De traje negro y corbata gris, se encontraba atareado en su oficina. Manejar una compañía no era fácil, mas tenía sus ventajas; dinero, viajes, mansiones, autos, mujeres.
Por la noche, la oscuridad caló hasta el último punto de su alma. Era una noche fría. Vivir en la calle no era fácil; sin comida, dinero ni lugar para dormir. Era difícil no entregarse a la delincuencia. Además, la gente lo catalogaba de ladrón y vago. Él sentía impotencia.
Cuando, al fin, amaneció, llamó a su secretaria para que le sirva un café. Él era el karma.
NOTA: Este lo hice con
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Microrrelatos y microficciones
De TodoAcá voy a subir algunos microrrelatos que escribo, la mayoría para concursos de Sweek.