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Una luz, una hermosa luz en medio de una densa y oscura niebla, eso era, corrijo, es él para mí. Algo increíble y perfecto frente a tanto mal no merecido. Mi vida nunca fue algo para envidiar. Nunca supe la ubicación de mi madre y mi padre se rompía el lomo a diario para traer un poco de comida a mi hermana y a mi. Mis amigos siempre me alegaban sobre lo delgado que estaba, ellos no podían imaginar lo que era vivir en mis zapatos. Comencé a trabajar a corta edad y todo lo que ganaba era para mi pequeña hermana. Era pesado, pero seguí la escuela y agradezco demasiado haberlo hecho, porque ahí fue donde lo conocí a él. Significaba protección, cariño, respaldo, alguien en quien confiar. Él me cuido más que nadie y me regaló un mundo, me regaló un sueño y libertad conjunta.

—Es sólo cosa de tiempo, JiMin — su voz era tan profunda y se mantiene clavabada en mi mente como un grabado en metal. Como cualquier persona yo tenía un anhelo, una meta que tuve que desechar por las pocas posibilidades que la vida me otorgó. —No lo notarás y ya estarás estudiando en la mejor académia de danza de Seúl.

—No hay necesidad. No te preocupes por ello. — Mi amor por él era profundo e irrepetible, pero no sabía si el que él sentía por mi era igual. Quizás era frágil y yo no quería que un amor frágil, aunque doliera, fuera la base de mi sueño.

—No seas idiota, JiMin. Sé que lo deseas más que nada, si el dinero no lo controlara todo, ya estarías dentro.

Habíamos terminado la escuela. Yo continúe en mi trabajo, ahora a tiempo completo y él entró a la universidad. Una carrera cara que le haría ganar un montón de dinero con el cual pensaba pagar mis estudios de danza. Una idea un poco loca, pero que nadie iba a ser capaz de quitar de su cabeza. Me prometía estabilidad, una nueva casa para mí familia, sin siquiera saber que aún mi padre, aun luego de 4 años, pensaba que era mi amigo. Sino, posiblemente yo estaría en la calle. Y no, no podía arriesgarme tanto, no podía dejar a mi hermana sola.

Calle vacía, tierra en mis zapatos y tarde de verano con su viento particular. Me encontraba sentado en la acera admirado la nada y si mis reflejos hubieran fallado...quizás no hubiera sido tan malo. El coche se posicionó frente a mi y se mantuvo ahí unos extraños minutos en dónde no tuve reacción alguna. En cuanto se fue pude respirar nuevamente. Lloré, me había asustado, incluso llegué al hipo, pero al paso de los días, mi mente pareció olvidar aquello.

—JiMin, te llaman en la mesa 5.

Asentí mientras dejaba la copa de vino frente al hombre calvo de traje negro. Caminé manteniendo la bandeja plateada en una sola mano y evitando chocar con las demás personas. En la mesa indicada, una mujer cercana a los 50 años de cabello lacio y vestido rojo apretado me miraba de forma tan cálida que me hizo sentir incómodo. Llegaba a ser morbosa. En la desición de ignorar aquello le pregunté que necesitaba, a lo que respondió de forma lasciva:

—Primero siéntate aquí, a mi lado.

Quise negarme, pero su mano se coló en muñeca y me obligó a acompañarla en su semi tirón. Boté la bandeja en el acto, pero nadie pareció notarlo. Aquello mujer relamió sus labios y quise vomitar. Tenía algo de miedo, si era descortés, podría perder mi trabajo y no me encontraba en condiciones para eso. Miré hacia abajo y ella subió mi rostro con uno de sus finos dedos. Tragué saliva.

—Eres muy guapo, ¿Sabes?

—Señora...debo volver a mí trabajo.

Soltó una risa que a cualquier hombre de su edad le hubiera parecido coqueta y armónica, pero a mí no. Yo solo quería huir.

—Sí aceptas lo que quiero proponerte, no tendrás que trabajar nunca más.

Un ligero toque en mi muslo causó que saltará en mi puesto. No quería que los nervios se apoderarán de mi, pero era demasiado tarde. Nunca fui un chico de coqueteos, simplemente porque no tenía tiempo para aquello. No sabía que responder, como detenerla. Ella continuaba hablando y yo no podía oírla.

—Se-señora...

—Será algo formal y está bien que al inicio no quieras tocarme, pero con el tiempo espero que nuestra relación se vuelva real...

—JiMin.

Nunca lo esperé, pero fue lo que más necesitaba. Su voz, más profunda de lo usual, y su mano en mi muñeca, quitándome del lado aquella mujer extraña. No oí lo que le dijo, pero en unos segundos la lluvía empapaba mi cabello y ropa y sus brazos me mantenían pegado a su cuerpo. Su perfume, su calor, su todo. Él era perfecto en todos los sentidos posibles y completamente para mí. Las lágrimas eran lo que empapaban mi rostro y no la lluvia y el abrazo se volvió más apretado. Poca personalidad o como quieran llamarle, esa mujer me había asustado, me había invadido, dejado sin actuar y sentí terror.

—Está todo bien, amor.

—Me despedirán.

—Sí lo hacen, perderán al mejor mesero de la historia.

Me contagió su risa y sentí como el calor de mi estómago se expandía hacia todo mi cuerpo y la tranquilidad me invadía.

—No puedo perder mi trabajo.

—Buscaremos otro, uno mejor. Ya verás.

Asentí. Él siempre fue tan optimista.

—Te amo.

—Te amo también.

—¿Eternamente?

—Eternamente, JiMin.

Esa noche hicimos el amor en su habitación y la lluvía nos brindó el perfecto ambiente desde la ventana. No sentía frío ni calor, solo su amor, su amor infinito y sus manos a mi alrededor mientras dormía en m pecho. Acaricié su cabello mientras miraba a la luna y sonreí sincero, feliz.

Felicidad, quería sentir aquella felicidad a diario, pero mi corazón fue destrozado sin piedad alguna. Quizás debi haber cortado el cable del teléfono y no oír aquella llamada. O quizás debí haberlo convencido de quedarse en casa, pero iba a su trabajo, ¿Qué excusa hubiera dado? Segundos antes, una enorme sonrisa en el rostro mientras arropaba a mi hermana que yacía dormida, segundos después, gritos desgarradores y mis vecinos entrando a mi hogar.

—JiMin, por favor, ne-necesito que no hagas nada estúpido ¿Prometelo?

Debí haber cortado, roto el teléfono. Aquella voz rota no era buen augurio.

—¡Dilo de una bendita vez!

—TaeHyung está muerto.

🐏

Publiqué algo nuevo y no he actualizado los demás, ya lo sé, je.

Ojalá les guste, sé que el inicio está un poco cliché y eso, pero bueh. Será.

Muchas gracias por leer.

Atte. Stumplynn

Resubida para mi linda esposa _Mxgan ❤️

best of me × vminkook × minificDonde viven las historias. Descúbrelo ahora