La supuesta cita

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Tras una larga semana para los amigos de Jungkook (que tuvieron que aguantar sus incesantes "ataques de nervios" cada vez que Taehyung lo saludaba o respiraba su mismo aire), llegó el tan esperado viernes.

Lejos de sentirse más calmado por la llegada de la fecha, el nerviosismo de Jungkook solo aumentó ante la idea de estar en ir a la casa de su gran amor. Había acordado con Taehyung que después del trabajo en la biblioteca irían ambos juntos a la casa del mayor. A las siete de la mañana, antes de ir al colegio, Jungkook había desordenado toda la ropa de su armario.

La necesidad de estar "bien vestido" en la primera cita resulta un tanto exagerada para muchos, incluido Jungkook, pero al verse en esa situación no pudo evitarlo. Ni siquiera era una cita y parecía que un tornado había pasado por su cuarto, ¿qué pasaría si la primera cita oficial llega algún día?

Cuando sintió que había encontrado el conjunto perfecto salió como una bala de su casa, dispuesto a sobrevivir lo que le quedaba antes de encontrarse con su príncipe.

Durante toda la jornada escolar luchó por no gritar cada vez que lo veía por los pasillos. Sus amigos estaban más que hartos de esto. Por lo que a ellos respectaba, Jungkook y Taehyung habían quedado para jugar videojuegos. Ninguno sabía el verdadero motivo de su encuentro, Jungkook no quiso arriesgarse.

A lo largo de la semana los dos chicos observaron los avances de lo que llamaban 'operación Namjin'. Por lo que habían podido comprobar, Namjoon y Jin compartían varios gustos en común, cosa que facilitaba mucho su tarea. Ambos se llevaban bastante bien sin ayuda de nadie.

Jungkook ya sabía que el principal tema de conversación en su "cita" sería sobre su amigo y posible futuro novio, pero no se quejaría si acabaran jugando videojuegos como había dicho a sus amigos.

*****

Y al fin, la hora había llegado. Jungkook había conseguido sobrevivir a su sesión de trabajo en la biblioteca solo tirando unos cuantos libros en todo ese rato. No es algo de que estar orgulloso, pero prefería recoger libros del suelo a recoger su propio cuerpo, cosa que se había convertido en costumbre.

Ahora ambos chicos caminaban hacia la casa del mayor. Ninguno de ellos hablaba, Taehyung pensando en lo que sea y Jungkook demasiado nervioso para hablar.

Este último decidió pensar en que nada demasiado malo había pasado. Podía, por ejemplo, aparecer un pájaro en el cielo que decidiese soltarle un regalito en la cabeza. También podía ocurrir de repente una invasión zombi, y siendo tan torpe como solo él podía se quedaría atrás, rodeado de zombis, incapaz de salvar a Taehyung que probablemente huiría de él al ver lo inútil que era y-

─ ¿Quieres escuchar también? − Jungkook estaba tan sumido en sus pensamientos sobre un futuro post apocalíptico que no se dio cuenta de que Taehyung había sacado unos auriculares que luego conectó a su móvil, y ahora le ofrecía uno a él.

Aunque le costó un poco reaccionar, consiguió formular un "vale", para luego coger el auricular de la mano del mayor. Intentó no mostrar ninguna emoción al sentir como se rozaban sus dedos, pero un suave rosa cubrió sus mejillas de todas formas.

Pronto sintió como una melodía llegaba a su oído, y sintió a Taehyung acercarse para que los auriculares no se suelten. Sus brazos se rozaban ocasionalmente, y Jungkook no podía quejarse de nada en ese momento.

*****

Llegaron tranquilos a la casa de Taehyung. Al entrar se encontraron con la madre del mayor, una mujer de apariencia amable. Cuando su hijo la hubo saludo, ambos chicos se dirigieron a la habitación de Taehyung.

Al entrar, Jungkook vio un par de posters de algún grupo adornando unas paredes azul celeste. El cuarto estaba bien ordenado, nada fuera de su sitio, y Jungkook se preguntó cómo podía mantenerlo tan limpio.

─ ¿Quieres venir a por algo de comer? Creo que tengo palomitas. ─ preguntó Taehyung dejando su mochila sobre la cama, indicando al menor para hacer lo mismo.

─ Prefiero no acercarme a ningún microondas ─ respondió Jungkook. Cuando vio la cara de confusión de Taehyung decidió seguir hablando. ─ Una vez quería calentar una taza de leche y me fui de la cocina un momento. Volví porque había oído un ruido y me encontré el microondas en llamas.

Durante unos segundos no había más que silencio en la habitación. Jungkook miraba al infinito analizando que era de su patética vida, y Taehyung lo miraba con los ojos como platos. Entonces, una risa sacó a Jungkook de su trance.

─ Mejor ni pregunto qué pasó exactamente ─ dijo secándose alguna lágrima que escapaba de sus ojos. Jungkook probablemente no había oído nada más precioso que la risa del mayor. ─ Voy a por algo de comer, ponte cómodo.

Y así salió el chico de la habitación, con una de sus características sonrisas cuadradas. Jungkook pensó aprovechar para ver un poco mejor como era el cuarto.

Dio una vuelta por la estancia, fijándose en las estanterías llenas de libros y cajas de videojuegos. Luego se acercó a una mesa junto a la ventana cubierta por una larga cortina que llegaba al suelo.

Echó un vistazo a la organizada mesa y luego apartó la tela para ver a través de la ventana. Vio que la casa de Taehyung tenía un pequeño jardín trasero. Y entonces, escuchó pasos acercándose. Las alarmas de Jungkook saltaron: ¿y si ahora su príncipe pensaba que era un cotilla?

Se intentó alejar rápidamente de la ventana. Palabra clave, intentó. Al girarse bruscamente su pie se enganchó en uno de los pliegues de la cortina, cayendo de bruces al suelo justo cuando la silueta de Taehyung aparecía por la puerta.

─ Creo que esto se va a convertir en costumbre. − se acercó a Jungkook para ayudarlo a levantarse mientras intentaba aguantar la risa. Ya no podía llevar la cuenta de cuantas torpezas había cometido ese chico.

Después, ambos chicos se sentaron en la cama para pensar en cómo juntar a sus amigos. Jungkook intentaba hacer desaparecer su sonrojo pensando lo más posible en algún plan, pero todos sus pensamientos se desviaban hacia el castaño frente a él.

Estuvieron en silencio unos minutos, después empezaron a proponer ideas que pronto rechazaban. Alguna vez se iban del tema y acababan hablando de tonterías, para luego volver al trabajo y decirse que no volverían a desconcentrarse. No mantuvieron su palabra en ninguno de los casos.

Estaban ahora hablando sobre un cachorrito que encontró Taehyung en la calle un par de semanas atrás cuando a Jungkook se le ocurrió la mejor idea de la tarde.

─ ¿Qué tal si les planeamos una cita sorpresa a Namjoon y Seokjin? Tú puedes convencerlo para encontrarse contigo en algún sitio y yo lo haré con Namjoon. Entonces, antes de que lleguen nosotros nos escondemos y dejamos que tengan la cita juntos.

─ ¿Y si no se dan cuenta de que el otro está ahí?

─ Entonces vamos con ellos, nos juntamos "por casualidad" y luego ponemos alguna excusa para irnos de allí antes de que tengan tiempo a reaccionar. ─ terminó Jungkook con una sonrisa triunfal. Taehyung se quedó en silencio durante unos segundos.

─ Lo que hemos tardado en pensar en la idea más cliché de la historia ─ miró a los ojos a Jungkook y sonrió. ─ Pero me encanta el plan.

Una sonrisa se formó en la cara del menor, pero su expresión cambió a una de sorpresa al oír el móvil de Taehyung sonar, notificando un mensaje.

─ Ah, es Jimin ─ dijo desbloqueando el móvil. Al leer el mensaje, una sonrisa aun mayor se formó en sus labios y sus ojos brillaron. ─ No es nada. Todavía es pronto, ¿quieres jugar a algo?

Eso era lo que Jungkook quiso durante toda la tarde, pero ahora no paraba de pensar: "si no era nada, ¿por qué te ha puesto tan feliz?

*****

No me matéis ;-;

Este capítulo me ha quedado largo, y pensar que no sabía cómo empezarlo. 😂

Como siempre, gracias por leer, y si os ha gustado dadle a la estrellita 🌟

Nos vemos en el próximo capíulo.


Mi principe azul |Vkook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora