Capítulo 3

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Mi cara fué un poema, cuando por curiosidad agregué el telefóno que sin saber porque, había llegado a mi, entré en "Whatsapp" y busqué su contacto para ver su foto de perfil, pero lo tenía privatizado, entonces no me quedó mas remedio que mandarle un mensaje:

"Hola, por casualidad encontré tu número de teléfono, alomejor se trata de una broma, ¿Quién eres?"

Solo le llegaba un tick, por lo tanto no tendría el móvil encendido o estaba sin conexión.

Esperé un rato mientras llamaba a mi madre para darle las buenas noches, cuando colgué aún seguía sin llegarle el mensaje, notaba a cada momento mis ojos más pesados, así que bloqueé mi telefóno, lo dejé sobre la mesa que había entre el sofá y la televisión, y me dormí
                                                
A la mañana siguiente, me costaba abrir aún los ojos, tumbada recordé que me quedaban dos semanas de vacaciones antes de empezar de nuevo el instituto, por lo tanto, tenía que difrutar el momento antes de entrar de lleno al extrés de los exámenes, yo estudiaba el 2° año de bachillerato, sin ninguna idea fija de cara al futuro, pero ganando posibilidades para estudiar cualquier carrera

Me levanté estirándome, y soltando el mejor bostezo de por la mañana, de seguido entré al baño para lavarme la cara y ponerme a desayunar, tomé un vaso de leche con cereales de chocolate, ahora tocaba recoger la casa, que no me llevaba más de 30 minutos, ya que vivía sola, cogí mi móvil para poner música en el altavoz, y ví una notificación de Whatsapp con varios mensajes, entre ellos el número que encontré ayer metido en mi bolso

- ¡Ostras!, ¡si no me había acordado del misterio de la servilleta!- dije en voz alta, con un tono de intriga

Abrí primero su conversación, ignorando los demás mensajes que tenía.

Hola guapa, no es un error, es cosa del destino, teníamos que vernos de nuevo, y ¿cómo quedar sin tener tu teléfono?, te espero a las 12:30 en el muro del descampao de la renfe, si no vienes te seguiré en Facebook y volveré a quedar contigo, besos preciosa

Ví su foto de perfil mientras pensaba.. - Este tío, ¿Que se creerá? Encima en un descampao, a saber si es un salido que busca a chicas para desahogar sus ganas, y entonces me dí cuenta de que se trataba de Jhon, para ser sincera, me lo imaginaba, mi intuición femenina me decía que no podía tratarse de otra persona, y enseguida le contesté:

No voy a quedar contigo en un descapao, haber si te crees que por hacerte el chulo en el bar, vas a hacer conmigo lo que quieras, de eso nada monada

Supuse que fué sonar su telefóno y abrir la conversación, ya que al instante, ponía en "en línea", mostrando los dos tick en azul, estaba escribiendo y de nuevo me llegó un mensaje

Pues tu sabrás, tengo algo que te pertenece, lo agarré del bolso para que aceptaras tener conmigo, una primera cita

¡¿Cómo?!, !Será cabrón!, !Qué me a robado!, ahora si que si, iba a ir solo para darle dos guantazos, y quitarle las ganas de robar a una señorita, no sabe con quien a dado, le dejé en leído ya que sabía que el de seguro acudiría

Eran las 10:30, aún quedaba bastante para encontrarme con el imbécil de Jhon, me puse a recoger la casa, con la música bien alta, sonaba "Demarco Flamenco", ya que mi gusto musical era de ese estilo

Después de recoger la casa me duché para salir primero al banco que había de camino a la renfe, las semanas que mi madre no podía venir a casa debido a su trabajo, me mandaba dinero para poder comprar lo que me hiciera falta en casa, así que me fuí a vestir seguido de la ducha, abrí el armario y decidí ponerme unos shorts blancos, una camiseta negra y las adidas

Cogi la cartilla junto con el móvil del salón, salí por la puerta y llamé a mi madre para asegurarme de que el dinero estaba ingresado y decirla que estaba de camino al banco ocultandole lo que me había pasado con Jhon, ya que no lo veía algo como para preocuparla estando fuera de Madrid

Salí del banco, miré mi reloj y eran las 12:10, estaba al lado del descampao donde ese imbécil me citó

Después de quince minutos esperando, por la parte de atrás de la renfe se acercaba alguien, empecé a notarme diferente, no me creía que se produjera en mi ese estado de nerviosismo, era Jhon, mientras caminaba hacia mí no sabía si enfadarme o sonreir, si exigirle lo que me robó o saludarle, sin yo querelo mi cuerpo me falló, y mi boca empezó a sonreir a escasos pasos de el, mi mente se detuvo, ya le tenía a una distancia de dos palmos, no podía pensar en nada.

Entonces se produjo ese silencio entre miradas, dejando que no existiera nada ni nadie que pudiera estropear ese momento

Un capricho del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora