Capítulo 4: Deseo, amor y peligro

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¡Tom!...

Estaba sentado en la cafetería del hospital mientras esperaba los resultados de Elena. Me sentía horrible.

¿Cómo iba a saber yo que se desmayaría?

Vale, en ella era normal cuando le sube la tensión por nervios o cualquier otra cosa.

¿Pero justo cuando la vuelvo a ver?

Hoy no es mi dia de suerte.

-Hey, Tom-me llamo Jake.-Ven conmigo.

+¿Ya tienen los resultados?-pregunte sorprendido.

-No-mis alegrías se fueron muy rápido.-Pero vamos.

¿Y ahora qué pasara?

¿Viene el demonio o que?

Al salir de la cafetería vimos a una rubia, alta, subida a unos grandes tacones, vestía muy arreglada y con un bolso de marca.

-Hola chicos-peor que el demonio.-Cuánto tiempo.

+¿Raquel? Vaya hola-le dije alegre.-Estas....muy cambiada.

-Es lo mismo que me ha dicho Jake jajaja, tu sigues igualito.

-Hey chicos-gritó alguien desde la puerta principal.

Aparecio una chica morena, llevaba gafas y con pintas de casi no haberse arreglado.

+¿Elisabeth?-estaba quedándome en shock.

Corrio a abrazarnos.

-Cuanto os he echado de menos-dijo ella-¿Vinisteis a ver a Elena?

Todos asentimos.

Una enfermera bastante fea se paró delante de nosotros.

-¿Son ustedes conocidos de Elena García?

-Sí-dijimos todos.

-Bueno, ella esta bien, sólo ha tenido un pequeño mareo a causa de una repentina bajada de tensión. Tendrá que quedarse esta noche para estar seguros de que no hay peligro.

+¿Podemos verla?-tenia muchas ganas de hablar con ella.

-Sí, pero de uno en uno.

+De acuerdo-le respondí.

La chica se marcho dejándonos sólos.

+Iré yo el primero-mi preocupación debia de notarse bastante.

-Vale-respondieron ellos.

Y entre en la habitación. La vi "durmiendo". Se notaba que estaba despierta.

Es tan bonita.

Besé su mejilla esperando a que reaccionase.

Abrió sus preciosos ojos color caramelo para fijarse en mí. Yo sonreí, se me quedó cara de tonto.

+Hola Elena-decidí romper el silencio.-¿Cómo te sientes?

-Pues sigo viva y respiro. Supongo que bien.-eso me hizo reír.-¿Qué haces aquí?

+Te traje al hospital después de...

-No me refiero a eso-estaba seria.-¿Por que volviste a Barcelona?

^Por ti^

+Para trabajar de chef más cerca de casa.

-Mentiroso.

+¿Por qué lo dices?

Se le escapó una sonrisa.

-Porque cuando mientes, miras el suelo-decía alegre.

+¿Aún te acuerdas?-no pensé que recordaría algo tan simple como eso.

-Claro que sí, tu fuiste...-dejo de hablar.

+¿Qué?-me acerqué a ella quedando a centímetros uno del otro.

-Na-...nada-empezaba a ponerse nerviosa de nuevo.

Esto no era bueno, lo sabia mejor que nadie, pero a veces, hay que arriesgarse.

Tenía unas ganas increíbles de besarla. Sentir de nuevo sus labios sobre los míos. Demostrarle que aún la amo.

+Tus labios estan muy ricos.

-¿Qué dic....

No le deje que siguiera con la frase. Sus labios sabían a fresa, seguramente por su pintalabios. Podía oler su perfume a vainilla, como lo añoraba. Nuestros corazones estaban acelerados. Era un beso que deseaba. Tan apasionado.

Segundos después, la tenía agarrada por la cintura y ella enlazaba sus manos en mí cuello.

-T-...Tom...-susurró separandose un poco.-Esto no esta bien.

Continúe besandola a pesar de lo que me dijo. La quería y no la soltaría nunca.

-Tom....-suspiró.-Por...favor.

Nada me frenaba. Eran tantas situaciones a la vez: Deseo, amor, peligro,...

-M-...me..., no...puedo.....cas-..i.....respi-..rar-dijo entrecortada.

Ahí ya paré.

^¿Pero cómo se te ocurre? Qué hace un rato se ha desmayado^

Se quedó mirándome con cara de haber visto un fantasma. Estaba colorada.

+Lo....siento-le dije dirigiéndome a la puerta para salir.

-Espera..., no te vayas.

¿Quería que me quédase?¿Por qué?

Me acerqué de nuevo pero no tanto. Nos evitabamos la mirada. Puse mí mano sobre la suya y ella no las enlazó como solía hacer.

+Tengo que irme, los otros también quieren verte.

-No me dejes aquí sola Tom, llama a Peach por favor.

^Mira para que quería que te quedaras^

No quería dejarla nunca más. Es difícil pasar tu cumpleaños en el hospital.

+Tranquila mí.... amiga-se me iba a escapar "amor".-La llamaré.

-De acuerdo-seguía aún triste y decepcionada.-Prometeme que volveras con ella, llama también a Raquel.

Le bese la mejilla y desde la puerta le dije.

+Te lo prometo.

Soy real, no perfecta (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora