[CAPÍTULO 10 - AMARILLO]

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Camila llegó a la siguiente reunión del grupo de apoyo con la más radiante de todas sus sonrisas. Lauren, por otra parte, se acercó a ellos en un estado deplorable.

Aun así, felicidad y tristeza nunca se habían visto y sentido tan falsas. Todo había cambiado entre ellas un par de noches atrás.

Se sentaron tan alejadas cómo fue posible en aquella biblioteca. Axel estaba bastante entretenido con Leo, quien parecía haber sido encantado por el chico, pero fue el primero en notar sus extraños comportamientos.

—¿Sucedió algo?

Ninguna respondió.

Ally llegó poco después. Se sintió feliz al verlos a todos allí, esperando. Parecían comenzar a aceptar aquel grupo. Incluso Normani, quien ese día había estado practicando durante largas horas, estaba allí a tiempo.

Pronto estarían listos, pensaba ella. Pronto.

—¿Algo que contar hoy?

Dinah elevó su mano. Parecía bastante animada.

—Mi cita fue de maravilla. La mejor de todas las que he tenido sin duda alguna.

Ally aplaudió mientras sonreía, acción que fue silenciada por la encargada de la biblioteca. Debían hacer silencio.

—Me alegra escuchar eso, Dinah. ¿Cómo es él? ¿Planeas verlo de nuevo?

La chica más alta planeaba responder, pero Lauren decidió interrumpir.

—Poco me importa, pero espero que te cuidaras mejor que la vez anterior. Camila puede cuidar a tu hijo una noche, pero cuando tengas dos no esperes que todos estén dispuestos a lo mismo.

Camila intentó reír, pero ya no podía hacerlo como antes.

—Joder, Lauren... ¿Tanto te interesa mi vida sexual? —Preguntó Dinah con frustración. Aquella chica triste la molestaba.

—Me interesa tu irresponsabilidad, Dinah. Por gente como tú nacen millones de niños no deseados que luego de transforman en resentidos sociales.

La chica alta hizo de su mano un puño. Aquellas palabras no le gustaban para nada. Lauren sabía dónde atacarla, conocía su punto débil, y eso realmente la enfurecía.

—Creo que deberían detenerse —Sugirió Normani, a quien el ambiente la incomodaba.

—No voy a detenerme —Se negó Lauren.

—¿Puedes callarte? —Preguntó enojada la más alta. No quería escuchar ni una palabra más salir de sus labios.

—Me callaría si dejaras de ser tan jodidamente irresponsable. Los preservativos existen desde hace ya un buen tiempo.

—¡¿Tanto te molesta que tenga sexo con quien me atrae?!

Aquello se les estaba saliendo de las manos.

—Chicas, por favor... —Intentó suplicar Ally con una débil voz. Camila le dio la mano al verla tan frágil. Sabía que lo necesitaba en ese momento, y se sentía feliz al saber que podía ayudarla.

—¡Entonces lo hiciste! ¡Abriste las piernas nuevamente esa noche, incluso aunque conocías los resultados!

Fue demasiado para Dinah. Demasiado incluso para Lauren, quién se dio cuenta de su crueldad cuando la chica más alta decidió abofetearla.

Parecía ser una bofetada que había estado guardando durante ya mucho tiempo.

A su lado, Ally tembló y sujetó su mano con fuerza. En esos momentos se asemejaba a una pequeña niña asustada.

—¿Por qué lo hiciste? —Preguntó Lauren, quien ya sabía que lo había merecido.

Dinah dejó escapar un par de lágrimas antes de responder.

—Porque esa noche, la noche en la Camila se ofreció para cuidar a Leo, tuve sexo porque así yo lo quería.

Nadie pareció entender la gravedad de su confesión ni el origen de sus lágrimas, nadie excepto una persona: Esa chica que, sujeta a la mano de su mejor y feliz amiga, temblaba ante una patética demostración de violencia.

—¿Estás lista, Dinah? —Cuestionó Ally, quien no podía moverse pero aun así intentaba darle ánimos.

Dinah se secó las lágrimas antes de asentir, y en un acto involuntario Axel sujetó su mano. No sabía lo que estaba sucediendo, pero sabía que la chica alta lo necesitaba.

—Fui al cine con mi novia ese día —Comenzó a relatar. El labio le temblaba—. La acompañé hasta casa y decidí volver sola. Vivíamos cerca, así que no me preocupé.

Camila supo la historia antes de que ella terminara de contarla, pues miles de situaciones similares eran relatadas en el noticiero todos los días.

—No conocía al chico. Nunca le había dicho o hecho algo. No estaba usando ropa provocativa, no era demasiado tarde, no había bebido, no transitaba calles peligrosas, no me crucé en su camino... Igualmente sucedió.

—¿Qué dijo la policía?

Normani se veía particularmente dolida e interesada. Parecía estar dispuesta a asesinar a alguien en cualquier momento.

Axel tampoco estaba mejor. Odiaba saber que un enfermo con genitales similares a los suyos le había hecho algo tan cruel a una persona como Dinah. Odiaba saber que miles de enfermos con genitales similares a los suyos habían hecho cosas tan crueles a otras personas.

—Me dijeron que harían todo lo que pudieran, pero no hicieron nada. El caso quedó en el olvido... Y el último día, el día en el que perdí mis esperanzas, noté que había sido uno de ellos. Y él me dijo que había sido mi culpa, que no debí caminar sola por esas calles, y le creí.

Y resultaba triste, incluso para Camila, pues su historia se parecía a muchas más.

—¿Y por qué decidiste tener a Leo? ¿Por qué cuidar al hijo de un enfermo y estúpido idiota?

Dinah miró a Lauren, y esta vez ya no había furia en sus ojos. Ahora solo quería hacerla entender algo.

—Leo no es su hijo, Lauren, es mío —Aclaró con suavidad—... Y decidí tenerlo porque, sencillamente, esa fue mi elección.


Lamento que este capítulo los haga sentir mal, asqueados, indignados, pero era esa mi intención. Estos personajes son parte de un grupo de apoyo para gente con problemas, problemas reales que podrían ser los mismos que enfrenta un amigo, un familiar, un total desconocido.

(Lo que le sucedió a la Dinah de esta historia sucede todos los días, y aunque uses ropa provocativa, camines tarde por las calles, estés sola o vayas algo bebida, no debería ser visto como algo natural o algo que sucede todos los días solo porque sí. Lo que sucedió con ella nunca está bien seas chico, chica, no binario... Nunca)

—Lore—

Nota: Por favor, estén donde estén, vivan donde vivan, sean de donde sean, intente mantenerse a salvo. Temo por lo que pueda suceder mañana, y creo que algunos de ustedes también.

¿Qué tal ustedes?


Tengan una buena vida.

||Antes del Arcoíris - CAMREN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora