La observe sentada en una de las bancas del parque.
Tenía un cuaderno entre sus piernas mientras que ensu mano sostenía un bolígrafo.
Su cabello caía sobre sus hombros, y unos cuantos mechones tapaban su frente.Una pequeña nota guardada entre las hojas de su cuaderno voló por el suelo, se levantó intentandoatraparla pero cada vez volaba más hacia mi dirección.
La atrape y la vi caminando hacia mi.
— Creo que esto te pertenece. — Le extendí la nota, sonriéndole.
— Gracias. — Sonrió tomando la nota de mis manos, rozando nuestros dedos.
Su cara se tornó carmesí por el tacto.
Guardó la nota en su pantalón y me miro.
— ¿Y qué te trae por aquí? ¿Uh?—
—Quería verte.—Alzo una ceja.
— ¿Y cómo supiste que estaba aquí?—
—Algo me dijo que podía encontrarte en este sitio. — Me encogí de hombros.
Asintió mientras caminábamos hacia la banca donde minutos antes Melissa estaba sentada.
— ¿Qué hacías? — Pregunte señalando el cuaderno que tenía en las manos.
— Estudio. — Bufo
— ¿Estudias? ¿En vacaciones?—Asintió.
— Pronto entrare a la universidad, y tendré que presentar examen.—Asentí entendiendo.
— ¿Y vienes a estudiar aquí siempre?—
—No, bueno, sólo estos días, mi hermano menor invita a sus amigos a jugar cada semana y no puedoconcentrarme con tanto alboroto. — Explicó. — Vengo aquí para pasar el rato, o en este caso estudiar.—
—Ya veo. — Reí. — ¿Qué estudiarás?—
—Psicología.—
—Que bien, porque necesito terapias.—Frunció el ceño obviamente sin entender a lo que me refería.— Mis amigos creen que estoy loco, piensan que tu sólo eres producto de mi imaginación.—
—¿Y por que lo creen?—Hice una mueca.
— Les conté del deseo pero no lo tomaron muy bien.—Se echó a reír.— No te rías.—
—Perdón, es que me pareció gracioso que no te creyeran, digo si lo ves desde su punto de vista, igualsuena como sí estuvieras demente, ellos no estuvieron en tu lugar por eso es difícil creer algo así.—Repase sus palabras un par de veces.
Tenía mucha razón, no había pensado desde su punto de vista, igual y soné como un loco diciendo eso.
— Hablando de eso...—Deje la oración al aire captando su atención.
— ¿Qué?—
—Quieren conocerte.—
—¿En verdad? — Asentí. — De acuerdo.—Se levantó de la banca
— ¿Que? ¿ahora? —
— Si, ¿Por qué no? — Se encogió de hombros.
Sonreí poniéndome de pie.
— Les diré que vayan a mi casa, aguarda.—Saqué mi teléfono y comencé a teclear.— Listo. — Anuncie devolviendo mi teléfono a la bolsa de mi pantalón.
Le extendí mi mano para que la tomara, ella la miro por un momento, y luego me miro a mi, sonriendo.
— ¿Cómo en los viejos tiempos?—
— Cómo en los viejos tiempos. — Afirmé.
Me sonrió enlazando nuestras manos, justo como en los viejos tiempos, cuando la acompañaba a su casa oincluso si sólo caminábamos por la calle, siempre tomados de la mano.
Me encantaba la manera en que nuestras manos encajaban perfectamente.
Pero me encantaba aún más el sentimiento que eso provocaba en mi.Abrí la puerta de mi casa haciéndome a un lado para que Melissa pudiera pasar.
Se adentró y con la mirada examino el lugar, deteniéndose enfrente; mis amigos ya estaban ahí, sentadosen el sillón con sus celulares en mano.
Ni siquiera habían notado que estábamos aquí.La mire, su mirada seguía en ellos, me miro y sonrió nerviosamente.Había olvidado que ella era una fan, por supuesto estaba nerviosa.
Le sonreí y me aclare la garganta para que mis amigos me escucharan.
Los cuatro voltearon captando mi atención y luego miraron a Melissa.
— Chicos, ella es Melissa, de quién les hablé.—
—Hola. — Los saludo.
Los cuatro se vieron mutuamente y se levantaron a saludarla.
— Hola Melissa, soy Alan. — Se presentó.
— Hola, un gusto, soy Alonso.—
—Yo soy Bryan, encantado de verte.—
—Soy Freddy, como Teddy, pero más cool.— Le guiñó el ojo.
— Un gusto chicos.—
Freddy comenzó a hacerle plática a Melissa mientas que mis demás compañeros me llevaron arrastras a lacocina.
— ¿Es ella? — Pregunto Alonso.
— Si, ¿por qué?—Los tres se miraron.
— Vaya, lo sentimos Jos, tenías razón, nos equivocamos al pensar que estabas loco, perdónanos. — Sedisculpó Bryan.
— Esta bien, igual y soné como sí estuviera demente con eso del deseo. — Reí. — No tengo nada queperdonarles.—
Volvimos a la sala, Alfredo aún seguía hablando con ella, y al parecer era una agradable plática puesMelissa no dejaba de sonreír.
Estúpidos celos, desaparezcan.
Alonso noto que me estaba molestando que Freddy estuviera con Melissa, así que lo tomó de los hombros y loarrastro.
— Necesitamos irnos. — Le explico Alonso a Freddy.
— Pero...—
—Chicos. — Alonso hizo una seña para que captaran.
Bryan y Alan captaron rápidamente y corrieron a ayudar a Alonso.
— Nos vemos Melissa, fue un placer conocerte. — Se despidió Bryan antes de desaparecer por la puerta.
Les debía una grande por ayudarme, y en cuanto a Freddy, le daría una paliza por andar de coqueto conMelissa.
— Jos, tengo que irme.— Melissa interrumpió mis pensamientos.
— Te acompaño.—
Asintió caminando hacia la puerta, la seguí y tome su mano al salir por la puerta.Me miro y sonrio.Le sonríe devuelta y mire al cielo, la noche estaba apunto de caer, debían ser como las seis de la tarde.
Recorrimos el camino hacia su casa, por suerte no lo había olvidado.
Nos detuvimos frente a su puerta.
— Gracias por acompañarme, fue agradable pasar la tarde contigo.—
—No hay de que, ojalá se repita de nuevo.—Sonrió y con lentitud retiró su mano de la mía.
Se dio vuelta para entrar a su hogar, pero justo cuando estuve apunto de irme, salió de ella dándome unbeso en la mejilla.
— Nos vemos.—
Volvió a entrar dejándome perplejo frente a su puerta.
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Un Deseo 2 » J.C.
Fanfiction― Pide un deseo. Cerré los ojos y suspire. Sabía lo que pediría, y tal vez esto era estúpido pero es lo que deseo. Deseo encontrarla, encontrar a Melissa. Continuación de "Un Deseo". • Novela adaptada. • Todos los créditos a ©ourfivebadboys, se pro...