Khun, un chico frío y reservado, está acostumbrado a los cambios constantes de vivienda debido a los negocios que hace su abuelo con otras empresas.
Un día su abuelo hace un contrato muy importante en Japón, por lo que es necesario que viajen a aqu...
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Khun no podía estar más aburrido.
Tuvo que desperdiciar tres horas de vida sin hacer absolutamente nada debido a que el profesor de Historia, Han, faltó. No lo conocía pero lo había maldecido tanto que de seguro el pobre chico había estornudando como nunca. Ja, cómo si le importara realmente.
Luego ingresó en aquel salón el profesor de Inglés, no recordaba muy bien su nombre pero se apellidaba Bang. Él era muy energético y amable, en las tres horas de clase se dio cuenta de que aquel profesor sonreía mucho y que a veces podía hacer el tonto y divertirse con sus alumnos, algo poco profesional si se lo preguntaban, pero entonces alguien de su grupo levantó su mano mientras con su voz temblorosa llamaba casi inaudiblemente al mayor, y fue ahí cuando pudo apreciar cómo el profesor cambió de actitud repentinamente, aquel rostro sonriente pasó a ser uno mezclado entre preocupación y tristeza, ¿Pero por qué? No le encontraba una respuesta, era cómo si el profesor Bang pudiera sentir el dolor de aquel alumno, era tan extraño. ¿Cómo te podía doler algo que no te afectaba? Era complicado.
El profesor y su compañero salieron del salón para poder conversar, se veía tras la puerta de cristal cómo el chico de su edad lloraba y el profesor le decía cosas que nadie lograba escuchar, mientras le daba palmaditas en su cabeza. Tiempo después ambos ingresaron y continuó por fin la clase. Con esto Khun pudo entender que el profesor no "hacía el tonto", era solo el simple hecho de que entre sus compañeros y el profesor habían fuertes lazos de confianza y aprecio. Pudo notar cómo puso por sobre la clase los sentimientos de aquel chico, algo poco profesional pero admirable. Así que Khun se dijo a si mismo que trataría de ser un poco más empático con el profesor Bang, aunque sus clases no le servían en lo absoluto porque manejaba el inglés a la perfección.
Al término del curso de inglés ingresó el tutor, quién también era profesor de Artes escénicas. Al ser hora de tutoría, el profesor Yang usó esas dos horas para conversar con sus alumnos sobre sus actividades realizadas el fin de semana y de cosas triviales en sí. Así que prácticamente todo el día no hizo absolutamente nada, ¿Para eso vino? Ya saquenlo de ahí por favor.
Cuando sonó el timbre, pudo observar cómo sus compañeros alistaban sus cosas y las guardaban en sus respectivos bolsos para luego salir pero no sin antes despedirse del profesor con una reverencia.
—Nos vemos mañana, Khun-san.
La rubia le dedicó una sonrisa y empezó a caminar hacia la salida sin darle tiempo para responder, daba igual, porque no iba a contestarle de todas formas.
Pero no salió por aquella puerta, se detuvo de repente para hablar con alguien que se sentaba en uno de los asientos en primera fila, ese chico tomó su mochila y salió caminando a la par de Rachel. No le vio en ningún momento el rostro pero su cabello era castaño y algo ondulado, no tenía idea de porqué se había fijado en ello ahora cuando ni siquiera se dio cuenta de la presencia del castaño cuando ingresó al salón, era extraño.
