Kath

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Kath, la típica chica que solo interesa a la gente por su pecho, ya estaba cansada de que a nadie le importasen los sentimientos. Era una chica con una mente muy abierta y comprensiva, agradable y con la que podías  contar para todo. Y digo esto por no hablar de su sonrisa, esa linda sonrisa que podría conquistar a todos si le mirasen a la cara mientras hablaban.
Kath tenía amigos donde vivía, pero también le gustaba conocer a gente por internet; así no le hablaban solo para ver su cuerpo, sino que se centraba más en un intercambio de ideas, justo lo que Kath quería. Pero un día acaba hablando con Diego, un misterioso y apagado chico al que las chicas acuden por el movimiento de su lengua y no por lo que piense o sienta. ¿Hablar solo sobre ideas o experiencias? Cuando intercambiaron fotos, también intercambiaron atracción. ¿Lo malo? Que les separaban 932,9 km.

Coger (en) un aviónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora