No me lo podía creer, era un suicidio mandar a un niño tan pequeño a otro planeta, para buscar a cuatro elementos que podrían estar en cualquier parte.
Aun así, seguí recorriendo los pasillos hasta la especie de altar que supuestamente me iba a transportar, llevaba un brazalete de metal con una piedra que brillaría cuando los elementos estuvieran cerca y una bolsa negra que solo podía abrir cuando los encontrara.
Cuando estuve encima, cerré los ojos y note un ligero dolor de cabeza, un zumbido y luego un olor a pino y tierra húmeda.
Abrí los ojos y vi a una chica joven mirándome con la boca abierta y la mano dando pequeñas vueltas mientras me señalaba.
Era muy blanca y bajita, con el pelo negro hasta la cintura y ligeramente ondulado.
Detrás de ella aparecieron más personas, primero una chica con el pelo rubio degradado a rosa, comparada con la anterior era un palillo; al lado se paró un chico al que el pelo le tapaba la mitad de los ojos y con una especie de metal en el labio y por ultimo otro chico muy alto, pelirrojo y preparado para reventarme la boca.
La primera chica dio un paso a delante, se agacho para llegar a mi altura y pregunto con voz dulce.
-Hola cielo, ¿te has perdido?-tarde un rato pensando la respuesta, cuando abrí la boca, ella tenía los ojos fijos en mi brazalete el cual tenía una fuerte luz que pasaba de un color a otro. "Que facil"
Sin que pudiera darme cuenta me agarro la mano y acaricio la piedra, la cual se quedó fija en un rojo brillante; me miro a los ojos fijamente.
-¿Qué es esto?-pregunto con la misma voz.
"piensa, piensa pedazo de inútil" como si nada aparecieron las palabras del mago que me dio el brazalete, "entrégale la gema del mismo color del que esté tu brazalete cuando los encuentres".
Abrí la bolsa rápido, vi una gema con forma indefinida de un rojo brillante y bordes negros, la chica seguía mirándome le puse la piedra en la mano y sin mirarla me dirijí al grupo de detrás según me fui acercando a cada uno mi brazalete se iba quedando fijo en un color, le di un pequeño dado marrón y verde a la chica, disco redondo casi plano transparente al pelirrojo y una lagrima azul opaco al chico raro.
Me quede en silencio aguantando cuatro pares de ojos que alternaban sus miradas confundidas entre sus gemas y yo.
Sabía que tenía que hacer algo más, abrí la boca para preguntarles si sabían ellos que hacer y automáticamente la cerré sabiendo que mi cerebro no daba para más... baje la cabeza y acaricie el brazalete. Volví a notar el zumbido y el dolor de cabeza; acto seguido levante la cabeza y vi la cara de sorpresa de los magos por un lado y las de incredulidad de esos chicos por otro...

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du ich
FantasyLa historia comienza con cuatro hermanos, muy diferentes. El mayor, Ray, los gemelos, Jake y Wings y la pequeña Candy, seran los responsables de proteger no solo su mundo, sino el planeta gemelo que se oculta secretamente a nuestro lado.