Laughing Jack el el tipo de novio que te regalaría de sus preciados a dulces en tus malos momentos.
Por ejemplo:
Jane y Ella siempre habían sido mejores amigas desde que llegaron a la casa, compartiendo el sentimiento de odio y muerte hacia Jeffrey Woods. Y esta relación causó los celos de Niña the Killer, una chica que hacía lo que fuera para llevar acabó su cometido, separarla de Jane. Esa era la quinta o sexta vez que se salía con la suya pues había llevado a la de máscara a una "caminata" al bosque con intención de matar a alguien y divertirse un rato. Todo sin ella.
—...— No entendías el por que Jane no hacía nada al respecto, ella muy bien sabía que ustedes no se llevaban para nada bien, se odiaba mutuamente desde que llegó a su vida.
El payaso de altura extraordinaria entró a la habitación por las sombras.
—¿Todo bien por aquí?— Pregunta sentándose en la esquina de la cama, acariciando con sus largas garras los muslos de la chica.
—Nina se a salido con la suya otra vez. Y ya tengo claro que Jane no planea hacer nada al respecto, ni aunque se lo pida— Oculta su rostro entre sus brazos, dejando que su cabello oscuro ocultara sus brazos también.
Todo se quedó en silencio un momento hasta que el sonido característico de una envoltura de plástico llamó su atención. Elevó un poco la vista y algunas hebras de cabello no le permitieron ver con atención. Cuando lo quito del camino miro el brillante caramelo que la gran mano le entregaba.
—¿Un caramelo? Tal vez te anime un poco— Ofreció amable, con ese tono espeluznante al que ya estabas acostumbrada.
Ella se acomoda en la cama con ambas piernas extendidas. Pasa sus dedos por sus mejillas y limpia las lagrimas que bajan desde sus ojos hasta su mentón. Con su mano libre toma el pequeño dulce y lo desenvuelve con paciencia. Era un descolorido dulce de lychee.
Jack se acerca más a ella aún sentado. Tal vez no cambiaria a Jane ni haría que volviera a la casa para convivir con ella. Pero definitivamente la hizo sentir mejor. Y se prometió darse un tiempo el día siguiente para hablar con ella. Pedirle un tiempo entre su amistad para que pensara bien como la hacía sentir.
Pero por el momento tendría que acostumbrarse.