La rutina de a veces

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- ¿Qué parte te toca hoy?

- En la muñeca izquierda.

La enfermera de manera cautelosa levanta mi manga e introduce la aguja. Estoy acostumbrada al ardor que produce el pinchazo, pero siempre la muñeca es la zona que más me molesta. Veo como el líquido verde agua se introduce lentamente en mi cuerpo, cosquilleando un poco en mis brazos, y agradezco que la enfermera tenga la mano suave. El mes pasado tuve que vacunarme en una zona cerca al cuello y estuve con dolor como 4 días. 

El líquido deja de fluir y la aguja sale de mi brazo.

- Muy bien, estamos listos por hoy.

La enfermera a través de la slimnet (nueva computadora hecha en forma de pulsera que muestra una holografía táctil), sube unos datos a RIAR (red de información del alto rango) registrando el simple hecho que cumplí con el mayor derecho cívico que poseemos desde la catástrofe: vacuna mensual obligatoria. Nunca he entendido bien porque es así. No creo que exista alguien que prefiera carcomerse por dentro a vacunarse .

- Bien, señorita Vergara, recuerde que el próximo mes debe ir a vacunarse en el centro de control más cercano de donde resida. La próxima inyección será en la muñeca derecha. Eso es todo por hoy, puede irse.

Las zonas de vacunación suelen rotarse debido a que como la vacuna es de por vida, se trata de que el cuerpo tenga el menor daño posible. Pero por obvias razones, al llegar a los 40 o 50 años muchas personas poseen distintos tipos de cicatrices en su cuerpo.

Las zonas más comunes para la vacuna son: parte anterior de las orejas; lado derecho e izquierdo del cuello, ambas muñecas, la parte interior de los brazos, detras de las rodillas y la zona lumbar de la espalda. A las personas mayores se les pone relativamente cerca del corazon, para que la sustancia sea bombeada de manera más rapida a todos los órganos del cuerpo.

Despues que me coloca una pequeña bandita en la zona donde fue el pinchazo me retiro del centro para volver a mi casa. Tengo muchas labores, y aunque pertenezco  al ocho por ciento de la población que sufre mareo después de la inyección, no recibo ni un favor en el colegio como para dejar de hacer la tarea de trigonometría.

Camino parsimoniosamente por las calles de lo que antiguamente fue una hermosa ciudad llamada Praga. Me imagino como habrá sido vivir en esa ciudad antes que todo fuera derruido. Caminar por calles desoladas con edificios fríos de concreto no es lo que exactamente prefiría hacer. Me gustaría haber sido de la época en que los conciertos de música clásica sucedían durante todo el año. Conocer el Castillo de Praga y el teatro nacional, entre tantos. Los arreglos que han hecho a la arquitectura en tiempo record han sido bastante aceptanles, pero llegan a ser avergonzantes de tan simples que son. Es raro, pero extraño algo que jamás viví, y que tampoco viviré, obviamente.

Camino dos cuadras a mi izquierda y empieza a aparecer la gigantografía con el lema más burdo que podría haberse creado: "Alto Rango: por una sociedad en mejor estado". Debajo de eso aparece en una letra más pequeña "Ciencia a favor de la vida", mientras abajo aparece la imagen de un átomo que sobresale a través de un sencillo dibujo del ojo humano. El bien conocido símbolo de GLIAR, o como prefieren decirse ahora: ALTO RANGO. Aparte de dejar los niveles de radioactividad y de mortandad en los registros más altos jamás vistos, no sé en que se creen superiores a nosotros. Quizá creen que en ambición e inteligencia. Pero a eso yo le digo falta de neuronas en el cerebro.

Lo que más me irrita es el hecho de que mis padres son parte de ese jodido grupo de seudo intelectuales que aún creen tener la capacidad moral de dirigir en algun aspecto nuestras vidas. Ellos con apuro manejan la mía quieren manejar la de las mil millones de vidas que alcanzaron a sobrevivir.

La angustia empieza a sobrevenirme de nuevo. He vivido alrededor de16 años sabiendo esto y me sigue doliendo de la misma forma. Y los sigo escondiendo de la misma forma.

Mejor sufrir en silencio que dar un montón de explicaciones ¿no?

Llego a mi casa. Es una de las más coloridas del continente actual...cosas de los fondos a los cuales mis padres tienen acceso...me pregunto de donde lo sacarán...idiotas.

Me encierro en mi cuarto y me veo en el espejo. Lo mismo de siempre: ojos castaños, pelo sin forma definida, altura no destacable pero tampoco enana, más mejillas que cuerpo y curvas que bailan sobre mis otras curvas. Definitivamente no soy la más bella de las chicas de mi edad.

He pensado mucho por hoy, las nauseas empezaron a surgir y definitivamente no estoy en estado para calcular el coseno de no se que. Saco del librero el libro que empecé a leer ayer y empiezo a relajarme.

"Y para serte sincero Diana, nunca te dejaré ir"...buen intento querido personaje, pero ya se lo suficiente sobre que los seres guapos de los libros de los que nos enamoramos que ellos sólo existen en la imaginación de una chica con mucho tiempo libre pero que nunca ha podido vivir una historia de amor como la que siempre quisieron o soñaron...o que tienen un exceso de experiencias dolorosas a las cuales le agregan algo de ficcion para poder desquitarse a través de las letras. 

Y si hubiera un finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora