Capítulo I

1.6K 10 0
                                    

UN DÍA DE RUTINA:

Una mañana de viernes, el día comenzó normal, como siempre levantarse, desayunar, vestirse y embarcarse en un estresante viaje a la universidad en auto buss, lleno de pasajeros hasta más no poder.

Para mi (Elvis Ripalda) las cosas son simples, cumplir con mis obligaciones de estudiante, comer, domir y pasar largas horas en el internet, no es mucho, pero en fin, es lo que me hace feliz... creo, tampoco es una vida muy interesante que digamos y si, me gustaría que lo fuese un poco más.

Pero hoy mis plegarias fueron escuchadas, no es el cambio que esperaba y así mi tormento toma lugar después de la tercera clase del día.

Me dirigia al comedor, donde una casa avierta tenía lugar.
Me acerque por mera curiosidad y entre los puestos uno me llamó la atención. Exponían "artefactos antiguos" de la cultura Inca o Maya, el expositor nos explicó la historia de cada uno y también de las leyendas tras ellos, eran usados para rituales del tipo sobrenatural o algo así le entendí.

Nos invitó a sentir de primera mano "su poder", claro sin antes pedir una pequeña colaboración de un dólar. El expositor sacó una especie de figurilla extraña y exclamó: "sean testigo del poder que el tótem moemico... ondara en los más profundo de sus almas y recompensará con el regalo más preciado... Sabiduría".

~"¿Es en serio? ¿una sabiduría singular que clase discurso muy poco elaborado es éste? ".~ 

Estaba por ir me cuando:

Expositor: Usted, joven, es el afortunado, lo escogió.

Elvis: A mi??  Quien??  No.. no jaja este, solo estoy dé pasó.

Expositor: Venga, no sea tímido, hoy es su día de suerte, hoy su vida cambiará dé maneras que no imagina.

Elvis: Enserio no, es muy amable, pero ya debo ir me.

Expositor: Venga, no se arrepentirá...

Sonreía de manera sospechosa, pero a la final me dejé convencer. Un escalofrío recorrió mí cuerpo y sin darme cuenta ya estaba sentado aún lado de la mesa.

Elvis: ¿¿Que demonios?? 

El expositor trajo a otra persona con la misma insistencia que a mí, era... ¡Alisson Rivadeneira!, una conocida de antes de que entrara a la Universidad y hago énfasis en "conocida" porque no nos llevábamos tan bien como para llamarnos amigos y tengo la leve sospecha de que no le agrado mucho, ya sea por su actitud fría y poco interesada en los momentos que he tratado con ella.

En fin, el expositor dijo que extendieramos ambas manos sobre el "tótem moeico" o lo que sea, a mi parecer se ve como las chucherías que compras en las tiendas de recuerdos cuando sales de viaje.

Parpadeó unas lucesitas intermitentes tipo árbol navideño y botó un poco de humo de sus orificios de las caras, si a eso se le puede llamar cara...

Expositor: Sierren sus ojos y dejen que la magia fluya.

~Que gran estupidez~ pensé.

A la final no pasó nada, aun así tuvimos que darle un dólar, ¡Genial! un dólar tirado a la basura, bueno... no diría eso a la mañana siguiente, porque al despertar no me encontraba en mi cuarto, estába en una habitación totalmente diferente, más grande y amueblada, con cosas que sé que no reconocía como mías, pero ese era el menor de mis problemas, al ponerme de pie sentí un extraño peso en mi pecho, lo palpe y me llevé el susto de mi vida, ahora tenía dos bultos extraños en mi pecho ¿¡será cáncer!?. El susto fue peor cuando me asome al baño, no sólo había cambiado de cuarto, ¡¡¡también mí cuerpo!!!, era... Alisson... Alisson Rivadeneira.

Elvis: ¿QUE CARAJOOOO.. SS!!!?? ¿¿¡¡Pero que me pasó!!??---

No entendía nada, entré en pánico y de pronto escuché un celular timbrar, el número que llamaba era el mío, eso quiere decir que están usando mi celular, ya me imaginaba quien era.

Yo: Hola?  (Voz temerosa)  Alisson??

Alisson: ¡¡Tenemos que hablar y yá!! ¡¡Te espero en la entrada de la Universidad, no tardes..!!

En otros zapatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora