CENTRAL DE ABASTECIMIENTO

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El camino era sinuoso y largo. Las paredes desde hace casi dos mil niveles atrás eran más anchas y altas. Las escaleras tendían a llevar un entramado en espiral y las habitaciones tenían un aspecto más ácido y oscuro que los anteriores. Las pisadas era lo único que tenía de compañía. Las barras de nutrientes de nuevo habían escaseado. Llegó a un punto de control donde el panel estaba destrozado, pero la conexión para su terminal aún funcionaba. Sacó del bolsillo trasero de su pantalón el conector y antes de poder buscar información una luz parpadeó desde la izquierda en la oscuridad, un par de ojos rojos brillaron con intensidad y el mismo láser de aquella vez iba directo a su pierna. Lo esquivó y el panel quedó reducido a cenizas. Su Emisor de Raiton ya estaba cargado al primer nivel, pero desde la parte trasera fue empujado y el arma falló el tiro contra la máquina. Se levantó rápido ignorando el golpe contra el muro de metal y ya no sólo había un punto emisor de luz anaranjado, sino dos, tres, cuatro... quince... veintisiete...

Acorralado, se levantó y sujetó el arma con ambas manos. Sus ojos negros como su cabello, como su ropa, estaban fijos en la masa de enemigos que apuntaban a su cuerpo en el mismo punto. Miró el arma y el cargador comenzó a subir: nivel dos, nivel tres... La descarga de energía eléctrica del arma a nivel máximo fue tan potente que la onda lo envió hacia atrás donde el sonido de su cabeza en el acero retumbó, pero se perdió el en eco de la explosión que dejó el camino limpio y circular; el láser ya no provocó una descarga en las máquinas endemoniadas, sino que las redujo a nada en el trayecto antes de impactar en una lejana construcción sin terminar donde la onda recorrió cada uno de los pasillos creando un sonido ensordecedor que lo expulsó por la ventana. Un par de metros en horizontal que le costaron un sinnúmero de niveles hacia abajo.

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Se levantó con los sentidos en orden y el arma aún aferrada a su mano. El lugar estaba inundado hasta las rodillas de aceite viscoso y aguas oscuras que si bien no desprendían mal olor, en la oscuridad de la caverna metálica era como pisar petróleo. Emprendió el camino hacia uno de tantos túneles en busca de una escalera para retomar la subida y el sonido de unos circuitos llevaron el arma de regreso a su mano con los ojos alerta en la oscuridad.

No me lastimes. —Por uno de los pasajes cubiertos de tubos de diferentes medidas y cables ya sin energía, provenía una voz suave. — Sé que estás allí. —prosiguió sin moverse desde el conducto principal, apuntando hacia el interior oscuro— Los sensores me indican tu posición. ¿Puedes bajar el arma, por favor? —entrecerró los ojos un momento y dio un par de pasos— No... No me lastimes, yo no lo haré.

Sin bajar el arma, ingresó por entre las raíces de cables que colgaban del techo. La zona se veía demolida y olvidada desde hace mucho, pero el efecto de pérdida había sido provocado; un claro ataque desde el interior. El agua poco a poco mermó y aunque el sonido de las pisadas todavía no era metálico sino acuosos, continuó retumbando en la soledad al acercarse a una zona donde un foco tenue se levantaba por sobre una pila de escombros de concreto y madejas de cables oxidados.

— Eres... humano. —el tono de su voz fue de leve sorpresa al verlo.

Guardó el arma en el cinto que colgaba de la pata de su pantalón y se acercó otro poco para examinar mejor al individuo. Un torso de huesos metálicos y cráneo modificado yacía sobre la pila; inmóvil. Cada comunicado que emitía creaba una chispa dentro de la cavidad que resguarda las memorias y sus ojos blancos era lo único que se podía apreciar con vida en el cadáver.

— Hace mucho que no veo a un humano. —prosiguió— ¿Estás solo?

La analizó por unos segundos sin prestar atención a sus palabras. Divisó un sistema electrónico complejo dentro del cerebro circuitado y aunque la respuesta tenía una alta probabilidad de resultar negativa igual lo intentó. — ¿Tienes el Gen Terminal de Chakra? —Él observó sus lumínicos ojos por un momento antes de que la voz respondiera.

Gen Terminal de ChakraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora