100 de suerte y la habilidad domador de dragon arc 2

Historia paralela: Las memorias de un viejo general (Parte 2)

[Un día más tarde, después de conquistar Callus]

"Dos abajo, queda uno..." Dije mientras miraba al comandante humano capturado.

"¡No ganarás! ¡La humanidad todavía tiene que mostrar su fuerza!" El desgraciado tonto me fulminó con la mirada.

Hablaba en el lenguaje humano de su reino.

"¿Es así?" Hablé en el mismo idioma.

No había ni una gota de energía en el tono de mi voz. Era como si estuviera hablando mientras estaba encerrado en un sueño muy aburrido.

Me acerqué a él y luego agarré su brazo izquierdo y su hombro.

"¿Q-Qué estás haciendo?" Preguntó, el miedo apareciendo en su rostro.

"¿Yo? ¿Nada? Sólo... esto..." Dije y luego arranqué brutalmente su brazo izquierdo de su encaje.

Tiré el miembro a la mascota de combate perteneciente a Decizor mientras ignoraba los gritos del hombre. La bestia comió la carne fresca, sorbiendo la sangre. Era un Dayuk grande del elemento hielo. Una bestia potente, pero no una que fuera fácil de domesticar.

"Usted es ruidoso." Golpeé su mandíbula, dislocándola, entonces le di un puñetazo en el estómago, haciéndole vomitar su última comida.

"¿Qué vamos a hacer con él?" Preguntó el soldado a su cargo.

"Mátalo." Respondí con calma, luego miré al resto de los soldados humanos capturados.

Todos estaban temblando y me miraban con miedo en los ojos.

"¿Éste es el ejército humano? Patético..." Hablé en la lengua humana.

No mostraron ninguna misericordia a los civiles, así que no tenía ninguna intención de mostrar ninguna misericordia a ellos.

Respiré profundamente y luego desaté un fuego demoníaco sobre ellos. Fue sólo el promedio del hechizo [Aliento de Fuego] sin un canto. Como no tenían medios para defenderse contra ellos, todos se incendiaron y murieron gritando de dolor.

Observé toda la escena, dejando que su sufrimiento apague la sed de mi venganza.

[Dos horas después]

Decizor se acercó a mí con mucha prisa y me impidió marchar hacia delante. La Fortaleza Sendra era la siguiente.

"¡Sir Brekkar! ¡Encontramos algo!" Dijo.

"¿Qué es?" Pregunté.

"Esto..." Me mostró una carta sin terminar.

La cogí y fruncí la frente. La carta estaba escrita en la lengua humana.

¿Cuál era éste? Erm... ¿Nocturne? No... ¿Majin? No... ¿Opharya? ¡Ah! ¡El lenguaje del Reino de las Diez Espadas! Pensé que después me las arreglé para entenderlo.

Conocer el idioma del enemigo era una habilidad importante que todos los generales dragón adquirieron con el tiempo.

"¿Qué es esto? ¿Es esto cierto?" Le pregunté mientras miraba de nuevo a Decizor.

"Sí, Sir Brekkar." Asintió con la cabeza.

"Entonces... esto entristecerá a su Majestad... Envía un mensajero a Drakaria y dile que tome esta carta también. Haga que los hombres exploren los campos y busquen el cuerpo del príncipe Coshun.

"Sí, Sir Brekkar. Pero... ¿no deberían descansar los soldados antes de marchar hacia adelante?" Preguntó.

Le devolví la mirada. Por un momento, estaba a punto de gritar de rabia hacia él. Sólo la visión de los soldados cansados apoyados en la pared detrás de él me impidió hacerlo. Fue entonces cuando me di cuenta de que los había hecho marchar durante tres días seguidos. Si no fueran dragones, ciertamente habrían muerto o se habrían derrumbado de fatiga.