No pasa

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Ese día la llevamos a la enfermería. Estuvo recostada las dos siguientes clases mientras Tiago y yo tomamos las materias. En el recreo, fuimos rápido hacía la enfermería.

-¿Te encuentras bien? -la profesora estaba hablando con ella.

-Sí señora, no se preocupe. Me dio por distraída -se reía un poco.

-Tienes razón. Debes tener más cuidado. Sin embargo ya hablé con Emma, tendrá una baja en su nota disciplinaria.

Eli solo asintió.

La maestra se fue y así los dos pudimos entrar a verla.

-Ya es recreo, ¿no? Toca ir a comer -se fue a levantar pero se mareo. Tiago la hizo recostarse de nuevo.

-No seas tonta, recibiste un golpe demasiado fuerte. Creo que será mejor que llame a papá.

-¡No! Él está muy ocupado y yo estaré bien.

-No te hagas la dura -la reprendí-. Es mejor si te vas a casa y...

-Que estaré bien, ¿bueno? -se levantó. Volvió a marearse pero de todas formas se levantó. Su hermano la fue a detener pero ella le apartó la mano. Se fue hacía el salón.

Ella estuvo mucho tiempo molesta ese día. No quería dirigirnos la palabra, mucho menos vernos. A pesar de eso, la seguíamos para cuidarla.

Aún así, días después volvimos a ser los mismos.

Nosotros en mi país tenemos una costumbre en septiembre. Una fiesta de "amor y amistad", donde todos regalan detalles a las personas que aman. No es tan discriminatorio como San Valentín que sólo lo disfrutan los enamorados. En el salón estábamos jugando Amigo secreto. Se escriben los nombres de todos en unos papelitos, se enrollan y se reparten. La idea del juego es enviar dulces a la persona que te salió durante algunos días. Al final, le das un regalo grande y te revelas (pues la idea es que todo sea secreto).

A mí me salió Emma. Tenía tanta suerte que me daban ganas de pegarme un disparo. Ella sólo quería frutas y chocolate, además deseaba maquillaje de regalo final. Sé que torcí los ojos mientras ella hablaba sobre cuántas cosas no podía comer por sus gustos exquisitos.

Endulzabamos sólo los vieres de todo el mes. Le regalé varias chocolatinas y las frutas que me mandaba mi abuela para el recreo.

-Gracias a mi amigo secreto, mua -y hacía el sonido de que mandaba un pico. Era tan estresante. Quería que ya fuera final de mes para darle un regalo y no tener nada más que ver con ella.

-Oye, ¿qué tiene Eli? -le pregunté una vez a Tiago. Ella estaba mirando hacía afuera con una epic poker face.

-No sabe qué darle a su amigo secreto.

-Pero todos dijimos qué podían regalarnos.

-Lo sé pero ella dice que tiene que ser algo muy especial.

-¿Acaso quién le salió?

-Su crush -Tiago se encogió de hombros.

Miré por todo el salón buscando a Mateo, uno de los chicos guapos del salón. Era alto, atlético, moreno y muy simpático. No era ningún patán, ni mala persona. Al contrario, era alguien con quien podías contar en cualquier momento. A Eli le gustaba casi desde que estamos en séptimo grado. Han sido unos largos cuatro años de ocultar sus sentimientos.

-A pensado en declararse, ¿sabes?

-Wow...

Fue pasando el mes y cada viernes recibíamos los dulces de nuestros amigos secretos. Una semana antes, mi mamá me acompañó al centro comercial a escoger el maquillaje de Emma. Me sentí realmente extraño mientras buscaba algo lindo. La imaginaba a ella maquillada, sonriendo, lanzando besos. Me sonrojaba e intentaba apartar la imagen de mi cabeza.

Esos días en clase, no despegue la mirada de ella. Cada que entraba al salón el corazón se me aceleraba, me ponía rojo y muy nervioso. Una vez, por videollamada le conté a Tiago. Me sentía desesperado.

-Te gusta -me dijo seriamente-. Quién sabe por qué pero te gusta... y al parecer es demasiado.

-No, no es posible.

-Sí lo es. Sólo mírate.

Bueno, tenía razón.

-De todas formas, creo que para saber si realmente te gusta o no debes esperar un poco más de tiempo. Acercarte, hablar con ella. Toda esa cuestión. Si luego de un rato descubres que no era cierto, te apartas y ya.

Asentí. Iba a tomar las recomendaciones de mi amigo.

El día de la entrega del regalo final, le di la bolsita con el maquillaje y algunos chocolates. Nuestras manos se rozaron ligeramente. Me dio un beso en la mejilla antes de raparme la bolsa e irse a su puesto.

Creo que cupido me flechó.

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⏰ Última actualización: Sep 17, 2017 ⏰

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Ella Siempre Fue LindaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora