Tatuaggio

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Las mañanas jamás son fáciles en un hospital, sobre todo si es con una persona a la que amas. Sabiendo que está sufriendo por quién sabe. Las ventajas son pocas si no cuentas con la plata necesaria, pero ese no era el caso de Yuuri. Desde que se había convertido en una estrella tardía, el dinero parecía llegar por su cuenta y solo por eso Viktor se encontraba en una de las mejores camas del hospital, incluso el edificio era un lugar privado y caro. Pero los billetes no importan, no en esa clase de situaciones.

El sol iluminaba los rincones de la ciudad imponente frente a la ventana, Viktor yacía dormido en la blanca cama, conectado a máquinas y sueros, más pálido de lo normal y acompañando el ritmo del "bip" con sus ronquidos. Y aunque se veía pacífico y tránquilo, había una tormenta. No, no en el cielo, en la cabeza de un japonés enamorado. Yuuri había caminado desde la habitación a la cafetería del hospital, no tenía hambre, solo deseaba un café y algo que le distrajera. Esa distracción era el aroma a cafeína, huevos revueltos, pan y tocino, e incluso con estos, la cabeza del pelinegro estaba fuera. Pensando. 

-Señor...- Dijo una voz distante que a medida se iba haciendo más presente- Señor...-

-... ¿Si?- Preguntó Yuuri al ver a la cajera, al parecer se perdió en sus pensamientos mientras la chica le llamaba para cobrarle por el café en su mano- Ah si... Lo siento... -rápido de su bolsillo sacó unos billetes y se los entregó sin calcular el cambio. Sus pies avanzaron desde ese lugar hacia el pequeño jardín del hospital. Ahí subía la temperatura de la mañana y se podían oler las flores que le recordaban a la vida, a su alrededor, ancianos y enfermos caminando o deslizándose en sus sillas de ruedas, cada quién en su mundo. Podía escuchar el correr de su sangre, el latir de su propio corazón, comenzó a viajar a un mundo paralelo; En su mente, podía ver a Yurio, Yakov, su familia, todos vestidos de negro y él frente a una tumba. "Viktor Nikiforov", pudo leer entre lo húmedo de sus ojos. Un funeral. La gente lamentándose y él cayendo de rodillas destrozado.

"¡No!" Pensó agitando la cabeza de un lado a otro. Ni siquiera sabía que padecía su esposo, no puede saltar a conclusiones tan rápido ¿o si? En el mundo del patinaje artístico siempre existe el drama, ya sea en la pista o en los competidores.  Yuuri dió un sorbo a su café y rápido lo escupió asqueado.

-La próxima iré al café de enfrente...- Se levantó con determinación y caminó de nuevo a la habitación donde el albino yacía. Aunque no supiese el padecimiento de su marido, Yuuri sabía que Viktor no es de las personas que se rinden con facilidad. Está tan sediento de vivir, tan lleno de amor y fascinación, la actitud de Viktor no dejaría que su cuerpo se deteriorara.

Finalmente, llegó a donde el ruso quién ya había despertado y ahora miraba su desayuno confundido. Al abrir la puerta, Viktor miró a quién entró. Anonadado, ladeó la cabeza al mismo tiempo que Yuuri le sonreía.

-Buenos días, cariño. Tuve que salir a tomar aire, espero no te moleste- Dijo antes de sentarse a un lado de la cama donde Viktor le miró aún más extrañado como si no entendiera como llegó ahí. - ¿Viktor? ¿Está todo en orden?-

-¿Quién eres tú?- Preguntó el albino. Esta pregunta hizo que el mundo paralelo de Yuuri se viera más como una realidad. Tragó saliva y dejó salir un jadeo asustado.-

-... Soy Yuuri... tu esposo...- Contestó con un nudo en la garganta. Pensó que no le iba a reconocer hasta que el ruso sonrió inocentemente -

-Yuuri... Me alegra verte... ¿Sabes porqué estoy aquí?- 

-... Tuviste un ataque hace poco... ¿No lo recuerdas?- El ruso negó-

-No. ¿Fue hace poco o hace mucho?-

Más que confundido, Yuuri observó a Viktor entre asustado y triste. ¿Como es posible que esté perdiendo la memoria? ¿Por qué? 

-Fue.. hace poco. ¿Qué es lo último que recuerdas?-

El albino giró sus ojos pensando y haciendo una mueca, tocando su labio con un dedo como siempre lo hace. Entonces chasquea esos mismos dedos.

-Recuerdo que compartí algo en Instagram y... ah estábamos desnudos en la cama.. Es cierto. Tu y yo estamos casados. Tú eres mi amado Yuuri-

Con inocencia, Viktor hablaba como si nada hubiese pasado. Con preocupación, Yuuri llamó al doctor, avisándole de la situación. ¿Porqué el pentacampeón ruso del patinaje artístico se encuentra ahora en una camilla en el hospital sin recuerdos de su ataque? 

Dentro de poco, el doctor Kozlov y Yuuri se encontraban afuera de la habitación.

-No estamos seguros de lo que esté causando estas anomalías en su esposo. Le sugerimos que firme para hacerle una resonancia magnética...-

-¿Porqué? ¿No usan eso para...?- Al entender, Yuuri se cubrió la boca-

-Es solo para estar seguros. De cualquier modo, nos permitirá detectar el problema a tiempo y con suerte, volverá a patinar dentro de poco.-

Una enfermera le entregó a Yuuri un papel donde indicaba la aprobación de tal procedimiento con la esperanza de que nada terrible esté tatuando la cabeza de su esposo...

...

Otro milagro del Señor. Espero les guste, sigan leyendo también mis otros fanfics. <3 <3 los y las hamo

Querido esposo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora