Dream 🌺 YOONGI & Tú. 🌺

Me duele tú despreció.

Octubre 10 -3:05 a.m.

Observó por milésima vez la pantalla de su teléfono, en espera de una respuesta de su pequeña.
Hay intentado buscarla muchas veces, pero siempre sin frutos, estaba preocupado. Él, Min YoonGi, jamás había experimentado algo así, su preocupación había aumentado aquella vez en la que fue a su casa.

[   Flashback   ]
Junio 05- 20:15 pm.
Sus rodillas empezaron a entumecerse, pero eso no impedía que se mantuviera ahí. Firme. Buscando su perdón; tocó la puerta de nuevo sin respuesta.
—¡TN! ¡Abre la puerta, por favor!— su voz denotaba su suplica. —Lo lamento, en serio, ¡de verdad lo siento!
Golpeó la pared con su puño en repetidas ocasiones, hasta que su pálida mano cambio a un tono rojizo por la fuerza de sus golpes. Y lloró, lloró como nunca en su vida lo había hecho, no por el dolor que le causará su mano, sino que era mayor el daño que le había causado a ella. Había sido débil, no podría excusar todo el daño,las lágrimas que le había provocado.

—Solo... déjame verte una última vez..te lo ruego,TN.—
El sonido de la puerta siendo abierta fue lo que le alertó. Se levantó rápido del suelo de manera torpe, para encontrarse con esos ojos antes brillantes, ahora completamente opacos y sin vida.

T/N: — ¿Qué quieres, YoonGi?— susurró desviando su mirada.
—Yo..yo... No lo sé...— me observaste confundida y te moviste con intención de cerrar la puerta pero fui más rápido al captar tus intenciones. —¡Espera!, es solo que no esperaba que lo hicieras.

Retiró su mano de la puerta al ver la  mirada en sus ojos: Asco. Sabía que eso le causaba su presencia, incluso su cercanía así que se alejó lo suficiente para no incomodarle.

—Supongo ahora estás feliz.— dijo de pronto luego del silencio que se mantuvo.

— ¿Qué? ¿Porqué estaría feliz con todo esto?— cuestionó él arrugando su frente.

— Por fin, obtuviste lo que querías. No sé cuánto tiempo más podría seguir aguantando todo eso. Estoy cansada de tí, YoonGi.— exclamó con lágrimas en sus pequeños ojos— ¡Estoy harta! no puedo seguir siendo yo la que siempre sufre en esta relación. N..o..puedo más...— y se derrumbó. Sus piernas dejaron de servirle de soporte y cayó al suelo estrepitosamente, perdiendo el conocimiento.
Alcanzo a moverse a tiempo y la atrapó antes de que su cabeza tocará el suelo.

—¡TN!— movió su rostro con su mano—¡TN, despierta!— la desesperación se apoderó de su cuerpo y levantando su cuerpo, la tomo en brazos corriendo por su edificio, hasta llegar a la calle. La subió al auto en la parte de atrás, para después proceder a ingresar en su auto. Abrochó su cinturón y acelero.

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Levantó su mirada del suelo al ver un hombre de mediana edad frente a él. Hizo un reverencia ante el mayor y procedió a preguntar lo que hace 3 horas estaba esperando saber.

—Y... cómo está?— él hombre pasó una mano por su cabello, semi canoso y suspirando lo vió.

—Su condición no es muy buena. Su cuerpo se ha debilitado debido a la falta de alimento, por lo cuál a tenido un colapso. Su mente es un caos ahora, muchacho.. esa chica no está pasando por su mejor momento.

Se dejó caer sobre las bancas con la mirada en el suelo de nuevo.
—¿Hay algo que yo pueda hacer?— consultó sin levantar la mirada de nuevo, temeroso a una negativa de su parte.

—Solo déjela descansar, no sé por lo que están pasando. Pero será mejor que la dejes tranquila, hijo.— posó una mano sobre hombro haciendo una leve presión sobre este.—Dale tiempo.
Sin más que decir se alejó de su lado perdiéndose por uno de los pasillos.

Tiempo actual.

Asimismo había decidido hacer. Aquel día la dejo en su casa y se fué en silencio, no sin antes depositar un pequeño beso sobre su frente, una lágrima se deslizó por su mejilla. Sentía que este era el final, todos aquellos días felices a su lado, se deslizaban por sus dedos como si fueran solo recuerdos. Como si nunca hubiesen pasado.

Observó el agua en la tina y vio su reflejo, veía sin ver realmente, ése no era él. No era ni una pizca de lo que fue cuando estuvo a su lado. La bebida había sido su cura, bebía para olvidar y al no lograrlo, terminaba metiéndose en peleas con desconocidos solo para apaciguar su dolor. De nuevo no se había defendido, solo se dejaba golpear hasta perder el conocimiento, para luego llegar a su hogar y darse un baño por horas. Sumergido en los recuerdos de lo que fue y no volvería a ser.

Así se deslizó por la bañera hasta que su cabeza estuvo por completo dentro de esta y cerró sus ojos. Esperando así una vez más, acabar con el dolor de su desprecio.