Sus ojos llenos de ilusión delataban lo feliz que esta. La mansión como de costumbre estaba sola, excepto por el y el leñador, con una sonrisa y muchos marcadores de colores pintaba las tarjetas de invitación para su cumpleaños número catorce, le había pedido al mayordomo que horneara unas cuantas galletas y en cuanto estas estuvieron listas, comenzó a meterlas en las cartas. Amarró todo con un lazo de hermoso color turquesa y comió una galleta sobrante, salió de la mansión y se las entregó a la peli roja para que se las diera a los niños de la zona, corrió de nueva cuenta dentro para cambiarse y prepararse para su gran celebración.
Una... Dos... Tres horas y ningún niño llegaba, paseo por todo el lugar observando sus tiernas decoraciones, apreto los labios mientras apretaba su lindo he impecable traje.
¡Jamas tuviste amigos fenómeno!
Corrió a su cuarto y tomó sus muñecas, las acomodo todas en el sofá y en la mesa, reia y bailaba con aquellos pedazos de plástico mientras devoraba unas cuantas galletas, sus tarareos infantiles eran lo único que se escuchaba en la mansión, hasta que una gran idea surco su inocente mente, sonrió de manera amplia y se acercó a sus muñecos.
—¡¿Quieren ver un gran show?! ¡Yo les daré ese gran show!
Fue al armario más cercano y se disfrazó de pasayo, se maquilló tal como lo hacían aquellos hombres, y se miró en el espejo más cercano. Tomó los globos y los infló haciendo forma de perritos.
¡Jamas tuviste amigos fenómeno!
Mientras jugaba con los globos y reía como todo un niño, observó a lo lejos que todos los niños de la zona no habían asistido a su cumpleaños por ir al de alguien más, fruncio los labios y corrió al ático del lugar, después de todo era el único lugar de esa casa que encontraba acogedor.
Se tiro al mullido sofá y se abrazo a su peluche de color crema, el único que no había sido invitado a su cumpleaños, la pintura blanca y de colores se resbalaba por sus mejillas debido a las lágrimas y el labial rojo estaba todo corrido por las lágrimas.
Se quitó el traje de payaso y bajo de nuevo a la sala, no podía hacerle el feo a sus únicos invitados.
¡Jamas tuviste amigos fenómeno!
Observó como un verdadero payaso llegaba a la fiesta de aquel niño, ambos cumplían el mismo día. ¿Por que no compartir? Era evidente que ese niño era un egoísta, le había robado aquello que más quiso y deseo con cada cumpleaños.
Compañía humana.
Tiro lejos las velas ocasionando que las cortinas comenzaran a prenderse fuego, tomó un cuchillo y comenzó a apuñalar las muñecas junto a los globos, sencillamente había explotado, salió de su hogar aún con el cuchillo y vela en manos. Y camino en dirección a la casa de aquel niño.
No había sido invitado pero la seguridad del lugar era muy mediocre, camino hasta entrar por una de las ventanas y mirar a los niños jugando y riendo, dejó caer la vela sobre la cortina dejando que esta se prendiera fuego de una vez.
Mientras las llamas consumían aquel lugar vio al niño del festejo, era fácil identificarlo. Tenía una banda que decía “cumpleañero” se acercó a el y se sentó en su vientre con una sonrisa torcida, como hacia años no sonreía.
—¿Q-Quien eres?
—Me llamó Wirt Woods vivo en la casa de al frente
El niño palideció de inmediato intentando separarse del castaño, quien con fuerza lo abrazo del pecho y clavo el cuchillo en su espalda sacándole un grito de dolor.
—Shh~ No llores y no grites. Mi papi decía que los varones no hacemos eso
Acarició los rubios cabellos del niño mientras dejaba que el cuchillo saliera sólo de la herida, cuando al fin el niño dejó de quejarse había comprendido que lo mató, su sonrisa torcida ocasionó un escalofrío en la espalda de la peli roja que lo había visto todo.
¡Jamas tuviste amigos fenómeno!
Con la misma calma que días anteriores entró a la mansión con una gran caja de regalo para el niño, la caja callo de golpe al observar tal magnitud de desastre, camino por todos lados y a la final sólo lo había encontrado en su habitación jugando con sus muñecas.
Parecia limpió nada delataba que había cometido un crimen, sus ropas impecables y sus cabellos húmedos delataban que apenas se había bañado, tomó la caja y entró a la habitación cerrándola con el pie llamando la atención del adolescente hay sentado.
—¡Beast!
—¡Pequeño bebé!
Como años atrás el adolescente corría a los brazos de su hermano, sólo que esta vez habia sido muy diferente, el pequeño castaño había comenzado un beso sorprendiendo a su hermano adoptivo. Pero no se negó y sólo se limitó a rodear las anchas caderas del menor.
Eso es mi niño. Siente ese gran sentimiento que rompe corazones y destroza ilusiones, pero tranquilo. A ti jamás te pasará.
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Cry Baby |Beast×Wirt [C A N C E L A D A]
FanfictionSus mejillas blancas teñidas de rosado era una imagen angelical. Sus hermosos ojos de un tono único brillaban a donde miraran. Su piel tan blanca como la nieve y tan suave como la ceda. Su mente inocente que solo un niño puede tener. Su dulce y...