Una pesadilla vuelta realidad (Parte 2)

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-¿Mamá eres tú?

-¡Jade!- Exlamó ella dejando el libro de cuero rojo a un lado. 

Anteriormente estaba ella sentada en un sillón enorme, al lado de una chimenea encendida, la habitación solo tenía esa luz y por lo que parecía ser, era una biblioteca.

No sería de extrañarse que ella eligiera este lugar para pasar el rato, sabiendo lo que le gustan los libros, también cuando estos la atormentan por la muerte de su personaje favorito. Parece que llorar a causa de esas páginas finales era uno de sus pasatiempos preferidos, pero como dije no sería de extrañarse, de no ser porque esta muerta.

No podía formular una sola oración sin decir algo coherente como "Aaa Ee-e" . Ella sonrió dulce.

-¿Es qué acaso no te llegaron las señales de esta noche? - Cuestionó de una forma pacífica.

Seguía como la había dejado en el verano en Australia. Con una bandana azul cubriendo su cráneo desnudo, una camisa y unos jaenes azules con botas que lo tapaban de las rodillas hasta abajo.

-¿Tú... Las enviaste?

-¿Y quién más sino?. -Rió tímida- ¿Te mencioné lo linda que estas? 

-¿De qué estas hablando? - Le dije- ¿Por qué me dejaste creer que estaba loca?

-No es eso, mi amor.- Me contestó- Es que solo tenías que saber que no debiste venir. Pero no existen las casualidades.

-¿Quién te dijo eso?- Pregunté sin saber como había llegado hasta sus oídos la frase del extraño hombre.

-Él me lo dijo.- Y después de un rato dijo:-¿Qué crees que pase?-Me preguntó con su vocesita tan hermosa. Ya la extrañaba.

-No lo sé. Pero abrázame. Hazlo rápido- Le pedí.

-¿Por qué?- Cuestionó ella.

-Tengo miedo de despertar- Le aclaré yo-. Tengo miedo de que todo sea falso, necesito algo con que recordar.

-Lo tendrás. - Me dijo- Pero no te lo daré yo. Él esta abajo, tienes que saberlo.

-¿Hablas de...?

-Sí. Él lo sabe todo. No me puedo quedar mucho más. Recuerda quienes son tus amigos, y también lo que están haciendo para cuidarte. Aunque no lo parezca, hacen lo que hacen  por que te aman.

Al final si me abrazó, hasta que lentamente se fue desvaneciendo y dejándome rodeando el aire con las manos. El libro yacía aún sobre la mesa ratona del dueño. Lo tomé entre mis dedos y leí el título.

"El juego de las cuatro coronas"

Lo guardé con extrema delicadeza en mi bolso. Y salí.

Caminaba en busca de los baños, tengo ganas de llorar y ahogarme en mis lágrimas, pero algo llama mi atención, una persona, no sé quién, estaba por entrar allí, me escondí dentro de un cubículo y esperé a que nadie me viera.

Una chica estaba llorando, tenía todo el maquillaje corrido, desde el rímel al delineador, estaba secándose los ojos con una servilleta de la barra de comidas, y repetía "¿Ahora que hice?" "Debí haberle dicho que no a Liam " Y luego su cara se me hizo conocida.

No era cualquier chica, no era cualquier llanto, no era cualquier adolescente. Era Eleanor Calder.

Por desgracia resvalé de donde mis pies estaban apoyados, expulsándome de la cabina y dejándome expuesta ante los ojos de la chica.

Esta entre abrió la boca y me miró con sus globos oculares grandes ante la impreción.

-Hola- le saludé.- ¿Todo bien?

Parejas disparejas- Jarry (Parte I terminada, II en proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora