1 El acertijo

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Instituto de educación secundaria de Haversmooth, 9:42 AM...

Apenas podía escuchar algún murmullo dentro del aula. La mayoría estaban pendientes de cómo se resolvía el ejercicio. La luz se filtraba a través de la ventana que tenía a su izquierda, provocando que retrocediera un poco para poder ver mejor la pizarra. Los números, los signos matemáticos, todo lo relacionado con el cálculo le entusiasmaba. De cabello rubio que le llegaba hasta los hombros, ojos castaños y mirada curiosa, a Harmony no había otra cosa que no le fascinara más que realizar cuentas. Tan centrada estaba en el problema que se estaba resolviendo que no reparó en que le estaban llamando por su nombre.

— ¡Eo! ¡Tierra llamando a Harmony! ¡Espabila!

La chica dio un respingo cuando la mano de su amiga, de cabello castaño claro y de ojos color verde apagado, se movió de arriba abajo a la altura de sus ojos, girándose hacia ella.

—Lo siento, Mel. ¿Qué sucede?

—Que si me dejas la goma, que me he equivocado con el ejercicio dos.

La chica se la ofreció y volvió a mirar fijamente hacia delante. Comprobó sus resultados con los de la pizarra y vio que sus resultados concordaban con los que había formulado su compañero. Suspiró aliviada y fijó su vista en la ventana, viendo a los pájaros sobrevolar el cielo.

—Oye... he oído que Irvin va a hacer una fiesta el próximo sábado y... me gustaría que vinieras para...

—Para no estar sola en caso de encontrarte con Will, ¿no es así? —La otra joven asintió muerta de vergüenza y encogiéndose sin atreverse a mirar a su amiga a través del cristal de sus gafas—. Pues claro que iré, boba.

—Si no estuviéramos en clase, te daría un abrazo. Gracias, gracias.

—No hay de qué. Somos amigas, ¿no?

—Miller, Harper, prestad atención y guardad silencio.

Ambas se callaron y se encogieron un poco por la reprimenda de su profesor. Ninguna de las dos volvió a abrir la boca hasta que sonó el timbre. Harmony sonrió, pues se avecinaba la hora de su asignatura favorita: física.

— ¿Qué te salió en la número tres? —Le preguntó Mel.

—Espera que saque la libreta —Agarró su mochila y guardó los libros de la clase anterior, sacando los de la asignatura. Una vez llegó a los ejercicios que iban a corregir durante la siguiente hora, miró a su compañera—. Me da siete con cinco.

—Pues a mí me da doce con dos. No sé que he podido hacer mal...

—A ver... —Tras un vistazo, encontró el error y se lo señaló a Melissa—. Aquí está. Te equivocaste al poner la fórmula, por eso lo tenías mal.

—Uff, gracias. A ver si me da tiempo a rehacerlo antes de que venga la profe.

Mientras la chica corregía el ejercicio, Harmony fijó su vista de nuevo en la ventana. Recordó en ese momento lo acontecido la semana anterior y los nervios volvieron a apoderarse de ella.

¿Quería verme, Naomi?

Ah, por fin viniste. Verás, se lo mucho que te encantan las ciencias y he pensado que podrías apuntarte al concurso de física del instituto. Si ganas, tendrías un pase para la estatal.

¿En serio? ¡Me gustaría mucho! Puede contar conmigo para participar.

Sabía que podía contar con tu participación. No descuides las otras asignaturas solo por el concurso, ¿de acuerdo?

La melodía de cuerdasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora