Ella se había ido a dormir a las diez de la noche. Se sentía muy cansada, puesto que había estado trabajando todo el día en un caso muy extraño. Era muy extraño cómo él había muerto.
A las 4 de la mañana, aproximadamente, ella sintió unos ruidos en su cocina. Ella vivía sola. Se tapó completamente la cabeza queriéndose convencer de que no era nada, no era un espíritu maligno. Por más que trató de dormirse de nuevo no lo logró, ella era muy miedosa y tenía todos los pelos de punta. Decidió ir a ver qué pasaba.
Al llegar a la cocina encontró un pequeño y lindo gatito blanco, seguro había entrado por la ventana abierta y armado tanto desastre. Lo tuvo que sacar de su casa, pues a ella le daban alergia. Al entrar de nuevo, encontró una chica cocinando, la chica pegó un salto para atrás con cara de horror y habló:
—Espíritu, no me hagas daño.
Ella extrañada le contestó:
—Vos sos el espíritu, y estás en mi casa.
La chica le respondió segura:
—Esta es mi casa, estoy cocinando mi almuerzo y te acabás de llevar a mi gatito.
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Microrrelatos y microficciones
RandomAcá voy a subir algunos microrrelatos que escribo, la mayoría para concursos de Sweek.