capitulo5

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Chris se despertó con la sensación más increíble de bienestar que jamás había experimentado en su vida.
Emma se acurrucaba contra él, sus brazos alrededor de ella protectoramente mientras dormía. Su parte trasera se encontraba deliciosamente firme contra su erección matutina, una situación que Chris aprobaba totalmente.
Su olor estaba sobre él, mientras que el de él estaba todo sobre ella.
Sus caderas corcovearon hacia adelante involuntariamente y él gimió mientras su carne caliente y resbalosa acariciaba la cabeza de su pene. Dios, esperaba que a ella le gustara el sexo por la mañana.
Y el sexo por la tarde. Y el sexo por la noche...
-Buenos días, Chris -Su voz era divertida, cruda por el sueño y sexy como el infierno.
-Por el amor de Dios, por favor, dime que no estás dolorida-, susurró él, casi suplicante.
Emma se inclinó sobre un codo, girando para mirarlo.
Terminó parcialmente sobre su estómago y los ojos de Chris de inmediato se concentraron en ese trasero increíble que ella tenía.
-No mucho, pero honestamente, otros... asuntos...necesitan ser cuidados primero-Ella se sonrojó un poco.
Chris miró su cara y sonrió incómodo. -El baño está en esa dirección.
Ella se levantó y salió de la cama antes de que él hubiera terminado de señalarlo, corrió desnuda por la habitación. Chris se echó hacia atrás y disfrutó de la breve vista que le dio antes de que la puerta del baño se cerrara detrás de ella.
Se licuando oyó su suspiro de alivio. Sonreía mientras salía de la cama y agarraba sus janes.
- ¿Quieres café?-, gritó a través de la puerta del baño justo cuando ella se sonrojaba.
Ella abrió la puerta, asomándose por el borde. - ¿Tienes té? Él pensó por un momento, frunciendo el ceño, haciendo un inventario mental de lo que su madre podía haber dejado en su última visita.
-Tengo Darjeeling, EarlGrey y especias Chai. - ¿Especias Chai, dulce con crema?
-Voy
Toma mi cepillo de dientes, recogeremos las cosas de tu apartamento más tarde hoy- Hizo caso omiso de su ceño fruncido y salió de la habitación.
Se deslizó sus pantalones una vez que estuvo en la sala y se dirigió a la cocina. Silbó alegremente mientras comenzó a hacer el té y el café, poniendo las dos máquinas a trabajar mientras contemplaba qué hacerle a su pequeña compañera para el desayuno.
Sacó los huevos, sabiendo que al menos podría hacer huevos revueltos y pan tostado sin parecer un idiota en la cocina.
-Me debes una camiseta, LeónO. Se dio la vuelta, con su pene endureciéndose cuando vio su camisa en ella.
Prácticamente se la tragaba toda, y se veía malditamente bien en ella. No le dolía que no llevara nada debajo. Su pelo alborotado y sus hinchados labios completaban su apariencia de recién follada.
Luego miró sus ojos y casi dejó caer los huevos. Sus ojos brillaban dorados, llenos de calor y pasión.
Él sintió su propia llamarada en respuesta, con su mirada acariciándola de pies a cabeza mientras avanzaba hacia ella, los huevos dejados atrás sobre el mostrador.
-emma-, ronroneó, envolviendo sus manos alrededor de su cintura.
- ¿Hmm?- Ella le acarició el pecho con sus pequeñas manos, sus dedos enredándose en el vello de su pecho.
Él se inclinó y lamió su marca, gimiendo cuando desnudó su garganta. -Estás cambiando.
- ¿Qué?-, preguntó ella distraídamente, con sus manos moviéndose hacia sus janes.
-Sabes tan bien-, susurró ella, lamiendo su cuello con una lengua que se volvió áspera.
Chris se estremeció. -emma -, gimió mientras sus dientes lo mordían en su cuello.
Sus colmillos habían crecido -Estás cambiando, cariño. -Pensé que me habías dicho que tenía dos días-, murmuró mientras su mano se abría paso dentro de sus pantalones. Con un suspiro de felicidad ella le acarició el eje, tirando hacia afuera de sus pantalones para mover su pulgar sobre su cabeza. Chris gimió, dispuesto a empujarla hacia abajo sobre la mesa y tomarla rápido y duro.
Lo cual podría ser un problema si ella cambiaba antes de que terminaran.
- emma, tienes que parar.
- ¿Quién lo dice?- Ella se arrodilló delante de él y tomó su pene en su boca, chupándolo suavemente en la cabeza, con su lengua áspera a lo largo de la ranura.
-Mmm, sabes bien. -Se lamió los labios, juguetona y seductora.
Chris se quedó mirándola, luchando contra sus propios instintos. Quería empujarse entre sus labios, mantener su cabeza en su lugar mientras él la follaba allí, asegurándose de que ella se tragara hasta la última gota de él.

Mi puma  SERIE HALLEPUMAS 1(Terminada)©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora