Dollhouse

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Tic tac

Tic tac

Jugaba con sus pequeños pies sentado frente a la puerta de la dueña del orfanato, los pasillos permanecían en silencio mientras el tarareaba pequeñas tonadas que su mami le cantaba antes de ir se a dormir, habían pasado dos horas desde que unos señores habían entrado a la oficina de la anciana para hablar sobre la adopción del pequeño castaño.

—Hola pequeño. —Giró en dirección de donde provenía la voz, topandosé con el adolescente—. ¿Que haces aquí tan solito?

—Pues, la señora gordita me pidió sentarme aquí. —Balbuceo jugando con sus deditos—. ¿Y tu que haces aquí?

—Mis padres vinieron a adoptarte. —Sus ojitos brillaron con intensidad mientras miraba al sonriente peli negro—. Te lo había prometido ¿no?

—S-si. —Balbuceo ido de la realidad, el adolescente río un poco y beso la Punta de su nariz.

Las horas sonaban desesperantes en aquel reloj, el pequeño castaño pensaba en como podría ser su nueva familia, ¿amorosa? Era su expectativa más alta, pero por desgracia no llegaría a mucho con la familia Woods, la anciana salió de la oficina con la mirada apagada mirando como el pequeño castaño jugaba con el adolescente que tenia al lado.

—Pequeño, recoge tus cosas te iras con la familia Woods. —Murmuró y desvío la mirada.

El pequeño niño dio un salto emocionado y salió corriendo a su habitación, el peli negro miro a la anciana fulminandola con la mirada mientras se iba en dirección al niño.

—Era lo mejor ¿no?. —Un escalofrío recorrió la espalda de la mujer viendo a la pareja tras ella—. Ven cielo vamos por el pequeño

El hombre tomo la mano de su esposa y se fueron por donde antes se habían ido los menores, sabían del capricho que tenia su hijo con el niño. No se opondrian después de todo era decisión de su hijo.

Luego de que el más pequeño de la familia empacara sus cosas, todos fueron a la limusina de los Woods, el chofer guardo el equipaje del más pequeño y se montaron en el auto emprendiendo camino hacia la mansión.

—Oye bestia. —Los padres del adolescente le miraron expectantes ¿había dicho al mal?—. ¿Q-que?. —Se encogió sobre sus hombros murmurando cosas no muy comprensibles.

—Hijo. —La mirada del adolescente dejo al niño y miro a la mujer con el ceño fruncido—. ¿No le has dicho tu nombre?. —Negó sonriente como el gato rison.

—Tranquila mama, pronto se lo diré. —Se acomodó mejor y acaricio la castaña cabellera del niño—. Mientras déjalo que me diga así me gusta. —Lamió su labio superior haciendo a la mujer estremecerse.

—Más te vale. —Miro de mala gana a su padre—. No quiero que el niño viva rodeado de mentiras ¿entendido?

—Si papa como sea. —Murmuró besando las mejillas del niño.

La familia Woods no era lo que aparentaba, detrás de esa máscara de familia perfecta se escondían los verdaderos problemas de esa familia.

Evan Woods, era un hombre muy apuesto de atrayentes ojos grises y de cabellera castaña era el típico hombre de familia, muy exitoso en el trabajo y envidiado por más de uno, pero habia algo que no podía ocultar de su esposa. Y mucho menos de su hijo, era un mujeriego de primera, siempre llegaba oliendo a perfume de mujer o tenía marcas de labial en el cuello de la camisa.

Marisa de Woods, si bien era una mujer envidiada por sus vecinas sabia de todas las aventuras de su esposo y del pequeño desequilibrio mental que tenia su hijo, tenía títulos en derecho y trabajaba duró para sacar a su familia adelante aunque su esposo tuviera buenos ingresos.

Y por último quedaba el hijo único de la pareja, su nombre. Beast Woods mantenía buenas calificaciones y popularidad considerando de sus problemas mentales, pero había algo del pequeño wirt que lo cautivaban no sabia si era por esa inocencia que solo un niño puede tener o por el simple echo de ser el, solo sabia que quería a ese pequeño niño tímido y adorable en su casa.

Tic tac

Tic tac

Los gritos de la pareja se oían por todo el lugar mientras el pequeño wirt se acurrucaba en el pecho de su hermanastro, el peli negro tenia una sonrisa torcida en el rostro mientras acariciaba las mejillas del niño, los ojitos del castaño se llenaron de lágrimas dando a resaltar el color azulado que poseía cierta parte de sus ojos, los gritos de la fémina eran los que más se escuchaban seguidos de los del hombre, Beast solo suspiro sin borrar su sonrisa, tenía a su niño ya sus padres no le importaban en lo más mínimo.

—Me llamo Beast. —Desvío la mirada al sentir la del niño sobre su persona—. Pero cuando estén los sirvientes debes llamarme bestia ¿quedo claro?. —Miro de manera amenazante causando un temblor al cuerpo ajeno.

—S-si Beast. —Jugueteo con los mechones del adolescente, este río y beso los labios del niño.

Hacia un tiempo que los adultos habían dejado de pelear para cada uno ocuparse de sus propios problemas, el padre se había ido con sus amantes que le esperaban en la limusina y la mujer se había encerrado en su habitación con las botellas de ron y vodka.

En cuanto a los más jóvenes de aquel lugar, el adolescente ya tenía sobre su regazo al niño mientras besaba su boquita y jugueteaba con las sensibles piernas de este.

No eran hermanos de sangre, haci que no estaban haciendo nada mal ¿verdad?

Cry Baby |Beast×Wirt [C A N C E L A D A]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora