Los rayos del sol empezaban a hacer molestia para sus dulces sueños, ya había amanecido y era hora de empezar a realizar sus actividades correspondientes de todos los días, así que se despertó de inmediato y se colocó los lentes dispuesto a dirigirse al baño para asearse, él odiaba que en su perfecta rutina hubiese cambios, por ello de inmediato se levantó de la cama en dónde se hallaba descansando.
Una vez listo para comenzar el día, bajó la gran escalera con el fin de llegar al comedor a merendar algo, observó a su alrededor y nada había cambiado, todo se encontraba silencioso como siempre.
Soltó un suspiro con pesadez, se sentía tan vacío.
Khun se preguntó una vez más qué era ese sentimiento de vacío en su pecho, le faltaba ese "no sé qué" , y resultaba ser irónico, él poseía una gran fortuna como heredero pero no podía comprar lo que le faltaba.
Ni siquiera sabía qué era lo que le hacía falta. Patético.
Ladeó la cabeza tratando de que aquellos pensamientos abandonaran su mente, no era el momento de pensar en cosas tan absurdas. No le dio más vueltas al asunto y tomó asiento en la mesa del comedor para beber zumo de naranja y comer un sándwich. Khun desayunó resignado pues aquella merienda era lo único que podía hacer, su talento culinario era muy pobre.
Fue entonces cuando su celular empezó a vibrar, tomó el aparato para mirar quien lo estaba contactando y contestó al ver que se trataba de su abuelo.
—Buenos días, Khun —se escuchó una voz amable desde el otro lado del teléfono.
—Buen día —Respondió el peliazul sin ninguna expresión —¿Dígame que se le ofrece?
—Nunca cambias, ¿verdad? —Soltó una pequeña risa, era tan común que su nieto sea tan frío a su corta edad que hasta se podía considerar ese su estado normal. Aunque también le causaba tristeza ver qué la existencia de Khun se pintara con la palabra soledad, cuánto desearía que su nieto encontrara a alguien especial que lo hiciera sonreír al menos una vez... Suspiró y prosiguió con el tema principal. —Solo llamé para decirte que alistaras tus maletas porque haremos un contrato en otro país , parece que será por unos tres años nuestra estadía ahí.
—Supongo que eso es bueno no? —Contestó desganado, ya estaba acostumbrado a los cambios constantes de vivienda. —Dígame, ¿A que país iremos está vez?
—Iremos a Japón —dijo su abuelo de inmediato con una sonrisa. —El vuelo saldrá hoy por la noche, así que asegúrate de tener todo listo.
—Vale, entonces en la noche tendré todo listo. —dicho esto colgó el teléfono sin previo aviso y soltó un suspiro de cansancio.
¿Otra vez tenía que viajar?
Viajar....
—¿Seguro que no quieres ir con nosotros?
—¡No! ¡Esas reuniones son muy aburridas!
—Pero te quedarás solito.
—¡No estoy solo! Tengo a mi maletín que siempre me da chocolates. ¡Son deliciosos!
—Muy bien, cariño. Entonces espéranos, dentro de dos días estaremos aquí. Te amo.
—¡Te esperaré!
—Los esperaré. —dijo ido, no sabía porqué aquellos recuerdos se le presentaban como pesadillas, han pasado diez años desde aquel día y lo recuerda como si lo hubiera vivido recientemente.
Su cabeza empezó a doler y enterró sus largos dedos en su cabellera azul con frustración, ellos mintieron.
Entonces cayó una gota de agua sobre la mesa y ahí cayó en cuenta de que estaba llorando, rápidamente se limpió las lágrimas sin dejar rastro alguno.
—No pierdas la compostura.
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—AAAAAAAA. —Pegó un grito al cielo o al menos al techo de su casa. —¡No de nuevo! Llegaré tarde a la escuela otra vez. —Vio el reloj asustado para luego pegarse un palmazo en la frente, a veces odiaba ser tan distraído.
Cayó en cuenta de que el reloj lo había dejado desprogramado y ahora era súper tarde, no quería llegar tarde o de lo contrario los profesores lo iban a regañar, castigar o bajar las notas y no, sus notas deben ser muy buenas.
Se vistió muy rápido y luego se dirigió al baño para arreglarse, Bam era de las personas que suelen bañarse por las noche, esto le resultaba muy ventajoso para este tipo de situaciones ya que ahorraba mucho tiempo.
Al mirarse al espejo se dio cuenta de que algo muy importante le faltaba.
—¡Mi corbata! —tocó la zona en dónde se suponía que debía estar la prenda. —Oh! Rayos no está. —Empezó a buscarla en su guarda ropa pero no había rastros de ella en ningún lugar. Es justo en estos momentos donde entras en desesperación y empiezas a tirar todo a tu paso para encontrar aquella prenda.
Justo pasa esto cuando vas a llegar tarde a algo.
Cuando la encontró no demoró en ponérsela y bajó por las escaleras a la velocidad de la luz para dirigirse a la cocina a tomar unas tostadas y salir de casa con rumbo a la escuela.
Le tomó veinte minutos llegar a la institución y se permitió dejar de correr cuando llegó a la entrada, colocó sus manos nombre sus rodillas jadeando de cansancio. Las personas que pasaban por ahí lo miraban como si fuera un cerdo sudoroso, bueno, no es muy distinto a la realidad.
Y hablando de cerdos, Bam sintió que uno se le tiraba encima, el pobre casi se cae por lo cansado que estaba.
—¡Bam! —Esa voz, solo podía ser una persona, se recompuso y sonrió al verla. —Hoy si que llegas temprano, ¿Quién eres y que hiciste con mi amigo?
Bam iba a replicar pero entonces le dio importancia a cierta palabra y miró a la chica como si fuera un bicho raro.
—¿Eh? ¿Temprano? —la miró con confusión.
—Si, llegas temprano. —Asintió y rápidamente decide mostrarle la pantalla de su celular mostrándole la hora. —¿Ves?
—Umh, ya veo... —Le dio un tik en el ojo, ¿Entonces había tenido toda esa euforia por nada?, Dime si no se puede ser más fracasado.
—Vamos a clases. —Dijo la rubia con una sonrisa mientras tomaba una de sus manos para luego empezar a caminar.
—Si, Rachel. —Bam le sonrió de vuelta y afianzó el agarre que había empezado la rubia, sin duda se sentía afortunado de ser amigo de alguien como ella.
Otro día de escuela empezaba, nada fuera de lo común, lo mismo de siempre. Rachel es su mejor amiga, solo confiaba en ella, Bam sabía que las demás personas estaban a su lado por su apariencia, queriendo dañarlo porque se veía como alguien inocente.
¿Cómo sabía eso? Fácil, Rachel se lo dijo, y Rachel nunca le mentiría o traicionaría.
Pero a pesar de aquello su corazón no puede evitar ser amable y generoso con los que lo rodean.
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Smile || Khun x Bam
RomansaKhun, un chico frío y reservado, está acostumbrado a los cambios constantes de vivienda debido a los negocios que hace su abuelo con otras empresas. Un día su abuelo hace un contrato muy importante en Japón, por lo que es necesario que viajen a aqu...