A escasos metros de la clínica odontológica, 16:53...
Melissa andaba a paso ligero junto a su hermano pequeño, quien no paraba de jugar con el teléfono móvil. La chica estaba más que harta de tener que llamarle la atención a cada rato. Lo único que le alegraba era que si tenía suerte, encontraría la tercera piedra en aquella dichosa clínica. Justo al llegar a la entrada, llamó la atención de su hermano para que dejara el aparato un segundo.
—Voy a ver una cosa, ¿de acuerdo? Entra, que enseguida estoy contigo.
—Vale, pero no tardes —Dijo el pequeño antes de entrar.
Una vez sola, la chica sacó el papel y recitó el acertijo como si este fuera un conjuro. El tiempo se volvió a detener, pero la chica no localizaba por ninguna parte algún tipo de resplandor. ¿Alguien habría recogido ya el cristal? Tal vez estaba dentro de la clínica se dijo para sí misma, por lo que abrió la puerta y fue entonces cuando vio que había una luz marrón que provenía del cuarto de baño. No dudó en entrar y coger la piedra con un símbolo parecido al de una duna. Al salir se acercó a su hermano y se sentó con él.
—Ya estoy aquí. ¿Te han llamado o algo?
—No, pero acaba de entrar un señor hace poco.
—Guay, entonces toca esperar.
En casa de Harmony, media hora después...
La habitación estaba bastante desordenada. Tanto Harmony como Hunter, quien acababa de llegar, observaban con detenimiento la pantalla del ordenador con la pestaña abierta en el mapeado de la ciudad.
—Hay un montón de calles que puedan tener algo que ver con el ocho. ¿Cuál de ellas será? —Se preguntó Hunter, molesto por no encontrar gran cosa.
—A ver, repasemos el acertijo. Se supone que una vez encontradas las cuatro localizaciones, estas formarían una especie de cruz del tesoro, ¿no?
—Tú lo has dicho, se supone.
—Pues bien, ya conocemos tres de ellas: el zoo, el dentista y la biblioteca. Juntas deben formar un triangulo y uno de los vértices debería de indicarnos la dirección donde supuestamente se encontraría la última piedra al dividir entre dos el ángulo.
—Buena deducción, Harmony, pero me temo que posiblemente sea errónea.
— ¿Cómo dices?
—Piensa con la cabeza. ¿En qué parte del acertijo dice que va a ser una cruz exacta? Si unes bien los puntos con los datos que tenemos, te darás cuenta de que el triangulo no es equilátero —El muchacho le dio a una de las teclas del teclado y abrió un programa de dibujo para pegar la captura de la pantalla. Una vez hecho esto, localizó rápidamente el zoológico, la clínica odontológica y la biblioteca y unió los puntos con líneas. Tal y como había predicho, el triángulo no tenía todos sus lados de la misma longitud—. ¿Ves?
—Mierda, para una idea que tengo y se va a la mierda —Se quejó la chica.
—Aún así, no ibas por mal camino. Si creamos un cono con una anchura un poco menor al ángulo de uno de los vértices —Mientras lo decía dibujó mas rayas hasta crear una especie de figura abierta—, tenemos el rango de donde podría estar la última piedra.
—Hunter, ¡eres un fenómeno! Nos has ahorrado tiempo, no me lo puedo creer.
—De nada, pero eso no nos libra de tener que buscar. ¡Manos a la obra!
No llevaban ni diez minutos cuando la puerta se abrió, entrando Mel con la piedra marrón que había conseguido.
— ¡La tengo chicos! ¡La tengo! Dios, ¡ya estamos muy cerca de resolver el acertijo!
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La melodía de cuerdas
FantasiaEl repentino suicidio de una profesora provoca cierto revuelo en la ciudad de Haversmooth, Kentucky. Nadie sabe la causa de que haya decidido cometer tal acto y la única pista reside en una nota con un acertijo dirigido a sus alumnos, el cual debe s...