Capítulo 2

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Ensegida me dí cuenta de que se trataba de los típicos chicos, que para ser mas que nadie, tenían la necesidad de beber y llamar la atención de cualquier manera, entonces no pude evitar soltar de mi boca..

- Valla tela - girándome hasta quedarme frente a Sara, la cual, estaba poniendo gestos, que daba a entender que no la gustaba mucho la situación, pero uno de ellos escuchó lo que dije, y mirándo hacia mi mesa, dijo muy avergonzado por el espectáculo..

- Perdonar a mi amigo, a bebido más de la cuenta.. - a lo que yo sinceramente pensé que no merecía la pena contestar, ya que a mi no se me acercaba.

Pero cuando sin pagar siquiera se levantaron para marcharse, noté como una mano tocaba mi espalda, produciéndose en mi, una sensación incómoda, giré la cabeza y empezó a caer un vaso de cerveza sobre mi, dejando una enorme mancha, que cubría por completo, la parte derecha del cuerpo hasta el pantalón, ensegida me levanté atacada, y casi sin pensar dije:

- ¡¡¿Eres imbécil?!!, ¡¡¿Para qué tienes los ojos?!!, ¡si no sabes beber no bebas!-

Se quedó sin saber que contestar, la persona que me había jodido la tarde, de seguido se marcharon sin mediar palabra, sujeto por los chicos que lo acompañaban.
Después de desahogar la rabia que me causó, aquel borracho en la terraza del bar con Sara, caí en que ni siquiera pedímos nada, la terraza estaba llena, así que pasé dentro y pedí de tomar

- Dos CocaColas, porfavor - dije en un tono más elevado, ya que había bastante gente hablando y pretendía llamar su atención

- Enseguida guapa, - Contestó el camarero con una sonrisa

Esperando a que el camarero entre tanto pedido me sirviera, noté la voz de alguien a mi espalda, me giré y se trataba de un chico de pelo oscuro, algo más alto que yo, unos ojos verdosos, con tonos grises, que hacía que su mirada captara la mía en cuestión de segundos, se trataba de la persona que se disculpó, por el estado que tenía su amigo cuando estaba dando el espectáculo en la terraza

- Perdón, ¿eres la chica de la mancha de cerveza? Dijo en un tono gracioso -

Y justo ahí, fue cuando reaccioné, después de haberme dejado llevar por su mirada

- Sí, soy yo, pero encima no lo digas de esa forma ¿Ves que me este riendo?

- No, perdona, era por si había mas gente,  con tan mala suerte de mancharse de cerveza en un bar - dijo riéndose y añadiendo una pequeña carcajada - a lo que no pude evitar sonreir y presentarme

- Me llamo Jesica, prefiero que me llames por mi nombre - dije sin poder quitarme esa sonrisa que ni yo sabía porque me la provocaba

- Bueno Jesica, me llamo Jhon, me hubiera gustado conocerte en otra situación, -Dijo dándome dos besos

Me puso la mano sobre mi hombro, me incliné a su mejilla izquierda, y noté esa barba de tres días, que para mi opinión, le daba un toque muy varonil, y al terminar por la derecha, percibí esa fragancia a "Invictus" y no pude evitar que por fracciones de segundo mi cuerpo fuera magnéticamente atraído, como si de un imán se tratara.
Cortando todo aquello que provocaba en mi, el camarero de acercó y puso encima de la barra las CocaColas que había pedido, Jhon se giró mirándo al camarero

- ¿Que te debo?, cobrame lo de estas chicas y lo nuestro - dijo mientras me hacía un gesto dandome a entender que la comversación no había terminado.

Agarré las CocaColas y aprobeché para salir, queriendo alejarme de Jhon, que por el momento cada vez que estaba cerca, mi cuerpo y mi mente, no me respondían, me senté de nuevo con Sara, y lo mas estraño es que cuando salió, quedándose detrás de mi, dijo mirándo a Sara y sin venir a cuento..
- Olle, tu amiga, la de la mancha en la camiseta, parece un poco borde, haber si tengo suerte y nos encontrámos en otro sitio, esto esta pagado, perdón por lo que a pasado y encantado de conceros

Después de eso directamente se fué, no me había dicho ni adiós, ni siquiera me miró a la cara, encima delante de mi hablando como si no estuviera.. vale que yo salí del bar sin decirle nada, pero que mínimo que decirme adiós, ya que yo sabía que iba a salir en cualquier momento y por mi parte una despedida aunque sea con un gesto de mano no faltaría.

Me ofreció Sara su chaqueta que me llegaba hasta la altura del culo ya que ella era mas robusta que yo.

Después de un rato me marché a casa dejando zanjado con Sara, cualquier tema que podría hacer que siguieramos sin hablar. Llegué a mi casa, yo vivía prácticamente sola, mi madre estaba trabajado todo el día, y hay veces que incluso fuera de Madrid, y mi padre, nos abandonó cuando yo a penas tendría 3 años, tampoco lo hemos necesitado nunca, gracias a mi madre que supo como sacar adelante esta casa y a nosotras, nunca nos ha faltado nada, de hecho, vivíamos bastante bien.

Al entrar a mi casa recorrí el pasillo hasta el salón, solté el bolso en la parte del respaldo del sofá, fuí a la habitación y me puse el pijama, a la que volvía pasando por el baño, me hice una coleta, porque sabía que me quedaría dormida en el sofá como cada noche.
Tenía cocina americana, a la derecha del salón, me hize un sandwich y me senté en el sofá, después de un rato viendo la televisión, estiré el brazo hacia arriba para coger el móvil del bolso y llamar a mi madre como hacía de constumbre, entonces se cayó un papel al lado mío en el sofá, era una servilleta del bar donde habíamos estado, que yo no recordaba haberla metido ahí, estaba doblada, cuando la abrí, ví anotado un teléfono y por debajo de el ponía, "llámame", ¿Como apareció una nota en mi bolso, si yo no me separaba de él en ningún momento?.

Un capricho del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora