Sinopsis

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Frente a las puertas de un orfanato se encontraba una joven mujer, esta traía en brazos a su pequeño niño de apenas tres años el niño la miraba con una sonrisita mientras sus ojitos de hermosos colores miraban con curiosidad todo su entorno.

-Mami... -Murmuro el pequeño al ser dejado en el piso.

La mujer hizo una mueca de desagrado, ¿como era posible que esa cosa la llamará mami? En lo que a su ser concierne ella no tiene hijos y ese pequeño castaño fue a causa de una violación.

-Quedate aquí mientras mami toca la puerta ¿Ok cariño?. -Sonrió con falsedad besando con desagrado la nariz del pequeño niño.

La mujer camino hasta las puertas del orfanato y golpeo varias veces, con rapidez tomo su bolso y miro al pequeño castaño que le miraba curioso.

-Quedate aquí, volveré luego. -Dijo con rapidez, salió corriendo al otro lado del orfanato al ver la puerta abrirse.

El pequeño se quedo mirando a donde se había ido su madre, inconscientemente las lágrimas amenazaban con salir de sus tiernos ojitos llenos de inocencia. Miro a la puerta que ya se había abierto completamente viendo a una mujer mayor, algo gordita y bajita pero a lo que su pequeña mente procesa es muy bonita. La señora caminó hacia el y lo elevó en sus brazos limpiando aquellas lágrimas que sacaban su hermosa imagen angelical.

-¿Como te llamas pequeño?. -Preguntó con una sonrisita mientras el niño moqueaba.

-Mi mami nulca me pusho nomble. -Contesto mirando a la mayor.

La señora entro al orfanato con el pequeño en brazos, cerro las puertas y dentro habían muchos niños, que como el. Habían sido abandonados. Lo bajo con cuidado mirando las facciones del niño, le parecía increíble que alguien pudiera abandonar a tal criatura tan tierna y hermosa en la calle.

-Te llamare wirt. -Sonrió con ternura despeinando las hebras castañas del pequeño.

-Me gusta el nomble. -Sonrio con ternura mostrando perfectamente sus pequeños oyuelos.

El pequeño abandono la habitación donde estaba para explorar un poco el orfanato. Al ser tan bajito casi no podía ver nada, pero lo que alcanzaba haber le fascinaba. Miraba a los niños que corrían por hay felices y sonrientes, sin entender el porque.

Tomo una pequeña banca que había hay y la arrastro hasta la ventana observando como el cielo comenzaba a nublarse, de nuevo sus ojitos se llenaron de lágrimas. No es que el lugar no le gustara, pero extrañaba a su mami aquella mujer con quien había vivido esos últimos tres años de vida.

Mientras las lágrimas se resbalaban por sus suaves mejillas miraba las gotas de lluvia chocar con la ventana, con sus pequeños y débiles brazitos se apoyó en el marco cerrando sus ojitos lentamente, para caer profundamente dormido.

***

Con lentitud abrió sus hermosos ojitos topandosé con la mirada curiosa de un pequeño par de castaños, se reincorporo en la cama notando que estaba en una habitación bastante colorida y llena con dibujos de pequeños niños.

-¡Ya despertaste!. -Grito el primer castaño sacándole de su trance.

Ignoró completamente al par de castaños que gritaban su nombre, con sus pequeñas piernas empezó a dar saltitos mientras salía de la habitación. Paro en seco al notar a uno de los empleados del lugar y ladeó levemente su cabecita bastante confundido.

-¿Quien eles tu?. -Dio otro par de saltitos hasta el empleado, notando que este era mucho más grande que el.

-Deberias estar durmiendo. -Bufó molestó sin prestar real atención al niño-. Vete a la cama mocoso

El pequeño castaño bajo la cabeza, el solo quería conocer más de ese chico, se dio la vuelta y siguió con su pequeño camino de saltos, apenas y podía ver y los rayos que caían del cielo iluminaban su caminó.

Sus ojitos multicolor pasearon por todo el pasillo notando las fotos de la mujer que le había metido a la casa, con la poca luz que las bombillas le daban miro los cuadros de todos y cada uno de los nombres. Aun no sabia leer, pero a los niños de las fotos los había visto.

Mientras tarareaba una dulce tonada paso cerca de la puerta principal, la cual sonó. Con curiosidad se puso de puntitas y como pudo la abrió, frente a el estaba un niño de cabello negro más grande que el, tal vez hasta un adolescente, pero su pequeña mente llena de juegos solo atinaba a decir que era un niño.

-¿Shi?. -Preguntó ladeando la cabeza, el chico de pelo negro lo miro unos minutos.

-¿Esta tu mama?. -Su voz sonaba apagada y algo ronca.

Mamá esa palabra resonó en su cabecita mientras intentaba hacerse el hombrecito y no llorar.

-M-mi mami se fue, pelo me dijo que volvelia. -Sollozó un poco.

El niño de pelo negro miro con curiosidad al pequeño castaño, le parecía más lindo cuando se mostraba sonriente como hace momentos atrás, en vez de esas saladas lágrimas que amenazaban con caer de sus tiernos ojitos, tomo con delicadeza el mentón del más pequeño y se agachó a su altura acariciando los suaves cabellos que este poseía.

-No llores. -Murmuró en el oído del más pequeño dando un pequeño besito hay-. Solo vengó a pasar la noche, me perdí caminó a mi casa ¿me dejas pasar?

-Clalo. -Murmuró limpiando sus lágrimas con la manga de su suéter-. Podemos il con la señola goldita. -Tomo la mano del más grande y dando sus pequeños saltitos arrastraba al peli negro.

Las doce habían sonado en el reloj y la mujer había dejado quedar al adolescente, el pequeño wirt se sintió muy feliz, y con toda la inocencia del mundo había pedido al chico de cabello negro que durmiera con el, este un poco dudoso aceptó, pero pasados los minutos, no se arrepintió.

Pero por el lado del pequeño quien seguía despierto el sueño parecía ser algo muy lejano, sus lágrimas caían y se estrellaban contra la almohada se quedo mirando a la ventana viendo los rayos caer y los truenos resonar en las cuatro paredes de la habitación, pero solo una pregunta abundaba su pequeña he inocente mente.

¿Cuando volvería su mami?

Con esta pregunta carcomiendo su pequeño ser, cerro los ojos sucumbiendo ante el cansancio.

Cry Baby |Beast×Wirt [C A N C E L A D A]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora