Misterios del cielo

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Mi madre me esperaba con una cola de caballo bien apretada en la entrada de la escuela. No sé como consiguió que en su "empleo" la dejaran salir más temprano que las usuales 20:00 de todos los días. Hablaba con la inspectora, quien registraba mi retiro de clases.

Sus ojos grandes se fijaron inmediatamente en mí cuando llegué al lugar. La enfermera me acompañó hasta allá.

- ¿Hija, estás bien?

- Sí - dije con ironía - estoy más que bien. Sólo tuve un desmayo por falta de ingreso energético y siento algo de náuseas queriendo vomitar lo que apenas tengo en el estómago. Pero me siento tan feliz - doy vuelta los ojos. Mi mamá solo suspira, resignada al trato que siempre tendré con ella y mi padre-.

- Esta es la licencia para que su hija descanse - le entrega un papel a mi madre - con dos días de reposo bastará.

- Emmm - sus ojos deambulan por algunos sectores del suelo hasta luego dar con el iris negro de la enfermera- ¿como puede dar licencia sin ser titulada en medicina?

- Digamos que tengo ambos títulos, pero prefiero ejercer como personaje secundario que principal. Es más interesante - sonríe con una mirada de seguridad.

- De acuerdo - dice con mirada extrañada - okey, gracias.

Toma mi brazo y caminamos alrededor de una cuadra y media hasta el estacionamiento de la escuela donde está el aerobil facilitado por Alto Rango. Es de un color azul intenso. Para ellos es un símbolo de la inteligencia, para mí solo un tipo de longitud de onda que es parte del espectro visible del ojo humano.

Apenas entramos y nos acomodamos dentro del auto empieza a hablarme:

- Lía ¿has estado presentando problemas de alimentación?

- ¿Qué? - la miro desconcertada - claro que no. Tu sabes que como lo normal, lo que debe ingerirse.

- Si sufres cuadros de anorexia o bulimia o de menserexia (enfermedad sicológica adolescente actual que se basa en no dejar de comer, sino comer una cantidad proporcionada un día a la semana suponiendo que ingerirás toda la energía que necesitas para esa semana, o ese mes en casos extremos. Nuevas idioteces que surgen con el paso de los años) debes confiar en no...

- A ver mamá - dije - como todos los días las raciones de comida que necesito y no me excedo comopara andar regurjitando como una vaca lechera así que no empieces a crear dramas.

- Lía - Allison, como se llama mi progenitora - abre ampliamente sus ojos azules hacia el espejo, para tratar de verme a través del reflejo - quieras o no quieras soy tu madre y debo preocuparme por ti y cuidarte. Y tú no me dejas. No puedo hacer mucho. Solo busco las formas para llegar a ti, en cada cosa que puedo, pero me lo impides. Y me frustra eso - aunque pareciera ser palabras de corazón, su voz tiene un tono tan calculado que no alcanza a estremecerme fibra alguna.

- Deja de exagerar. Estoy bien, siempre lo he estado y siempre lo estaré. Solo no comí bien hoy eso es todo. Solo déjame descansar estos días que dijo la docto-fermera y estaré como siempre.

-Si lo prefieres así - alza con resignación los hombros y mira fijo al frente mientras conduce.

La selva de cemento y hormigón queda detrás de mí tan velozmente que apenas parece que pasamos por algún sitio. El cielo desaparece entre manchas de azul y blanco, manchas intensas e inmaculadas. Todo se ve tan infinito, pero el tiempo es bueno jugando con nuestro sentido de realidad. Solo tengo que observar, no sobreanalizar y podré descansar. Disfruta el paisaje. Olvídate de todo lo de este día. Olvídate de la comida, de las clases, de los profesores, de Joseph, de la enfermera, del miedo. Olvida...olvida...es lo único que te mantendrá bien en esta vida...solo supera este día y olvida...todo es más fácil cuando solo lo dejas ir. O al menos piensas que haces eso.

Y si hubiera un finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora