VENUS
- ¡Estás advertido Lukas Rooth! Esta vez fueron las fotografías, la próxima no me pesarán los miles de dólares gastados en esa cámara. -Advierte el Señor Rooth, después de propinarme un golpe en el rostro.
Y todo porque quiero independizarme, y trabajar.
¿Que padre normal no quiere que sus hijos salgan adelante por si solos?
El mío.
Está mañana salí de casa con la intención de asistir a una entrevista de trabajo en una agencia de modelaje. Debajo del brazo llevaba mi portafolio con fotografías como carta de presentación con mis mejores tomas. Pero papá me interceptó justo antes de salir. Me interrogó hasta que tuve que decirle la verdad. Termino prendiendo la chimenea y lanzando cada fotografía dentro. Vi como lentamente se calcinaban y terminaban en cenizas.
Sentí una tremenda energía centrarse en mis puños, pero me contuve, jamás golpearía a mi padre por ninguna razón. Ni siquiera por hacerme tan infeliz. Lo único que hice fue dejarle claro lo injusto que era, y así fue como termino golpeándome.
- ¿Entendiste Lukas? -Siento como se acerca y su mano toma mi barbilla y la levanta con fuerza para obligarme a verlo a los ojos- Concentrate en tus estudios. Tu futuro es como Ingeniero, y no tienes que andar mendigando dinero tomando fotografías.
Su mirada viaja al reloj en su muñeca y sin decir más sale del living hasta que desaparece.
Busco las llaves de la camioneta, sigo sintiendo mucho coraje dentro. Cuando estoy por salir veo a Malek, mi hermano, bajar con los ojos rojos y brillosos. Se abalanza contra mi y me abraza. Estuvo llorando porque de seguro presenció todo desde el segundo piso.
- ¡Tranquilo Malek! -Le doy toquesitos a su espalda para que se calme. Él asiente y ambos salimos de casa.
Manejo hasta Fordham, para que Malek asista a clases. Yo no me puedo quedar. No quiero hacerlo.
Cuando detengo el auto cerca de la entrada mi hermano entiende que no me quedaré y se baja.- Si gustas, busco que alguien me lleve, nos vemos en casa.
Asiento sin decir nada.
Manejo hasta encontrar un estacionamiento, necesito despejarme, caminar y respirar aire fresco. Central Park es lo único que se me atraviesa por la mente.
Tengo los nudillos blancos y la quijada cansada de la fuerza que estoy haciendo contra mi mismo.
Camino largo y tendido al rededor del parque. El fresco aire me llena los pulmones y logro tranquilizarme.
Llego hasta uno de los puentes, el Gapston Bridge, desde donde estoy veo el famoso hotel El Plaza.La tranquilidad a mi alrededor provoca una paz interior, una paz que me invita a derramar un par de lágrimas. Estoy llorando.
Después de soltar un suspiro profundo, busco mi cámara dentro de la mochila que cuelga de mi hombro. Me siento en la parte alta del pequeño puente, y con un buen enfoque obtengo unas maravillosas tomas de la increíble confección estilo colonial del hotel.
Y es que no puedo negar que la arquitectura siempre a llamado mi atención, pero se que no es lo mío, o por lo menos no quiero vivir de esta. Lo mío, mi pasión son las fotografías, lo que logro obtener después de un click.
Con mis ojos fijos en el orificio de la cámara, sigo buscando que fotografiar. Del otro lado de la estructura qué pasa sobre el pequeño lago veo un cuerpo.
Es una chica. Está recargada con la cabeza echa hacia atrás, no puedo ver su rostro, pues su cabello cubre la mitad de él desde el ángulo en el que estoy. Su silueta es delicada, ideal, su cabello dorado y esos labios que aún en la distancia se ven perfectamente delineados. Parece una estatua, no se mueve ni hace ruido.
Me detengo a mirarla, no sólo a través de la cámara, ahora enfoco mi mirada en ella. La observo por minutos y ella ni siquiera se inmuta.
Hasta que un sonido termina con nuestro momento. Se remueve en su lugar y busca algo dentro de un enorme bolso que está en sus piernas. Entonces atiende el teléfono. Estoy velando sus movimientos, ella asiente y niega un par de veces intercalando entre ambas acciones. Hasta que hace eso que literalmente me provoca sentir como un loco. Sonríe.
Lo hace de una manera tan pura. Puedo definirla como una sonrisa perfecta. Con los dientes tan blancos y correctamente alineados que detiene mi corazón un segundo para después latir a mil por hora.
Es una emoción que no puedo explicar.
Me aprovecho de que ni siquiera a notado mi presencia y guió el lente de mi cámara en su dirección y tomo un par de fotografías porque mi memoria no será suficiente para retenerla en mis pensamientos.
¿Como puedo sentirme así por el simple hecho de ver a alguien? Alguien que ni siquiera conozco.
La chica acomoda su cabello, recoge sus cosas y seguido de eso se levanta. Sacude su pantalón y de un minuto a otro pasa por delante de mi.
Quisiera que los segundos pasaran mas lento, incluso detener el tiempo para disfrutar de su gloriosa figura.
Sus delgadas piernas pasan una delante de la otra como si de una modelo se tratara. Pero esta mujer es mucho más que una modelo, es una diosa, podría apostar que más hermosa que la mismísima Venus. Es el patrón de la chica perfecta. Sin duda que Miguel Ángel Buonarroti hubiera sido cautivado por ella, y el mismo hubiera esculpido la mejor estatua del mundo con su figura.
Ella ni siquiera me ve, pasa delante de mi con su cabeza gacha, y ni siquiera se a donde está mirando, pues unas enormes gafas de sol cubren sus ojos.
Suelto un último suspiro, pero uno diferente. Este no tiene ni dolor ni coraje. Este está lleno de admiración.
🍋🍋🍋
Hola bellísimos limones!
Porfin me decidí y publique el
Capitulo ya editado, perfeccionado
Y listo para que lo disfruten!Cuéntenme su opinión!
Yo amo a Luke ¿Y tú?
Nos leemos pronto!
Hermoso inicio de semana!
Besos😘🍋💕
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El día que mis ojos descubrieron tu mirada
Fiksi RemajaEl día que mis ojos descubrieron tu mirada Luke Rooth un apasionado fotografo estudiante de ingeniería civil. Sckarlett Kurr una chica hermosa que le gusta pasar desapercibida. A ella no le gustaban las fotografías Para él la cámara es su mejor a...