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—¿Mamá dónde está?
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—Mamá nunca viene a verme....
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—¿Mamá no me quiere?
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—.... No, ella no murió.... ¡No puede estar muerta!.
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Era martes por la mañana y Khun se encontraba puntual en el salón de clases, al parecer era el único que sabía el concepto de la palabra "Horario" y "Responsabilidad", ninguno de sus compañeros se hallaba en el salón, estaba completamente solo.

Le estresaba el hecho de que sus compañeros fueran impuntuales, ¿Acaso no podían programar su alarma y despertarse a la hora indicada para cumplir sus actividades? Le dolía la cabeza con tan solo pensar que conviviría un año entero con ellos.

Ellos no eran perfectos y eso era un problema.

El dicho de que la manzana podrida malograba a los demás siempre estuvo en su mente, y no quería que las malas costumbres de sus actuales compañeros se le pagaran. Sonaba realmente descortés aquello, pero, no es como si Khun hubiese asistido a la escuela por decisiones propias o tuviera la intención de hacer amigos.

En verdad, no quería maldecir a su abuelo pero ganas no le faltaban.

Parpadeó un par de veces y se levantó de su sitio con cuidado, dispuesto a ir a la azotea de la escuela para tomar un poco de aire fresco y tal vez, y solo tal vez encontrar algo de paz.

—¿Khun? —lo llamaron. —¿Qué haces aquí?

El peliazul miró al desconocido y se encogió de hombros, no es como si quisiera dar una explicación tan larga sobre puntualidad ahora mismo.

—¿Quién es usted? —preguntó una vez estuvo frente a el. Aquel joven mayor lo miró con diversión y soltó una carcajada mientras que Khun lo miraba como si fuese un bicho raro.

—Bueno, me voy a presentar, admito que fue muy descortés de mi parte. —Le sonrió y posteriormente desordenó sus cabellos azulados.

Por su parte Khun se estaba conteniendo el grito que estaba a punto de salir de sus labios, ese tipo... ¿Acaso no sabe cuánto tiempo se tomó para hacer aquella fina coleta? Era una completa falta de respeto.

—Mi nombre es Lero Ro, es un gusto por fin hablar contigo. —pasó un brazo por sobre sus hombros cómo si de amigos de la infancia se tratase. —Soy presidente del consejo estudiantil, ¡ESTOY PARA SERVIRTE!—dijo con emoción.

—Le... Lero Ro... —Dijo con la voz entrecortada, aquel sujeto rubio estaba demaciado cerca de su rostro, tan cerca que podía percibir el olor a menta proveniendo de su boca. Chasqueó la lengua y frunció un poco sus cejas, estaba muy incómodo. —Agradecería mucho que te alejaras un poco de mí. Existe algo llamado espacio personal, Lero Ro.

Ante aquel dicho el rubio se alejó un poco del peliazul y entonces Khun por fin pudo respirar tranquilamente, algo que no duró mucho, pues, Lero lo tomó del brazo y lo jaló hacia el para abrazarlo, el pobre peliazul quedó enterrado en el pecho de este sin poder respirar.

—¿Pero qué haces jodido idiota? —su voz salió ahogada. —¡Suéltame ahora mismo!

—Hombre, estás muy estresado, ¡Las personas estresadas necesitan un abrazo de Gran Lero Ro! De nada. —El rubio empezó a reír a carcajadas por los intentos fallidos de Khun por safarse de él.

Khun se había vuelto rojo.

De ira.

O tal vez por falta de oxígeno.

Smile || Khun x BamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora