Capítulo 6

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Mi mamá no reacciona, me levanto del suelo y voy directo hacía el teléfono y sin dudar dos veces le marco a cameron, un pito, dos pitos..

—¿Diga?— dice la voz chillona de katrina, cuelgo de una. Ya no sé a quién llamar, no tengo a nadie, sebas.. Desesperada voy hacía mí bolso en busca de su número de teléfono y lo llamó, un pito..

—¿Aló?— dice del otro lado de la línea una voz adormilada
—Se-seba necesito qu-e vengas— digo tratando de poder hablar, pero me era imposible
—¿QUE PASA, ANNE?, ¿ESTAS BIEN?, voy en un segundo!— y antes de que le diera una respuestas ya había colgado. No puedo creer que esto éste pasando, por dios mi madre estaba bien, estaba al día con sus medi... ¡SUS MEDICINAS!, había olvidado comprar sus medicinas, oh dios santo, esto es mí culpa. Escucho el motor de un auto y salgo en seguida, era sebas, bajó de un tirón, y vino corriendo hacía mí, me miró con pena y luego fue hacía mi mamá, la cargó con cuidado y la subió al auto, yo hice lo mismo.

(...)

Ya han pasado dos horas y no sabemos nada de mí mamá, cuando llegamos al hospital fuimos directo a emergencias, nos dijeron que fuéramos a la sala de espera y eso es lo que hacemos, estar sentados sin saber ni poder hacer nada.

—¿Tienes hambre?, ¿quieres algo de tomar?.. ¿café? ¿jugo?— dice un sebas muy angustiado
—No quiero hacer más molestias sebas, deberías de ir a tú casa. Muchas gracias por estar disponible para mí en ese momento, creeme ya has hecho mucho— le digo insistiendo a ver sí esta vez sí me hace caso para irse, pero no, fue en vano, de nuevo
—No me iré, Anne. Iré por comida y café, vuelvo en un segundo bonita— dice y me da un beso en la frente. Este chico es increíble sin duda, aún no le he contado nada a Cameron, él estaba con su novia, y preferiría no molestarlo, mi celular empieza a sonar, hablando de rey de roma...

(Llamada telefónica)
—¡Hey!, que tal— digo lo más animada posible
—¿Que tienes?, eres patética fingiendo — dice de mala manera, ¿que le pasa?
—¿Que te pasa?— digo de la misma manera, no estoy en momento para discutir
—Me llamaste hace un rato, y estaba muy ocupado, me hubieses mandado un texto antes de llamar, Anne, ¡estaba con Katrina!— dice enojado
—¡Pero qué rayos! ¿ahora tengo que avisar para poder llamarte?, sabes?, no estoy de humor Cameron, hablamos luego— dije y corte. Pero que rayos le pasa a este tipo, si tan sólo supiera de esto...

—Ten— dice sebas entregándome un vaso con café y un panecillo, le hago una media sonrisa y él me la devuelve.

Familiares de Annabeth Ventura—anuncia el doctor.
—Yo, soy su hija—le digo acercándome—.Ella... ¿está bien?
—Sí, pero aún no está estable del todo. Estamos haciendo unos exámenes—me informa cruzando los brazos.—Ella está sedada, espera unos 30 minutos a que la pasen a una habitación para que la puedas ver, me tengo que retirar cualquier cosa no dude en buscarme señorita.
—Claro, gracias doctor.

Voy hacia mi asiento de nuevo, analizando las cosas, cuando distingo unas voces conocidas. Levanto la mirada y veo hacia la recepción y me encuentro con las 3 personas que hicieron de mi vida un total infierno, tomo a Sebas de la mano y lo levanto de la silla de un agarrón.

Trato de esconderme con su cuerpo pero ya era tarde, tenía a las personas frente a mí. Contengo la respiración y Sebas lo nota ya que este me mira directo a los ojos dándome a entender que todo estará bien, sin embargo aún no suelto el aire. Giro a mi cara y enfrento a un par de ojos, idénticos a los míos.

—¿Se puede saber que hacen aquí?—mi voz tembló un poco, odio que esto me pase cuando quiero ser fría.
—Me enteré que tu madre estaba aquí, ¿como está ella?—dice Renata, la mamá de Sophie.
—Problema suyo, no es—dije con el ceño fruncido—.Sabes Renata, sabía que eras cínica pero no tanto, ¿Dime con que cara vienes a ver a mi madre, no te da vergüenza?
—Te recuerdo que ella es mi amiga..—la interrumpo.
—Fué, pasado. Dejó serlo cuando TÚ decidiste meterte con mi padre y lastimarnos—digo enfatizando el "tú".
—Ellos querían estar juntos Anne, acéptalo de una vez por todas—dice Sophie como si no fuera la gran cosa.
—¿Pedí tu opinión?—ella niega—.Entonces como no lo hice, no opines. Tu no sabes lo que es ver a tu madre llorar por culpa de un idiota que no supo cuidarla y calmar sus hormonas por un momento, no sabes lo que es crecer sin la imagen de un padre por culpa de una mujer. Por sus culpa fuí infeliz en mi infancia, por tú culpa—señalo a Renata—. Mi madre se echa la culpa porque no fue "suficiente" para el idiota que tengo como padre  y por tú culpa—señalo a Sophie y me le acerco para quedar frente a frente con ella—Todos murmuran cosas de mí, me miran como si fuera un bicho y me he quedado sin "amigos", y a ti— me volteo, y señalo a mi padre, y aún no puedo creer que lo siga llamando así—.Por tu culpa, no creo que en los hombres, por tu bendita culpa me da miedo enamorar porque resulta que el primer hombre que debió demostrarme lealtad y cariño, ¡SE FUE DETRÁS DE UNA MINI-FALDA! quiero se me larguen de aquí, no quiero saber que preguntan por mi mamá. Hablaré en  recepción para que no le den ningún de información a menos que yo autorice. Sigan con sus vidas que la de mi mamá y la mía apenas está mejorando, no me hagan llamar a seguridad creo que son lo suficientemente grandes y maduros para saber irse sin ayuda de nadie. Y tú—miro a Fabián, mi padre—.No vuelvas a aparecerte en mi vida y mucho menos en la de mi mamá porque ya estás fuera de ella, que les vaya bien, adiós—digo severa y tranquila.

Un pasado oscuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora