14: Un tierno, dulce y catastrófico beso.

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Narra ______.

Aún no me sentía lo suficientemente preparada para ir a casa con Ayato de nuevo. Estaba muy débil en estos momentos. Shin y Carla fueron muy dulces en acogerme. Es difícil por que ambos son muy fríos, pero no me importaba en esos momentos por qué, quizá era mi ingenies o algo así, pero creía que me están mostrando quienes son por dentro.

— Buenos días, _______. — abrió la puerta delicadamente Carla.

— Buenos días, Carla. — sonreí. No estoy estable, pero lo suficiente para ser fuerte sí. No podía dejarme valer por cosas como esas. Cambio muy rápido de opinión.

Oh, dios. Soy bipolar.

— Shin va a salir, yo seguiré en mi trabajo, pero si deseas puedes salir con Shin; si quiera a cazar un poco.

No me gustaba mucho cazar humanos como había dicho anteriormente pero lamentablemente soy un vampiro. Tengo que cazar para sobrevivir. No es jerarquía, es más bien, una necesidad.

Relamí mis labios al pensarlo, hasta que al fin asentí. No me parecía una mala idea.

Podía ser un día mejor, supongo.

Shin me llevó a un museo con poca gente. El museo estaba ya casi retirado por la poca negociación, era muy viejo y no había ninguna novedad. Poca gente asistía de vez en cuando. Me preguntaba a que fuimos.

Entro como si nada, y al momento pude dejar de sentir la presencia de Shin.

¿Dónde se ha metido? Me pregunté.

Cazando. Es lo que estaba haciendo. Pudo desmayar a cuatro víctimas a una velocidad mejorada. Supongo que este chico a estado entrenando.

Solo tome casi un litro de sangre de una víctima, nada del otro mundo.

Bueno si.

Me preocupaba un poco toda la gente a pesar de que no la conocía. Reinaba este lugar o eso creía. Qué vergüenza que la princesa haga esto por obligación y necesidad.

La sangre me había dado mucha más energía por lo que pude ir a gran velocidad a casa, bueno, con Carla.

Carla nos comentó que les invitaron a una fiesta real en la misma capital de aquí. Me parecía una buena idea ir, para conocer mejor a los nobles.

Mientras caminaba me di cuenta de que no solo Ayato cambio, también yo lo hice. Cambie tres veces. Pero nunca me di cuenta hasta ahora.

No sé si me volví más o menos independiente, o más débil. Solo sabía que había cambiado y no me sentía a gusto por eso. Estoy llenando a los chicos con mis caprichos.

En cualquier momento se cansaran.

Perdí a Shin entre la multitud del baile. Esta princesa estaba perdida, como siempre.

Sentí como una mano jalo de mi brazo.

— ¿Me concede esta pieza? — pregunto Ayato.

No estaba de humor para verle.

— No... Ayato, no. — hablaba enserio.

— Vamos. — dijo sonriente. Me pregunto si Laito vino con el.

— Ayato, basta. — me estaba frustrando.

— ¡Hey! Te dijo que no, ¿acaso no escuchas? — pregunto Shin molesto, su cara de seriedad era muy expresiva.

— Como sea. Ahora tiene alguien más que la proteja, ¿no? — no sé si significaba que me rechazaba, se iba o simplemente nada.

Pero, me dolió el pecho, sí.

Princess ✧ Ayato Sakamaki©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora