Capítulo 4: "Drama Queen V.s gripe: El musical"

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- Escucha con atención mis últimas palabras...- dije estirando mi mano en dirección a Indi.
- Solo tienes gripe.
- Se que duele afrontar mi partida, no intentes minimizar lo que me sucede.

Mi madre entró a mi habitación con un termómetro, un par de pastillas y un vaso de agua.

- Toma esto y estarás como nueva. - me besó en la frente. - Lauren llegará en quince minutos. Debo ir a trabajar, las veo luego.

Deslicé mi cuerpo hacia un lado de la cama a modo de muñeco de aserrín. No pensaba ir al instituto. Yo era una pobre moribunda que quería disfrutar sus últimas instancias en mi suave cama.

- Vamos, reina del drama. - Indira tiró de mi brazo. - No puedes llegar tarde a música, la señorita Myers está ansiosa por escuchar lo que escribiste para el recital. Creyó que jamás volverías a tocar.
- Existen excepciones, una de ellas es el condicionamiento con notas. No iba a permitir que un cero fuera asentado en mi reporte solo porque no escribí una canción.

Indi alzó sus hombros en señal de quemeimportismo y se dirigió a mi armario para sacar un vestido amarillo y acto seguido aventarlo en dirección a mi cara.

- Vístete.
- ¿Acaso no notas que a cada minuto la vida se me escapa de la manos?
- Deja de quejarte y ve a ducharte o tendré que tomar una manguera del jardín y traerla hasta aquí.
- ¡Bien, bajo amenazas quien no funciona!

A regañadientes me tiré al piso y comencé a arrastrarme hacia el baño.

- ¡Oh agonía que alimenta mi alma!¡Tormento de...
- Ya veo porque te es fácil la clase de teatro. ¡Llevas el drama en la sangre!
- ¿Puedo continuar mi línea? - mencioné aun al nivel del suelo.
- No, lamento interrumpirte mi querida Julieta, pero tu Romeo te espera en un melodioso lugar.
- ¿Sabes que Julieta muere a final de la obra? Algo así como yo en este momento, acercándome al ocaso de la vida...
- ¡Esto va tardar más de lo que pensaba!

***

- Parece que hoy no te encuentras muy bien. ¿Enfermaste?
- ¡Achu!
- Eso responde mi pregunta. - exclamó la señorita Myers. - ¿Segura que puedes cantar?
- En realidad...
- ¡Perfecto! Puedes empezar cuando quieras.

<< ¡Para qué demonios me pregunta algo de lo que no le interesa saber mi respuesta!>> <<Bien, mientras más rápido salgo de esto podré salir rumbo al cementerio a preparar mi sepulcro. >>

- Debes ir.

Nicolas estaba a mi lada en las butacas del anfiteatro. Sorbí mi nariz y camine hacia el piano en el centro del escenario,

Mis manos tocaron las teclas y una corriente se extendió desde la punta de mis dedos hacia las demás terminales nerviosas de mi cuerpo. Extrañaba esa sensación.

Me senté y empecé a tocar una melodía lenta y acompasada. Al poco tiempo, un sentimiento de nostalgia se apoderó de mí. Fue como si el instrumento y yo formáramos uno solo, armonía y melodía.

Mis ojos permanecían cerrados mientras mis labios pronunciaban la letra de la canción. Disfruté cada segundo hasta que la música concluyó. Abrí los ojos ante el sonido de los aplausos y recorrí a mis compañeros, me detuve en Nicolas. Sus ojos relucían como si hubiera sentido lo mismo que yo. Ya sabes, la sensación de conectarte con alguien sin palabras como si se conocieran desde hace siglos. Por un momento, tan solo por un momento, su mirada me recordó a papá. Sus pupilas vislumbraban aquel orgullo que invadía a mi padre cada vez que componía una canción.

Fue allí cuando lo comprendí. La solución no era negar quien era, la solución no era dejar la música. Quería hacer esto por el resto de mi vida. Quería mantenerlo vivo en cada sonido y en cada silencio, en cada compás y nota. Al fin había recobrado mi armonía.

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⏰ Última actualización: Dec 26, 2017 ⏰

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