Capítulo 24

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Mi
Cuando llegué al templo de Akira, miré a mi alrededor en busca de Yumi, pero al no haber ninguna señal, solo me acerqué a ver alguna de las peticiones, la mayoría eran sobre niños con enfermedades, y la otra sobre niños desaparecidos.

Esto es triste- murmuré para mí misma

Ok, basta, no quiero herir a Kofuku.

Oh, Mi, llegaste...- dijo Yumi a mis espaldas
Si...aquí estoy- reí
Bueno, ven, acompáñame- Yumi jaló de mi mano mientras me llevaba a un segundo piso

Al entrar a este pude mirar, una casa linda.

Ven, siéntate- indicó Yumi señalando un sofá

Al sentarme mi vista quedó clavada en una estantería de viejos libros, no pude evitar preguntar.

¿Lees mucho?- pregunté a Yumi
Un poco, ya sabes, a veces uno debe retroalimentarse por decirlo así- rió Yumi
Claro....- sonreí

Yumi de pronto se levantó y tomó uno de aquellos libros.

Este lo escribí yo después de un sueño, que tuve- comentó la chica seria mientras me lo estregaba

La miré a los ojos, mientras tomaba el libro.

En cuanto abrí el libro, me topé con una dedicatoria a Aki, pasé la página.

Página 1:
Hace un tiempo, en esta misma ciudad, una chica, era feliz, vivía en una gran casa, tan grande cual palacio, pero no todo era felicidad y risas.

Página 2:
Los padres, o reyes de aquel palacio, nunca estaban presentes, por lo que la princesa debía estar bajo la protección y cariño de la Señora Morris, su niñera y ama de llaves.

Página 3:
La Señora Morris, en verdad quería a la hija de los ausentes reyes, envidiaba en cierto punto a la princesa, pero eso no dejaba que interrumpiera el juego de té a un lado del pozo.

Página 4:
Eso hasta que una gran oportunidad a las manos de la princesa llegó, haciendo despertar, la ira de la mayor mujer.

Página 5:
Por lo que un día decidida, envenenó el té de la heredera al trono.

Página 6:
Una vez bebido el té, la niña muerta cayó, y su niñera, al pozo la tiró.

Página 7:
La chiquilla nunca volvió.

Página 8:
Eso hasta que una magnífica hada, a su vida llegó, asegurándole protección y amor, a cambio de convertirse en un arma cada vez que por Yumiko la hicieran llamar.

Cerré el libro despacio, y miré a Yumi, la cual me miraba atenta.

¿Y bien?- preguntó sonriendo
T-tienes tal-lento - contesté tartamudeando

La chica solo sonrió.

Yukine Y Tú: No Tan Sarcásticos....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora