Año: 1999.(21) Aventura descabellada.

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Aventura descabellada.

Ataviándome para la fiesta de la vida,

cubriéndome con la capa de mis recuerdos,

en mis pies los zapatos de errores,

salgo en busca de nuevos amores.

Llegué al salón del destino,

me niega el paso la tristeza,

pero el anfitrión era el amor y me enseño el camino,

y así entré a una aventura de bellezas.

Miro desfilar atuendos de dolor,

miro pasar tiempos de hastío y pudor,

veo como baila la noche con el día,

escucho como llora el olvido y ríe la alegría.

De pronto que me encuentro con la soledad,

me murmuró al oído que me deseaba con verdad,

me dice que bailáramos un momento,

y me ofreció una copa de silencio.

Todo fue para mí una aventura,

observo cómo en paz conviven la luz y la penumbra,

y cómo el viento lleva de pareja a la tierra,

veo cómo la puerta la oscuridad la cierra.

De pronto una mujer se reflejó en un espejo,

me asombré al ver lo hermoso que era aquello,

me acerqué y le pregunté si deseaba bailar,

acepto y bailamos en la fiesta sobre las olas del mar.

Todo aquello fue grandioso,

todo fue elegante y esplendoroso,

bailé con una diosa viva,

era la primera vez que lo conseguía.

Salimos de aquel baile de mil amores,

Ella pidió un taxi de fantasías y colores,

Me dio un beso y se fue sin decir nada,

Y ese fue el final de una aventura descabellada.

Atte.: Gabriel Barreto P.

Mazatlán., Sinaloa. México. Miércoles 30 de junio de 1999. 00:45

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