Caos; zerrie

||ESPECIAL DE RILEY Y HARRY|| # 7

Punto de vista de Riley.

Antes de viajar a casa de la abuela, tengo que pasar unos días en casa de mi madre, bueno más bien solo me quedaré un día.

No es que odie a mi madre, es que digamos que ella simplemente se separó de mi padre y se alejó de nosotros. De Chris y de mí. Ahora esta con su "nueva familia". Se que mi padre no es el mejor, pero por lo menos siempre me ha apoyado en casi todas las decisiones que he tomado.

- ¿Qué tal la escuela? —pregunta curiosa.

- bien—respondo rápidamente

- ¿aún sigues con Mattew? –negué rápidamente con la cabeza.

- ¿Qué paso con él? –pregunto interesada.

- no iba a funcionar –le respondí con sinceridad.

- si, sigues con esa actitud, claro que no va a funcionar –obviamente no le iba a decir que me gusta un hombre mayor.

- mamá, tengo dieciséis, no es un pecado ser soltera.

- definitivamente no lo es –ella dice y sigue con la vista en la carretera. Mamá está casada con un hombre bastante multimillonario. Si yo pensaba que mi casa era enorme, la de ella es el doble. Ah, si y olvidaba comentarle que Lana es mi hermanastra.

Parece que la vida me odia.

-Lana me ha comentado algo—ella dice y ruedo los ojos.

- ¿Qué hizo?

-me ha dicho que la has tratado muy mal

- ¿mal? —pregunto--¿yo?

-Incapaz, ella me ha acusado de Zorra, mamá

-no te ha acusado de eso

-claro que sí, puedes preguntarle a Esme—digo ofendida.

-tienes que aceptar que Lana es tu hermanastra

-ella me dijo Zorra mamá, ¿Qué querías que le hiciera? ¿Qué le aplaudiera?

-no seas sarcástica conmigo

-no soy sarcástica, ella me dijo que me acostaba con mis profesores y por eso sacaba buenas notas, tú sabes que no es así

Ella se quedó callada.

-siempre defiendes a la estúpida esa, ¿y yo que?

-no le hables así Riley—aprieta la mandíbula.

Ruedo los ojos.

-fue una mala idea venir a quedarme aquí, con lo que odio a esa perra con silicona

-pues entonces, ¿Por qué no te vas? —abrí la boca impresionada.

-tampoco es que me alegre que estés aquí

-claro, prefiere a tu nueva y perfecta familia, que a los dos hijos que pariste

-tú no entiendes

-claro que no—respondo y bajo del auto y doy un portazo.

La verdad no tenía mucho dinero así que decidí tomar un bus e ir al centro de la cuidad. Ahí sacaría dinero de la tarjeta para ir a mi lugar favorito.

Estaba intentando contener mis lágrimas, pero parecía algo imposible.

Mamá prefería a Lana que, a su propia hija, siempre peleábamos por eso. Ella siempre se hacia la víctima y yo siempre quedaba como la mala.