Capítulo 40.

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Último capítulo.

Sus ojos están demasiado rojos, su mirada es demasiado fuerte, suspira e inhala rabia. Cierra los ojos con fuerza.

Puedo notar como Ross me toma por la cintura pero me zafo al instante con bastante miedo por dentro.

Sin saber que decir, o que hacer, me quedo en el lugar donde estoy, siendo consciente por fin de lo que he estado haciendo en estos meses, desde aquella fiesta hasta este momento.

Mi corazón late muy fuerte, y mis manos comienzan a temblar por el miedo que siento dentro de mí.

-Lo sabía... siempre lo sospeche pero me convencía de que la idea era la más imposible y estúpida que tenía- su tono es realmente fuerte, su rostro está rojo debido a la ira, y habla mientras aprieta los dientes con fuerza- Mi mejor amiga, acostándose con mi padre.

Trago saliva.
Me limpio las lágrimas que tengo en el rostro cuando ella comienza a acercarse a mí con una increíble lentitud desesperante.

Cierro los ojos.
Sintiéndome no capaz de volver a mirarla a los ojos.

-Eres una maldita perra en celo, ¿¡pensaban que nunca me di cuenta de los ruidos que escuchaba por las noches mientras te quedabas en esta maldita casa!? Cuando tu supuestamente me esperabas aquí más de una hora solo para hablar conmigo cuando podías hacerlo en la escuela, pero ¿saben? ¡aún así me vieron la jodida cara de tonta!

Iban a jala su cabello con desesperación, araña su rostro dejándose marcas por este.

-¡ERES UNA MALDITA PERRA, ME TRAICIONASTE DE LA FORMA MÁS BAJA POSIBLE!

Exclama rompiendo en llanto, entreabro los labios para suspirar pero ella de lanza sobre mí.

Sus manos tiran de mi cabello con bastante fuerza mientras sus rodilla me hacen daño en el abdomen.
Sus uñas arañan mi rostro con bastante fuerza, y por más que intento poner fuerza no lo logro.

-¡Ivanna, basta!
Exclama Ross.

Esforzándose, logra levantarla y alejarla de mi con sus manos.

-¡Suéltame, maldición, eres un imbécil, tu no eres mi padre! ¡Eres un maldito pedófilo fingiendo quererme todo este tiempo!

Me levanto del suelo, limpiandome con fuerza el rostro, ahogada en llanto. Sintiendo como aquel nudo doloroso e insoportable comenzaba a volverse cada vez más fuerte en mi garganta.

-Ivanna, ella no tiene la culpa de nada...

-¿Ahora vas a venir a defender a esta maldita prostituta? ¡La culpa la tienes tu desde que yo nací, sé que tu no eres mi padre y finjiste serlo todo este tiempo solo por pena!

Ross frunce el ceño.
Ivanna levanta la mano, apunto de golpearlo pero él la detiene tomándola de las muñecas fuertemente.

-¿De qué me estas hablando?

-Mamá me lo dijo todo cuando vino a casa borracha, ¿¡por qué estuviste mintiendome todo este tiempo!?

-¡Porque realmente te crié como si fueras mi hija! ¡Eres mi hija, Ivanna, te amo y no importa si soy o no soy tu padre biológico lo importante es que...

-Y me amas tanto que me pagas haciéndome esto. Maldito infeliz.

Ross calla.
No teníamos nada que decir.
Solo aceptar las consecuencias de los errores que cometimos.

Trago saliva.

-Llamaré a mamá y...

-Ivanna...

-¿¡Acaso me dirás que no le diga!? ¡Eres un maldito, no tienes sangre en la cara!- voltea hacia mí- Y tu... juro que si no vienes conmigo a hacer una denuncia contra este señor, te mataré, te dejaré hecha más mierda de lo que ya te sientes, maldita zorra, estabas tan excitada que también te abriste de piernas con mi padre y con Ben a la vez verdad, dime... ¿Cuanto tiempo llevas acostadote con Ben y con su padre a la vez?

-Perdón...
Susurro, balbuceando.

La palma de su mano impacta contra mi mejilla derecha, Ross me toma de la cintura y me pone detrás de él.

-¡Deja de tocarla!
Exclama Ross.

-No puedo creer que tu ahora estés defendiendo a esta maldida prostituta, ella arruinó nuestra familia... ella me traicionó...

Salgo corriendo lo más rápido que puedo. Escuchando los fuertes gritos de Ivanna diciéndome cobarde y un millón de insultos más.

Corro realmente rápido hasta llegar al parque que está a la vuelta de la casa del señor Lynch. Me detengo, coloco una de mis manos sobre mi corazón y comienzo a suspirar. Intentando calmarme.

Nos descubrieron...
Todo esta perdido...
Mi vida se acaba de ser una mismísima mierda...

-¿Te encuentras bien?
Volteo.

Encontrándome a Ben con la respiración también algo agitada.
Niego con la cabeza, sintiéndome incapaz de mirarlo a los ojos ahora a él también.

Debo irme de aquí lo más pronto que pueda.

-Te vi corriendo a unas cuadras de la casa de Ivanna, y te seguí- se acerca, intenta tocar mi hombro pero me zafo- ¿Qué sucede?

-Estuve acostandome con el padre de Ivanna- digo por fin, no quiero mentir más- Ivanna nos descubrió.

Mi cabeza comienza a doler fuertemente debido a mi llanto. Observo a Ben de reojo, mis palabras lo golpean al parecer fuerte. Pero aún así, se acerca a mí, y me obliga a abrazarlo.

Me aferro a él con una increíble fuerza. Comienzo a sollozar mientras siento sus manos en mi espalda.

-Lo siento tanto Ben...

-Todos cometemos errores, _______, pero él no tuvo ningún derecho de aprovecharse de ti- susurra- Se llevan muchísimos años, las autoridades consideran esto como una violación y aún más si fue consentido...

Cierro los ojos con fuerza.
El señor Lyncy no puede ir a la cárcel. No hablaría, no me presentaría si es que llega a haber un juicio. Huiria de todo lo que puede llegar a perjudicarlo.

-Tengo miedo...

-No deberás de tenerlo conmigo, te prometo que todo estará bien.

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¿Listas para el epílogo?

Mala hierba | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora