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El aroma a café recién hecho se filtraba bajo la puerta, como un recordatorio insistente de que el día había comenzado. Sin embargo, tras haber pasado la noche en vela, ni siquiera la promesa de ese primer sorbo caliente podía convencer a Elena de salir de su habitación. Era sábado, y más que nunca, necesitaba unas horas más de paz.
-¡Elena! ¡Baja ya! Tenemos mucho que hacer- la voz de Bonnie resonó desde el piso de abajo, impaciente.
-Ya voy, Bonnie... pero no grites, por favor- murmuró Elena con voz apagada, enterrándose bajo la almohada como si pudiera ahogar el peso de la resaca que le latía en las sienes.
La puerta se abrió suavemente, y el sonido de los pasos de Bonnie acercándose provocó un nuevo zumbido en su cabeza. Aunque no la veía, Elena sentía la familiar energía protectora de su amiga. Bonnie siempre estaba ahí, cuidándola, incluso cuando ella misma estaba rota.
-Te dije que no era buena idea beber tanto anoche-dijo Bonnie, mientras apartaba la almohada que Elena había usado como refugio.
-Lo sé, lo sé... La próxima vez te haré caso. Me siento como si me hubiera pasado un camión por encima- balbuceó Elena, luchando por abrir los ojos, su rostro una clara imagen de dolor y cansancio.
Bonnie, sin decir más, se sentó a su lado y le entregó una pastilla junto con un vaso de agua. Elena la tomó sin dudar.
-Toma esto. Te sentirás mejor en un rato- dijo Bonnie, y su tono era más suave ahora, más comprensivo.
-Gracias, Bonnie. No sé qué haría sin ti- dijo Elena con una débil sonrisa, mientras bebía el agua. Era en momentos como este, en los pequeños actos de su amiga, que Elena recordaba cuán profunda era su conexión. Bonnie había sido su pilar, su luz, en los momentos más oscuros.
Bonnie se levantó para abrir las persianas, y la luz del sol llenó la habitación. Elena entrecerró los ojos ante el brillo, pero en su interior, algo en esa luz le dio una sensación de calma que no había sentido en días.
-Te espero abajo. No tardes- dijo la morena, antes de salir de la habitación.
-Como digas, mamá- bromeó Elena, intentando suavizar el momento. Pero en cuanto Bonnie cerró la puerta, la sonrisa desapareció de su rostro. Miró hacia la ventana.
Una semana había pasado desde que se mudaron a Chicago, y todavía sentía la confusión de aún no pertenecer al sitio. Comenzaría la carrera de medicina, cumpliría con lo que siempre había soñado, igual que su padre. El pensamiento de su padre hizo que algo se quebrara dentro de ella, como siempre lo hacía. La pérdida seguía siendo un peso que llevaba a cada paso, un dolor que nunca terminaba de sanar. Habían pasado años desde que sus padres murieron, pero cada vez que los recordaba, la misma soledad la envolvía. Sin Bonnie... Tal vez nunca habría llegado hasta aquí.
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Bᴀᴄᴋ Tᴏ Tʜᴇ Sᴛᴀʀᴛ (Editando)
Fanfiction〘 𝑺𝓽𝓮𝓵𝓮𝓷𝓪〙Final Alternativo. Luego de derrotar a Katherine, Stefan logra sobrevivir pero queda muy malherido. Esto hace que tanto Damon como Caroline reconsideren muchas cosas, empezando por el hecho de que Elena y Stefan ahora son humanos y...