedaba bien "exasperante".

PasantíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora