Capítulo 6

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Mamá había llamado avisando que papá, el hombre de negocios que supuestamente no tenía tiempo para nada, había llegado con su nueva novia.

Sentí algo removerse en mi interior, la verdad es que no tenía tiempo para mí, esa era la verdad, aunque muy en el fondo lo sabía y estaba consciente, pero no estaba dispuesta a admitirlo.

Después de pensar en la maravillosa noche que tuve era hora de entrar a la realidad, Eideen se había enojado por nuestro comportamiento una clase atrás por todo el alboroto que habíamos causado, el castigo fue un examen.

Eso significaba que tenía que estudiar, organicé mis cosas y comencé a estudiar de una vez por todas, podía besar de maravilla y ser muy lindo pero la realidad es que no sabíamos nada sobre su manera de evaluar y enseñar, ya que solo habíamos tenido una miserable clase.

Una miserable clase y ya teníamos examen, era algo injusto de su parte teniendo en cuenta que la mitad de la clase no sabía hacer una ecuación, incluyéndome. No lograba entender cómo podía irme tan bien en otras materias y ser tan nula en matemáticas.

Al termino de mi merecido descanso puse en marcha mi plan de estudio.

La tarde se había pasado volando y el sol fue remplazado por la luna, la verdad es que no había tenido tantas complicaciones como la última vez que tuve que rendir un examen de matemáticas. Una que otra duda aparecieron en mi plan de estudio, pero para eso estaba Bella, la verdad es que le iba bastante bien en matemáticas.

Ya era más de media noche y decidí que era hora de ir a dormir, recogí todos los papeles y los guarde en la mochila. Mis ojos rápidamente se fueron cerrando y mi respiración fue remplazada por una más calmada.

Había sido un error, un grandísimo error quedarme despierta hasta las la una y media de la mañana. Cinco minutos para que toque la campana de entrada y recién estaba colocándome la falda.

La primera hora era la de la de Eideen, corrí lo más rápido que pude, pero no fui lo suficiente rápida ya que cuando llegué la puerta estaba cerrada. Entre con la mayor delicadeza posible para que no se dieran cuenta, pero fue un intento fallido, treinta y tres cabezas giraron en la dirección de la puerta clavando sus ojos en mí.

Mi aspecto era fatal, tenía unas ojeras espantosas, le seguían mis ojos hinchados y rojos por la noticia de ayer, finalmente para rematar mi moño mal hecho.

Me dirigí hacia el escritorio del profesor para recibir mi prueba y poder realizarla. Pero al notar el moteron que tenía en el pómulo izquierdo quede asombrada, ¿esa había sido yo?

— Feliz día profe. — hable dedicándole una triste sonrisa, aunque me sentía fatal no iba a dejar de lado mis modales, después de todo por eso había sido el feriado de ayer, el día del maestro.

A la media hora entro otra figura por la puerta, se trataba de la profesora de gimnasia. Entro y se puso a conversar con Eideen, a los minutos se escuchaban carcajadas de parte de los dos, hacia un esfuerzo para concentrarme, pero era imposible dada las condiciones.

— Hay gente que intenta hacer la prueba. — hable cabreada.

Las dos personas giraron hacia mí con asombro.

— Pues si no hubiera llegado tarde señorita ya habría terminado, como sus compañeros. — soltó de golpe.

Era verdad, solo quedaba yo por terminar de realizar la prueba, pero eso no le daba el derecho de reírse mientras está tomando un examen y hay una alumna realizándolo.

— Seguimos en hora de clase, que no se le olvide. — lo fulmine con la mirada.

— Es mi hora de clase. — contraataco.

Escribí mi nombre en la esquina superior derecha, tomé mis cosas y le entregué la hoja.

— Que disfrute su clase. — espete en su rostro.

Al salir emprendí camino hacia la cafetería, faltaban cinco minutos para que todo el alumnado de Rashdowns salga a tomar su receso. Admitía que la situación me había consumido, no tenía que haber mezclado las cosas, pero paso al final de cuentas.

Me encaminé al edificio menos transitado, y me senté a comer mi sándwich. Me puse a analizar todo lo que había ocurrido en las últimas veinticuatro horas.

Lo de papá me había dado donde más me duele, aunque intentaba hacerme la fuerte por mamá me dolía. Durante dos años había recibido ayuda psicológica por parte del gabinete de orientación en la escuela, con la condición de que mamá no se enterara.

Solo quería que vuelva a desaparecer, mamá y yo podíamos solas, como lo habíamos hecho durante años.

Al mismo tiempo que intento meter de un bocado el sándwich suena mi celular, anunciando un mensaje.

Bella Tabarelli: El director te está buscando por todo el colegio, al parecer el profe le conto lo sucedido en el salón.

La ira poco a poco consumé mi cuerpo.

Yo tendría que ser la que le anuncie al director que no podía realizar el examen debido a que el señor profesor estaba ocupado riéndose con la señorita educación física. Ballena estúpida, la realidad es que es una morsa la mujer.

Estiro mis piernas y me acomodo la falda para ir directo a la oficina del director.

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Hola, no los quería dejar sin capitulo hoy, justo que es el día del maestro.

¡Disfruten!

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