poemas con humor

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EL QUE ACERTABA EL MENÚ DE CADA 

DÍA

Frecuentaba una venta cada día 

un tipo que, a la hora de almorzar, 

con sólo su cubierto olfatear 

acertaba el menú que se ofrecía.

Oliendo la cuchara, se expresaba: 

"Sopa de picadillo de primero, 

y sopa de tomate al modo arriero." 

Y oliendo el tenedor manifestaba:

"Chuletas o costillas de ternera 

con pimientos morrones para asar, 

y tostón segoviano al acueducto..."

Y, así, lo adivinaba a la primera. 

Se dijo que su acierto era producto 

de algún truco de magia o del azar.

Y adivinaba el postre y la bebida, 

por lo que fue famoso y con razón. 

Al dueño le aburrió la situación 

y preparó una trampa bien urdida:

Le pidió a su mujer que se pasara

un cubierto completo por tal parte 

y luego lo pusiera, con gran arte, 

al cliente en la mesa que ocupara.

Y así lo hizo. Y acudió el asiduo 

que empezó, como siempre, a olisquear, 

mas en su olfato no encontró residuo

de condumio ni nada que yantar. 

Al cabo, preguntó con gesto raro: 

"¿Desde cuándo trabaja aquí la Charo?"

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