La nueva inquilina

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¡Si! ¡Ya llegue Michiru! ¡Esta bien si llegas a las siete cariño! ¿Recuerdas que tengo la junta de vecinos? - la rubia hablaba por teléfono mientras bajaba de su auto.

- ¡Terminara a las seis treinta! ¡Así me dará tiempo de preparar algo ligero para cenar! - caminaba por el estacionamiento hacia el elevador - ¡Si! ¡Yo también te amo! - colgó, para después entrar al elevador, presionó el botón del tercer piso, en el cuál se encontraba su departamento.

La vida de la doctora Haruka Tenoh era algo ajetreada, pero perfecta para ella y para las personas que le conocían.

Tenía un trabajo envidiable y bien remunerado, un departamento en una zona lujosa de Tokio y una novia hermosa, Michiru Kaioh era la adoración de Haruka, todo su presente y futuro ,todo su mundo, eso era aquella chica peliverde para ella, no podía pedir más.

Haruka deseaba todos los días llegar a su departamento, tomar un baño de burbujas y escuchar musica clásica, relajarse y esperar a que Michiru llegara, pero cada dos meses era la reunión vecinal del edificio, ese día tenía que soportar las miradas de las vecinas persinadas del piso uno, que la acusaban de pecadora por el simple hecho de ser una mujer y tener una pareja de su mismo sexo, también el bullicio de la gente y el acoso de su vecina de piso, Mina Aino, quien era algo atrevida y ensimosa para su gusto.

El día que tanto odiaba había llegado, bufo con enfado al salir del elevador, camino sin gana alguna hasta su puerta y la abrió con dificultad, entró y dejo sus zapatos sobre el tapete y coloco su saco en el armario de la entrada.

Trataba de hacer mas largo el tiempo en su departamento, no quería ir aquella estúpida junta donde siempre trataban los mismos temas, se encontraba bebiendo un vaso de jugo de arándanos ,cuando recibió una llamada y respondió a ella - ¡Si! ¡Haruka Tenoh! - era la administradora del edificio, diciéndole que solo ella faltaba en la reunión, después de colgar, corrió hacia su habitación y saco de su armario un pantalón deportivo negro y una camiseta blanca con una sudadera a juego , se vistió y salio rápidamente para así subir al elevador y dirigirse al piso seis.

Al llegar a la oficina administrativa de su edificio saludo apática a todos los vecinos , se sentó en el rincón de la sala, tan en el fondo, que si deseaba quedarse dormida a mitad de junta ahí seria el lugar indicado para hacerlo.

-¿A que hora comenzara la junta? - se escucho una voz masculina entre el bullicio de las mujeres chismosas - ¡Iniciara hasta que llegue la señorita Aino! - respondió la administradora con su voz de urraca.

- ¿No se suponía que solo faltaba yo? - mascullo Haruka recostada en el asiento ,cruzada de brazos y con los ojos cerrados - ¡Disculpeme señorita Tenoh pero lo hice por que usted es la que siempre llega tarde a las reuniones desde que tengo memoria ¡ - escupió venenosa la mujer.

Haruka no respondió nada, siguió escuchando los murmullos de la gente.

- ¡Lo lamento mucho! Es que había demasiado tráfico y se nos hizo tarde! - Haruka frunció el ceño al escuchar la voz chillona de Minako Aino,su vecina contigua, la que la acosaba desde siempre.

La rubia había tenido un día agotador en el hospital, no quería imaginarse tener que lidiar con Mina colgándose de su brazo e invitándole a su casa o a cualquier otra parte o manoseandole sutilmente.

Gracias, tal vez a la intercesión divina, pensó Haruka, Minako Aino se sentó al frente, lejos, pero muy lejos de ella.

La reunión siguió su curso, entre bla bla bla y bla bla bla Haruka estaba a punto de quedarse dormida, sintió como su brazo resbalo del borde del asiento y se asusto un poco.En ese instante miro al frente y escucho una dulce voz, era una joven rubia con un peinado algo raro.

Amor Inesperado [Harusagui] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora